O5. his name is alec

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— Volvamos a casa —dijo Carlisle en voz baja pero audible

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— Volvamos a casa —dijo Carlisle en voz baja pero audible.

La luz del sol comenzaba a declinar, proyectando sombras largas y oscuras en el campo vacío. Ya no quedaba nada de los neófitos, la hoguera empezaba a apagarse y los pedazos de porcelana demolida se perdían entre el cesped y la tierra.

Los Cullen empezaron a seguir al patriarca en silencio. Emilie caminaba junto a Emmett y Rosalie, su brazo envuelto en el de su hermana y su mente estaba perdida en lo que había sucedido.

Por una parte, sentía lastima por la neófita y se preguntaba el porqué no le dieron una oportunidad, después de todo, solo era una niña asustada.

Por otra, su mente repetía como disco rayado los pocos momentos que hizo contacto visual con aquel guardia Volturi. No podía explicar por qué, pero desde el momento en que sus miradas conectaron sintió un tipo de conexión inexplicable, como si hubiera un hilo invisible que los uniera.

A Emilie le intrigaba saber quién era. Pero prefería dejar de lado su curiosidad y mantenerse alejada de ese clan, pues sabía que, de lo contrario, podrían haber consecuencias con las que no podría lidiar.

¿Lo volvería a ver? Esperaba que no.

— ¿Emilie? —llamó Rosalie, sacándola de sus pensamientos.

— ¿Sí?— respondió, volviendo a la realidad.

— ¿Qué pasa? —cuestionó la rubia, mirándola con curiosidad— Pareces distraída.

Emilie se encogió de hombros y negó.

—Nada, solo estaba pensando.

Rosalie la conocía, sabía que no era la verdad. Estaba segura que había algo más, algo que Emilie no quería admitir, ni siquiera para sí misma. La miró con una ceja levantada pero no volvió a preguntar.

Emilie desvió la mirada. No quería hablar de lo que pensaba con nadie, porque no podría explicarlo, ni siquiera a sí misma. Pero sabía que no podía ignorar la sensación que ese chico había despertado en ella. Era como si hubiera abierto una puerta en su mente, una puerta que no podía cerrar ni tampoco dejar de pensar.

A unos metros suyos, Edward caminaba con Bella tomada de la mano, escuchaba los pensamientos de su hermana con las cejas un poco unidas por lo que pensaba. Tendría una futura plática con ella sobre eso.

Emilie siguió su camino detrás de su familia, y con ella una sensación que la hacía sentir que su vida estaba a punto de cambiar de manera irreversible.

[...]

— ¿Regresarás a Francia?

Emilie cerró los ojos, exhausta de la pregunta que parecía no tener fin. Durante las últimas veinticuatro horas había sido lo único que escuchó; cada miembro de su familia le preguntaba lo mismo cuando tenían oportunidad, cuestionaban si volvería a irse o no, todos recibían la misma respuesta.

𝐋𝐄𝐓𝐇𝐀𝐋 𝐖𝐇𝐈𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora