El fin de semana me aislé de todo pero el lunes tocó volver a la rutina y me repetí una y otra vez que todo estaría bien. Hice caso omiso a mis compañeras de trabajo y a cualquiera que me dijera cosas negativas. Había recurrido a medidas desesperadas para que mi vida tomara un rumbo menos depresivo, entonces utilicé la última herramienta que tenía en mente; Vi un video en Youtube que enseñaba a quitar las malas energías, diciendo "Yo no acepto esto, fuera vibras negativas". Lo puse en práctica. No creía con certeza que hubiera resultado, pues me seguía sintiendo como la mierda. Sin embargo, aunque solo pude limitarme a hacer mi trabajo, estaba satisfecha con el resultado. Rick me había reconocido por el trabajo duro.
Lo que no había superado para nada era no tener a Thomas en mi vida. En el ámbito amoroso las cosas no estaban floreciendo, incluso estaban marchitándose tristemente. No fueron nada fácil los siguientes días sin él. Con el corazón roto, apenas podía mantenerme de pie durante el día. Y durante la noche... él aparecía hasta en mis sueños para atormentarme. Su rostro dolido se repetía una y otra vez en mi cabeza y me detenía el pulso por pura angustia. A ese paso, terminaría teniendo un paro cardíaco y seguramente una vez muerta, mi alma lo seguiría viendo en la otra vida.
Lo extrañaba horrores. Había perdido la cuenta de cuántas veces había revisado mi móvil esperando un mensaje suyo. Pero no había nada allí. Lo odiaba por respetar tanto mi decisión. Y a la vez se lo agradecía. No confiaba en mí misma y sabía que si solo me rogaba una vez más, mis sentimientos serían más fuertes que mi razón. Porque... Mi decisión había sido la correcta, ¿Verdad?
La duda daba vueltas y vueltas y extrañarlo no ayudaba en nada.
El viernes arrojé mi bolso al sillón al llegar a mi departamento y me dejé caer en la cama. Estaba exhausta. Mental y emocionalmente. Cuando escuché que tocaban mi puerta, todo mi cuerpo se congeló.
<Thomas...>
Mi ilusión me traicionó.
—¡Sof! Soy yo. —Era Serena. Pude volver a respirar aunque con la decepción a flor de piel. Me puse de pie y abrí la puerta—. Wow, luces como la mierda.
Las ojeras debajo de mis ojos debían ser como dos hoyuelos negros. Sin contar lo hinchados que debían estar mis ojos por haber derramado alguna que otra lágrima en cualquier momento inoportuno del día al pensar en Thomas.
—Gracias, que divina eres. —Volví a mi cama y ella se adentró a mi hogar—. ¿Qué haces en mi puerta un viernes?
—Te dije que iba a venir cuando terminara con la semana de exámenes.
Había estado tan sumergida en mi miseria que olvidé eso completamente. Mi hermana fue de las primeras, después de mamá, en preguntarme lo de la noticia y la difamación de mi persona. Le conté, aunque no la parte de que había cortado mi relación con Thomas. Todavía ni yo misma me lo creía. Ella aseguró que vendría a ayudarme cuando pasara sus exámenes. Y ahora caía en que debía actualizarla sobre mi vida. Y decirle eso que tanto me costaba admitir en voz alta.
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El diablo viste de traje
RomantikAl jefe de Sofía lo despidieron. Ser secretaria de un anciano machista nunca había sido de su agrado así que, al volver a la oficina, lo hizo con la expectativa de que se encontraría con una persona más capacitada y menos odiosa. Solo para encontrar...