𝗠𝗢𝗢𝗡𝗟𝗜𝗚𝗛𝗧 𖥻 ִ ۫ ּ 🌙
Cuando Scott Clearwater, un joven lobo de La Push, se ve obligado a asistir a una fiesta con los Cullen, nunca imagina que esa noche su vida cambiará para siempre. En un giro inesperado del destino, descubre que Ali...
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PRÓLOGO
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La casa de los Cullen estaba llena de risas y música, aunque para Scott Clearwater, el sonido parecía un eco distante. Había insistido en quedarse cerca de Jacob mientras este buscaba a Bella para disculparse, su expresión estoica reflejaba el disgusto que sentía al estar en territorio enemigo. Desde su transformación, Scott no había tenido contacto directo con vampiros, y cada fibra de su cuerpo le gritaba que debía irse. Pero aquí estaba, cumpliendo con el extraño deber de acompañar a su amigo.
Jacob caminaba al frente, confiado, mientras Scott intentaba ignorar el dulce y nauseabundo aroma que llenaba la casa. Los Cullen no hacían nada para ocultar lo que eran, y la tensión entre ambos mundos estaba casi palpable. Para Scott, estos vampiros eran un recordatorio constante de por qué existía su manada.
Alice Cullen, por su parte, estaba en su elemento. Se movía con gracia entre los invitados, asegurándose de que todo saliera a la perfección. Pero algo estaba mal esa noche. Un vacío extraño nublaba su visión, una ausencia en el flujo del futuro que no lograba comprender. Los lobos. Desde que llegaron a Forks, su don había estado fallando cada vez que ellos estaban cerca, y ahora, ese vacío parecía más grande que nunca.
Entonces, ocurrió.
Scott apenas había cruzado el umbral cuando un tirón inexplicable lo detuvo en seco. Su mirada se encontró con la de Alice al otro lado de la sala, y el mundo pareció detenerse. El aroma que antes lo había molestado ahora lo envolvía, cálido y embriagador. Su lobo se agitó dentro de él, rugiendo con una fuerza que lo dejó sin aliento.
Alice también se congeló. Su risa se apagó, y su sonrisa habitual desapareció al instante. En su visión fragmentada, un destello había surgido por primera vez: el rostro de Scott. La conexión fue instantánea, pero el desconcierto también. ¿Por qué no podía ver más allá? ¿Por qué este joven, un lobo, había roto las reglas de su mundo?
La sala se llenó de una tensión palpable cuando Jacob notó el cambio en la expresión de Scott y siguió su mirada.
⸺¿Qué estás mirando?⸺preguntó Jacob, con un tono de advertencia.
Scott no respondió. No podía. Ni siquiera sabía qué estaba pasando. Todo lo que sabía era que no podía apartar la mirada de Alice, y que su corazón⸺el suyo y el de su lobo⸺ya no le pertenecían.
Alice sintió cómo algo dentro de ella se rompía y se reconstruía al mismo tiempo. No entendía lo que ocurría, pero una cosa era segura: este chico, este lobo, había alterado el equilibrio de su mundo.
Y en esa fracción de segundo, bajo la luz de la luna y el peso de sus respectivas naturalezas, comenzó algo que cambiaría para siempre la relación entre lobos y vampiros. Una unión que no debería existir, pero que era tan inevitable como la atracción entre la tierra y el sol.
