The Empress in the Shadows

Capítulo 82

[AVISO]
Todo el crédito de la historia original pertenece a Levelgap

En el Palacio Real, en el patio donde se encontraba una amplia extensión de espacio libre, se escuchaba el sonido de una espada blandiéndose. Una hermosa chica con cabello plateado platino y ojos carmesí se movía por el lugar, su espada dejaba un rastro que solo ella podía ver.

Todavía podía recordar esa escena como si fuera ayer. La forma en que esa pequeña niña que se hacía llamar Shadow luchó y derrotó a Zenon con un estilo de espada que era notablemente eficiente. Ella estaba tratando de replicar eso, su estilo de espada ideal que Shadow encarnaba.

Mientras lo hacía, su mente estaba preocupada por algo que la venía molestando desde hacía algunos días.

"¿Dónde está Rose ahora mismo? ¿Por qué no ha vuelto?"

Desde que regresaron a Midgar, Rose fue convocada de inmediato a su país. Solo escuchó que querían ver cómo estaba después de ese cierre repentino dentro de la Ciudad Santa, aunque fue muy extraño que no se comunicara con ella después de regresar a su propio país.

Alexia se sentía un poco frustrada últimamente. Se vio obligada a hacer su propia investigación debido a la ausencia de Rose. Ambos prometieron que juntos descubrirían más sobre el conflicto oculto que sucedía tras bambalinas, pero sin ella, solo podía hacerlo ella misma.

Dio otro golpe y esta vez se sintió un poco más cercano a lo que había visto esa vez, aunque no estaba lo suficientemente concentrada como para notarlo mientras dejaba escapar un suspiro. Arrojó la espada de entrenamiento de madera al contenedor de madera que estaba a un costado, mientras tomaba la toalla apoyada en la pared y la usaba para limpiarse.

—No puedo… mi mente está muy distraída ahora mismo… —Miró al cielo, donde podía ver la luna ligeramente oscurecida por las nubes, antes de suspirar—. Tengo que dormir pronto… —Recordó lo de la escuela mientras murmuraba.

Estaba pensando en entrar al castillo cuando escuchó un alboroto a lo lejos. Sintiendo curiosidad, se dirigió hacia el lado donde se encuentra el pasillo de entrada y escuchó los gritos de los guardias más allá de la habitación.

"¡Sal de este lugar! ¡No tienes permitido entrar aquí!"

"¿De verdad vas a apuntarme con tu espada? ¡Puede que acabes arrepintiéndote de ello…!"

Esa voz le sonó un poco familiar. Pensando en eso, abrió la puerta y vio a muchos guardias reales rodeando a una persona.

- ¿Qué está pasando aquí? - Ante su pregunta, uno de ellos se volvió hacia ella.

—Princesa... esto no es nada. Simplemente pillamos a alguien merodeando por aquí.

—No lo soy. —Su atención se centró entonces en la mujer que estaba rodeada. Ahora podía verla a través de los huecos que dejaba el cerco, ya que los guardias reales también miraban a Alexia.

—Oh… puedes dejarla en paz, es mi invitada. —Al reconocer ese cabello largo y oscuro y un cuerpo que parece esculpido por los dioses, rápidamente despidió a los demás.

"...Entiendo..." El jefe de los guardias reales asintió antes de levantar la mano.

Con eso, los demás envainaron sus espadas y miraron a la mujer mientras los dejaban solos. Alexia suspiró antes de mirar a la mujer que era más alta que ella.

"Entonces... ¿qué estás haciendo aquí, Señora Loca?"

—Soy Aurora. Además, tú eres quien me invitó. —La Dama Loca, o Aurora, ahora que lo sabía, afirmó con esa voz profunda y madura que tenía.