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WHITE MUSTANG / prologue ─── ₊ ⊹ speed drive 🪩
( 🏙️ ) manhattan, new york city, 2023
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────── LOS PASOS RÁPIDOS del hombre resonaban en la acera de concreto. Corría entre la gente, acelerando cada vez que el siguiente semáforo se ponía amarillo. Una vez más, llegaba tarde. No era nada nuevo para él.
A Nicholas le encantaba Nueva York, sus luces y sus edificios, pero había algo en la gente en las aceras a primera hora de la mañana... odiaba que sus hombros se derrumbaran cuando alguien delante de él caminaba en la dirección equivocada. Es decir, claramente hay una dirección correcta e incorrecta en una acera.
Su abrigo negro ondeaba al aire fresco, sus cejas se fruncían y sus labios formaban una fina línea. Odiaba llegar tarde, especialmente al trabajo, pero de alguna manera eso le salía natural. Juraba que no lo hacía a propósito, pero aún así sucedía casi todas las mañanas.
Suspiró profundamente, deteniéndose en una luz en rojo. Wanda, su secretaria, se tomó su tiempo para advertirle sobre los planes para el día, y Nicholas se encontró corriendo fuera de la cafetería por la avenida donde siempre tomaba su café grande diario para correr a la oficina.
Su taza para llevar estaba caliente contra su palma fría mientras jugueteaba con su mano libre en el bolsillo de su abrigo cálido, buscando sus airpods. Maldijo en voz baja cuando no pudo encontrar el pequeño estuche en ninguno de los bolsillos. Esperaba haberlos dejado en casa, no podía haber perdido otro par.
Como guinda del pastel, una pequeña gota de agua cayó sobre su afilado pómulo, seguida de una segunda en su cabello castaño. Se detuvo y miró hacia el cielo cubierto de nubes.
Afortunadamente para él, el estudio no estaba tan lejos de allí. Lo último con lo que podía lidiar en ese momento era una tormenta. Tan pronto como la luz se puso verde, sus pesados pasos se mezclaron con el ruido de la calle por la mañana.
El alto rascacielos hacia el que se dirigía ahora estaba al otro lado de la calle. Miró hacia arriba, leyendo "UTOPÍA" en la parte superior del edificio, una pequeña ola de orgullo lo invadió. Rápidamente llegó al edificio y para entonces su cabello estaba húmedo y el café en sus manos frío.
