Siendo de día, Zelle por fin se encontró con Alma, no tenía idea de cómo sentirse al respecto o si realmente podría hacerse cargo de ella. Seguramente no sería ningún problema mientras estén con Blark en su casa, un espacio irreal que todavía aguardaba secretos en sus profundidades. Alma solo fue a saludar a Zelle como su padre sin ser conciente aún sobre el tema de las identidades.
-¡Buenos días, papá!
-Por favor, llámame Zelle. Buenos días.
-¿Más nombres? -preguntó Alma divertida.
-«Zelle» será el único nombre ahora -dijo poniendo su mano sobre la cabeza de Alma en un intento de dar cariño, aunque su expresión era muy seria-. ¿Ya hay algo para comer, Blark?
-Sí, Blark, quiero comer -estuvo de acuerdo Faris.
-¡En eso estoy! Vayan a sentarse en lugar de estar aquí estorbando.
Cada quién se retiró de la cocina para ir a la sala principal donde está la mesa. En unos minutos Blark llegó a servir la mesa y cuando todos estaban listos para comer, la puerta de entrada fue tumbada de una patada por Eda. Esto asustó a Alma y puso en alerta Zelle y Felis. Blark por su parte comenzó a sentir dolor en su cabeza y colocaba su mano en ella con expresión de incomodidad.
-¿No se cansan de caminar tanto para llegar a esta casa todo el tiempo? -preguntó Faris aburrida de esta repetitiva situación.
Celia tomó la delantera ingresando a la sala principal antes que Eda y comenzó a decir sus demandas.
-No es necesario que se alarmen, vinimos por la máquina del tiempo.
-Blark, ¿cómo es que ellas saben de la máquina? -preguntó Zelle.
-Mis sospechas eran ciertas -mencionó Blark-, la existencia de Eda está relacionada con la máquina del tiempo.
-¿Cómo es eso posible?
-No tengo idea, la máquina nunca ha estado en posesión de nadie aparte de mi padre y yo, Eda ni siquiera debería de existir si nunca ha sido un miembro de nuestra familia. Todo este misterio me provoca un fuerte enredo en la cabeza.
-Blark -interrumpió Faris-, ¿quieres que las elimine de una vez? De todos modos todavía no he comido nada.
-¡Qué estás diciendo, Faris! Morirías al intento por sobresaturarte, ni se te ocurra acercarte a ellas.
-¿Pero no es que tienes una máquina del tiempo? Siempre puedes regresarme usando esa cosa como quieras.
-Si uso la máquina para regresarte, también lo harán Celia y Eda. Guarda silencio mientras me encargo de esto. Eda, explícame todo tu contexto y tal vez pueda hacer algo para ayudarte, y si no pudiera hacer algo, de nada sirve todo este conflicto.
Eda se quedó pensando por varios segundos para tomar una decisión.
-Faris, tú causaste mi existencia -dijo Eda-, por tu culpa estoy aquí y tal vez no tenga la oportunidad de volver.
-Eso no es posible, Faris en ningún momento se ha relacionado contigo, siempre ha existido bajo mi custodia.
-Blark, tú eres el experto en el tiempo, seguramente sabes que desde tiempos inexistentes pueden haber secuelas. Incluso tú seguramente has formado parte de un tiempo que ya no existe por haber usado ese reloj de arena.
Celia tomaba apuntes sobre los detalles claves de lo que escuchaba.
-Mi mente sigue sin figurar nada de lo que pudo haber pasado contigo, sea más directa para que podamos terminar esto más rápido.
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Faris
Science FictionFaris es una niña de cinco años que sufre del aburrimiento que le provoca llevar a cabo una rutina diara cien porciento monótona donde todo pareciera ser un bucle infinito sin tener la posibilidad de cambiarlo hasta que convence a Blark; su tutor, d...