Ya era sábado por la mañana. Yo me estaba fumando un canuto al lado de la ventana, sentado en una butaca, mientras la veía durmiendo plácidamente enterrada entre cojines y peluches. No sé cómo coño deja a un desconocido, metido, y bastante ido de la olla, en su casa a solas con ella. A lo mejor le mola lo sado, hay chavalas a las que les mola que las secuestren y que les peguen mientras follan... dios que miedo tío, esperaba que no fuera así ni del palo.
Fui hacia la cama y me senté a su lado, llevaría durmiendo unas cuatro horas pero yo me tenía que pirar a mi casa rápido, tenía una de esas comidas familiares donde tienes que ir con buena cara y decir que todo te va bien. Vaya mierda. Encima mis primas son odiosas y yo iré con la empalmada del mil.
Me estaba bajando todo y en cuestión de minutos me pondría a dormir, teníao que ir a Terrassa y eran las diez y media. Busqué por mis bolsillos y encontré una de las pocas papelinas que me quedaban, la abrí y descubrí que era meta, bueno; es algo que me mantendrá vivo. Saqué mi DNI y una tarjeta medio polvorienta y me dispuse a buscar una base. Miré a mi alrededor y lo primero que me pasó por la cabeza fue coger un netbook que estaba en la mesita de noche.
Noté como se giraba y empezó hacerme caricias en la espalda. Me preguntó qué hacía, se incorporó poco a poco, hasta fijarse en que me estaba haciendo una raya. No parecía mosqueada ni nada sabéis, pero se rayaba por ver que me estaba metiendo. Le comenté que me tenía que ir para casa y me pidió el numero de teléfono. Pensé en no dárselo, no me gusta llevar móvil ni tampoco tengo ganas que contacten conmigo. Seguidamente me metí aquello, me levanté y empecé a recoger mis cosas.
Me dió su número antes que yo le diera el mío, dijo que me lo guardara y que, si me acordaba de ella, que la llamara. Sinceramente no tenía propósito en volverla a ver, después todo sale mal y tienes aquellos percales que no te molan nada... No mezclemos sexo, fiesta y drogas con amor, algo que aún no he probado.
Ya iba enchufado, y hacia la Renfe. Al llegar me encontré a dos putos seguratas y sus lame culos, los revisores. Con los ojos como platos y la mandíbula que me estaba matando, compré un billete y piqué para poder pillar el tren.
<<Buenos días mamá>>, le dije cuando entre en la cocina. Mi madre, como no, me echó la bronca por venir demasiado tarde, ya que estaban preparando la mesa y mi familia estaba a punto de venir. Joder, esta mujer nunca se relaja, algún canuto le iría bien... encima tengo que ducharme y hacerle el pedido a KL. Antes que fuera más tarde, le llamé para confirmar aquello. Me lo cogió su hermana, decía que él estaba en la ducha y que yo era un cerdo de mierda, que no me quería ver y esas inmensas gilipolleces que dice una futura yonki niñata de mierda cuando le baja la droga. Le colgué porque me estaba taladrando con sus paranoias. ¿Pero qué le pasa? Su puta madre... si no estamos de nada, y ademas lo que le pase el otro día estaba bueno.
Después de la comida familiar y de aparentar estar vivo mientras me estaba muriendo por dentro, me fui a Can Falguera, una okupa que tenemos.
Aquí tienes lo tuyo cabronazo, le dije a KL mientras le chocaba la mano y le dejaba aquella bolsa en la mesa. Faltaba gente, solemos estar siempre todos aquí dentro, llenamos de humo la habitación hasta reventar nuestras neuronas y muchos nos sobamos en el sofá con la fumada.
Estábamos viendo una de esas típicas películas de tíos con cochazos, putas, dinero y fiestazas de la parra. Todos callados hasta que saltó KL y me preguntó sobre la noche y aquella chavala. Le expliqué todo y no paraba de reírse. ''Vaya tela''. Sólo repetía esas dos palabras. En realidad este chaval a veces se merece una hostia, lo digo porque sé que va hablando de mi a mis espaldas, tiene interés, interés en la mierda que tengo y que vendo, un día le pegaré un tiro.
-Anda, prueba lo que te he traído y dime cómo está, quiero irme a dar un rulo y estar tranquilo, que llevo despierto desde ayer por la mañana-. Se pintó tres, dos para él y una para un pijito que había traído, sí sí, el típico niño de papá, aquel con la típica motaza, pasta y ropa cara.
Me dirigí a la puerta y KL me tiró el fajo de billetes. ¿Por qué siempre me dará el dinero en billetes pequeños? podría pedir cambio, me la pela, me ha pagado, cosa que hace cada mucho tiempo. A medida que salía por la puerta escuché al pijito decir que la keta estaba buena, que picaba demasiado. -¿Como quieres que no pique si es químico, gilipollas?-. Pensé.
Salí de la okupa y pisé una mierda, aparte de cagarme en dios fui a limpiarme con algo. ¡Coño! una moto. Para ser un poco cabrón alcé la pierna hasta limpiarme la bamba con el asiento,lo dejé todo lleno de mierda, joder, que risa me eché yo solo, el pijito se iba a cabrear.
Piqué sin pensarlo a la puerta, salió ella con una camiseta de aquellas anchas que le caía como un vestido, unas bragas negras y descalza. Tenia cara de estar cabreada con el mundo, me miró, dejó la puerta abierta y subió por las escaleras interiores que había en la casa. Joder, no sé porque me pasan estas cosas a mi. Seguramente tendrá la regla y se pone de mala leche a la mínima. Subí las escaleras hasta llegar a su habitación y me apoyé en el marco de la puerta.
-¿Laura, que te pasa? Sabes que me jode verte así, ademas aquí me tienes en tu casa y yo no puedo estar aquí sin tu hermano-. No me respondió, seguía en la cama boca abajo y al final tuve que ir hasta allí y sentarme. Estuve diez minutos a su lado hasta que me estiré y comí techo pensando en mis cosas. Puso su cabeza en mi hombro y me rodeó el cuerpo con el brazo.
-Eres un hijo de puta-. Por fin habló, aunque fuera para insultarme. Sabía que quería algo de mi, me dejó entrar y no me había dicho nada, me hubiera puesto a parir delante de todo el vecindario, y no lo ha hecho, a lo mejor quiere droga y por eso se calla la boca.
-Me ha contado mi hermano que os fuisteis de rave y que tu te tiraste a una puta come bolsas, una zorra de esas que por un par de rayas ya te las follas. Me tienes a mi Sid, esta noche tendríamos que haberla pasado juntos-. Bueno, la verdad es que algo alterada sí que estaba, le dije que se calmara, me incorporé y cogí un cigarro de la pitillera, le ofrecí uno.
-Laura sabes que no tenemos nada, que follamos y aveces te paso mierda, folla-amigos. ¿Recuerdas?- Parece que eso le sentó peor aun. No quiero nada con ella porque sé que me la jugaría, a parte es la hermana de mi colega y ya se esta desfasando demasiado. La veo mucho más delgada que antes, mas pálida de piel, ojeras, dios... parece que lo haya pasado mal.
Me fijé en el culo que tenía porque la camiseta se le había subido a la altura del ombligo, tenía rozaduras o una especie de arañazos en el cachete, me incorporé y me acerqué para verlo, habían zonas amoratadas. Le toqué una de aquellas heridas, de repente chilló y se volvió hacia a mi. Cuando se giró vi que en la cadera también tenía esas marcas, sabía que pasaba algo.
-¿Laura, qué cojones está pasando?-. Le pregunte a medida que me levantaba y tiraba la ceniza por la ventana. Me la quede mirando un buen rato. Rompió a llorar.