SEBASTHIAN PETROV

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Años atrás...

Todos estamos esperando a que salga Yuri a darnos la noticia de que nacieron las bebes sanas y salvas, pero... Solo salió Yuri con una expresión de terror y miedo en su rostro y un pequeño bulto entre sus brazos, todos nos acercamos a mirar a la pequeña, soy el último en mirar a la bebe y algo dentro de mí se pone en marcha, es como si todo lo que había hecho durante toda mi vida ya no tuviera valor, no se que sucede pero toda la perspectiva de mi vida cambia en un instante, me maravillo por la hermosura de esta bebé, realmente era una bebe hermosa, muy hermosa, los bebes de por si son arrugados y... Extraños, pero la bebe de Yuri era... Perfecta.

Miro a Yuri y se desmorona, nos dice que la otra bebe no está en posición de parto y T tendrá que atenderla quirúrgicamente, Ruth llega y se lleva a la bebe y mi mirada sigue a Ruth hasta que desaparece con la bebe logrando que de inmediato mi pecho se apriete, me doy media vuelta y me alejo, me siento y pienso porque me siento tan mal, miro la puerta por donde se fue Ruth con la bebe y trato de respirar pausadamente, los minutos pasan y todos comienzan a irse, miro nuevamente la puerta donde esta Nala y T, suspiro y me levanto, miro a Yuri y se que quiere estar solo y por mucho que yo quiera permanecer allí no puedo hacerlo, solo soy un Vor.

Me alejo de la sala de espera improvisada y por cada paso que doy mi corazón se aprieta, desaceleró mi paso y siento que algo muy dentro de mi pecho me tira hacia atrás como si debiera irme de aquí, me doy la vuelta y miro el camino por donde vengo, gruñó y me doy media vuelta y me alejo a toda carrera de esta zona de la casa grande paso la cocina, el comedor y por último llego al recibidor, abro la puerta principal y salgo de la casa hiperventilando.

- Creí que te quedarías a cuidar a las bebes - escucho una voz detrás de mi y llevo mi mano hacia atrás exactamente al arma que llevo a mis espaldas.

- Joder Sergei - Que te pasa? - Te hubiera volado los cesos! - Grito y Sergei se ríe, maldita sea todos aquí estamos locos y no nos importa nada.

- Por eso lo hice - Porque se que no me hubieras disparado - Tienes control - Aunque... Creo que en estos momentos no lo tienes - Sergei me analiza mientras llevo una mano en mi cintura y otra la paso por mi cabeza.

- Eres un cabron - lo escucho reírse de mi mientras saca su cigarrera, saca un cigarrillo y lo enciende noto que aspira y luego suelta el humo.

- Te quedaste mucho tiempo en la sala de espera -

- Di lo que tengas que decir - No eres un hombre de andar tras las ramas - Solo dilo - gruñó entre dientes por que estaba insinuando algo y yo sabía que era.

- Solo digo que estas muy extraño - Tu eres un hombre con control - tranquilo - Eres el único estable entre todos nosotros los locos - Ahora estas fuera de tu eje y... Eso sucedió luego de ver a la bebe - se acerca lentamente mientras yo entrecierro los ojos.

- Ahora mirate - Estas resoplando como un oso enojado y lleno de mierda - Realmente no querías irte - Aún así sales de esta casa como... -

- Basta... - Solo... - tartamudeo y puedo ver como Sergei sonríe de lado.

- Te estas armado excusas baratas - Sergei exclama y se da vuelta, se aleja de mi para ir hacia la puerta y frena su caminar para mirarme por encima del hombro.

- Tienes prohibido salir de esta casa - Así que adentro ahora - dice y odio que me diga que hacer.

- Pero... - me frena de inmediato.

- Pero nada Sebasthian - Me importa un pitó si te sientes incómodo porque una bebe te tiene de las pelotas... - Porque te tiene y es mejor que te hagas a la idea - Es mejor que te hagas a la idea ahora que ella es bebe a que te hagas a la idea cuando sea mayor y se la folle otro hombre - las palabras de Sergei me irritan de sobremanera veo rojo de la rabia y gruñó, nunca lo había sido pero hoy me siento posesivo.

SERIE LA MUÑECA DEL BRATVA - SEBASTHIAN - LIBRO 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora