Capitulo I

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Para el fandom, por supuesto


Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo.

Eso es lo que me pasó a mí con mi hermana.

Mi hermana hubiese cumplido ayer 6 años, pero murió hace 5.

Se había ido de casa a los 4, yo tenía 6 años. Mi familia nunca le perdonó ninguna de las dos cosas, ni que se haya ido, ni que se haya muerto.

Esto, si no fuera terrible, hasta sería gracioso.

Pero no lo es, lamentablemente.

Perdonen si este párrafo es confuso. Quiero contar toda la historia esta noche.

Mañana me voy para Nueva Zelanda.

Tal vez si logro repasar mi historia en voz alta, aunque sea una vez, me sienta más liviano en el momento de tomar el avión.

Pero no sé si podré lograrlo.

I

Nosotros vivimos en Red Hill Paddingtonen una de esas grandes casonas de principio de siglo, en una calle cerrada.

La casa es enorme, de ambientes amplios y techos altos, de dos plantas. En la planta baja, un pequeño hall, la sala y la sala de juegos. En la planta alta está la cocina y el comedor, otra sala, los dormitorios, el de mis padres, el de mi hermana y el mío, el estudio de mi padre, donde está la biblioteca, un par de habitaciones vacías y dos balcones. Obviamente también hay baños tres en la planta de arriba y uno en la primera planta,

La casa, en la parte de adelante hay una fuente que alrededor esta rodeada de macetas con tulipanes de diferentes colores que pertenecen a mi madre y sus arbustos contra la pared ya que cultiva y cuida sus hierbas con un amor, Tiene una mirada terrible, una de esas miradas que bastan para que uno se sienta temor, pero ella es una Gram madre cariñosa, paciente y amorosa.

En realidad, no sé por qué les cuento esto, no tiene mucho que ver con nada y no es importante. Pero cada vez que recuerdo a mi hermana y mi madre me acuerdo que como jugábamos con nuestra madre en la sala de juegos:

Uno de los momentos más felices de mi niñez era cuando me llamaba mi hermana y me pedía que jugáramos. Me explicaba cuál era el nuevo juego para jugar y las reglas

* * *

Con mi padre la relación es igual que con mi madre, pero tengo un poco de menos recuerdos ya que El, trabajaba ocupándose de lo suyo, es decir de sus negocios, viajes y sus cosas, cosas que nunca compartió mucho con nosotros.

Mi padre es, aún hoy con sus treinta y siete años, un tipo corpulento.

Mi hermana había sido su orgullo, de la familia. En las fotos de cuando Bingo era chica y estaba con papá, hay una expresión de felicidad, una gran calma y un indisimulado orgullo en los ojos de mi padre.

Bingo nació pesando más de 120g, el pelaje naranja como el de mi madre y los ojos manipuladores como los de él. Era una perfecta síntesis de lo mejor de cada uno de ellos, el pelaje lizo, la nariz recta. Un precioso niño.

Cuatro años ante mi madre quedó por primera vez embarazada, pero el bebé, un niño, murió en el parto. En ese momento decidieron no tener más hijos. Después de dos años cuando mamá volvió a quedar embarazada no lo podían creer. Ezequiel colmaba todos sus miedos, era una distraída y una hija desordenada, era todo lo que habían temido

Se imaginarán que de ese embarazo nací yo. Bingo me confesó muchos años después que me odió por eso. Odió a ese bebe que no era linda (yo tengo la combinación inversa; el pelaje de mi padre y los ojos amenazantes de mi madre). Me odió por romper esa química,

Los ojos del teckel arcoirisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora