6. ¿Una declaración de Amor?

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🐰FREEN🐰


Sus ojos marrones me miraban fijamente, luego bajaron a mis labios mientras sus manos sostenían mi cintura con un toque descarado que hizo que todo mi cuerpo se tensara.

—Ya sabes lo que quiero... ¿o tengo que decirlo? —susurró Becky con voz baja, inclinándose peligrosamente hacia mí, su rostro a escasos centímetros del mío.

Por un segundo, me quedé congelada, sintiendo su aliento cálido en mi piel. Pero en un movimiento rápido, le di un rodillazo entre las piernas con toda mi fuerza.

—¡Maldita sea, Freen! —se quejó, cayendo de rodillas al suelo, retorciéndose de dolor.

—Eres una pervertida, acosadora y molesta —murmuré con el ceño fruncido, asegurándome de que Paxton, que estaba en la sala, no pudiera oírme—. ¿Cómo te atreves a tocarme así?

—Si no querías, solo tenías que decirlo. No hacía falta actuar como una salvaje —respondió, todavía en el suelo, mientras me lanzaba una mirada irritada.

—¿Yo, salvaje? —repliqué con sarcasmo, cruzándome de brazos—. Deberías darme las gracias por no denunciarte por acoso.

—¿Qué? —Becky me miró incrédula.

—Y ahora haz que Paxton se vaya de aquí. Si no, te juro que haré un escándalo y le diré que intentaste secuestrarme.

Becky arqueó las cejas, claramente exasperada.

—Estás loca, ¿sabías?

—Sí, y si sigues molestando, vas a conocer a una Freen mucho peor —le respondí con una sonrisa fría.

Becky rodó los ojos, se levantó con esfuerzo y salió del baño, murmurando algo sobre mi.

Pasó lo que parecieron horas. Todo estaba en silencio, tanto que incluso dejé de escuchar la voz de Paxton. Finalmente, salí del baño con cautela, caminando por el pasillo hacia la sala. Ahí estaba Becky, sentada tranquilamente en su mesa, dibujando con total concentración.

—¿Ya se fue? —pregunté, mirando alrededor. No había señales de Paxton.

—Sí, ya se fue. —Respondió sin apartar la vista de su dibujo.

—¿Y por qué no me avisaste? Estaba encerrada como una tonta en el baño.

Becky levantó una ceja, aún sin mirarme.

—Creí que serías lo suficientemente inteligente como para notar el silencio y salir por tu cuenta.

Apreté los puños, pero decidí no discutir. Respiré hondo y revisé mi teléfono. Al ver la hora, mis ojos se abrieron de golpe: era la 1 de la madrugada, y tenía diez llamadas perdidas de mi madre.

—¡Mierda! —murmuré, marcando su número de inmediato.

Después de calmar a mi madre y mentirle diciendo que estaba en casa de una amiga trabajando en un proyecto, me dejé caer en el sofá, agotada. Becky finalmente levantó la vista de su dibujo y me miró con una sonrisa burlona.

—¿Te vas en taxi? —preguntó.

—No. Me quedaré.

DISEÑADORA DE MODAS || FREENBECKY (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora