¿Amigantes o algo más?

Capitulo 20

 Advertencia: contenido muy delicado y demasiada violencia

MIA

Después de aquel brindis y aquella promesa, muchas cosas cambiaron por ejemplo ya no estoy con Miguel ni con nadie, tengo contacto zero con Marizza, Miguel está en la cárcel y por ultimo pero no menos importante ahora Manuel y yo somos ...

Pero creo que para entender todo esto tendremos que ir unos momentos al pasado y explicar como ha podido suceder todo esto.

FlashBack 1

El día siguiente después de la fiesta de la revelación de género, volví a casa y me sorprendió que encontrar a Miguel sentado en sofá del living hecho una furia, ya que suesptemante él a estas horas tendría que estar trabajando con su adorada jefa, pero noté que estaba tan enfadado que parecía que le hiba a salir humo de la cabeza.

- ¿Qué són estas horas de venir Colucci, me encantaría saber donde haz pasado la noche? - me dijo Miguel mientras caminaba y con cada paso que se acercaba más cada paso daba más miedo.

- Estuve en la fiesta de revelación y después me fue con una amiga - dije intentando que no noté lo nerviosa que estaba al tenerlo cara a cara

- Mentirosa - me cacheteó

- Te lo juro que es verdad yo no podría mentirte a ti

- Mira Mia te voy a decir dos cosas, la primera es que hoy no estoy teniendo un buen día como veras estoy aquí cuando no tendría que estarlo porque tendría que trabajar pero me acaban de informar que me han despedido

- ¿Qué? - Pregunte incrédula

- Callate la boca y no me interrumpas cuando hablo, asquerosa - me volvio a golpear - y la segunda es que no importe lo que pienses ni sientas pero si tengo que descargar mi furia contigo lo haré.

Después de esa charla decidi irme hacia mi cuarto y cuando me giré para hacerlo sentí como su mano se agarraba bruscamente contra mi brazo

- ¿A donde crees que vas? - me preguntó con un tono amenazante tanto así que se me erizo la piel del miedo - ¿crees que me olvidado de lo de esta mañana?

- Pero que te juro que te digo la verdad, yo ya no se que quieres que te diga - le dije pero mis palabras fueron en vano porque  no puedieron que ahora se me avezinara una gran paliza

- Ay, Mia creo que no vas a volver a ver a la persona con la que has pasado la noche - me dijo con un tono que daba mucho miedo pero tranquilo - ¡Porque te voy a matar! 

El primer golpe fue en el costado, un puñetazo seco que le sacó el aire de los pulmones. Jadeé, doblándome ligeramente por el dolor, una punzada aguda que se extendió como fuego por mi abdomen. No podía ni llorar ni gritar; estaba congelada en el momento, incapaz de procesar lo que acababa de ocurrir aunque que pasaba eventualmente nunca me llegó acostumbrar a los golpes y no se porque pero algo me dice que hoy será la peor.

Antes de que pudiera enderezarme, otro impacto llegó a mi hombro, haciéndome tambalearme hacia la pared.

El golpe más devastador fue el siguiente: una bofetada que hizo que mi cabeza girara bruscamente hacia un lado. Senti el ardor inmediato en la mejilla, como si mi piel estuviera a punto de romperse, y un pitido ensordecedor llenó mis oídos. El mundo parecía inclinarse; los muebles se volvían sombras borrosas mientras trataba de recuperar el equilibrio.

Cada impacto traía consigo una mezcla de dolor físico y un golpe emocional más profundo: la traición, la humillación, el miedo paralizante. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin control, mezclándose con el sabor metálico de la sangre en mis labios.