—¿Los tienen en la mira? ¿Cuántos son? —Quiso saber por medio de su audífono.
—Señor, son unos nueve en la parte de afuera.
—Mátalos a todos.
—Listo, señor. Ya pueden entrar.
Tyler miró a Adriel y los dos se dieron una mirada junto con un asentimiento de cabeza para luego bajar de la camioneta. Cuando terminaron de entrar, vieron a los hombres de Clay tirados en el piso llenos de sangre y no pudo importarles menos. Avanzaron con cuidado, mirando a su alrededor y tratando de hacer el menor ruido posible para ingresar dentro de la mansión.
Tyler les hizo una seña con la mano de detenerse y se pegaron un poco hacia la pared. Volteó hacia el otro lado y vio a unos dos cuidando la puerta principal. Levantó la mano y luego la bajó, dos disparos directo a sus cabezas los terminó tirando al suelo. Volvieron a avanzar y empezaron a correr un poco.
—¿Quiénes son ustedes? ¡Intrusos! —Ellos voltearon viendo a uno de sus hombres yendo en su dirección. Adriel se encargó de dispararle antes de que él lo hiciera primero, ni siquiera le importó llenarlo de balas.
—Vale, como que ya no es necesario hacer silencio. Entremos de una vez.
—Creo que tienes razón. ¡Vamos!
Todos corrieron y entraron dentro, disparándoles a todo lo que se moviera. Por suerte, el tiempo que Adriel estuvo en ella le hizo conocerla un poco. Ya saben, siempre tiene que asegurarse de todo.
—¡¿Quiénes son ustedes?! —Gritó una señora saliendo de la cocina.
—¿Dónde está mi Bias?
—Yo no.... No lo sé.
—¡¿Dónde está?!
—Por favor, no me hagan nada.
Adriel la miró, se acercó a ella y solo le dio un golpe en la cabeza con su arma para noquearla. Miró a su alrededor estando desesperado por encontrar a su Bias que no estaba pensando en nada más que eso. Escuchó la voz de Tyler detrás de él y se dio la vuelta, siguiéndolo escaleras arriba. Se deshicieron de casi todos en esa mansión. Sin embargo, tal vez no de todos...
Clay estaba en el medio del pasillo con una navaja en el cuello de su Bias. Este estaba más que nervioso, pero al ver a su gatito claro que su corazón se aceleró y una emoción lo recorrió por completo.
—¡Buenas, buenas! Tan madrugadores que son todos, eh. ¿No se les ofrece una taza de café?
—Suelta a mi Bias.
—El enano hizo un trato conmigo.
—Exacto, mi padre lo hizo con usted, nosotros no. Vine por él, y me lo llevaré porque no vine hasta acá solo para verte la cara a ti, gilipollas.
—Uy, ¿Gilipollas? Cuántas malas palabras, eh —Presionó más aquella navaja contra su cuello —. ¿Qué harás entonces? Lo mataré antes de que puedas dispararme.
Adriel ladeó una sonrisa, avanzó unos pasos y Zack se colocó en el medio de ambos, cuidando a Clay.
—Yo creo que no estás en posición de hacer tal estupidez, Clay.
—Yo creo que sí, eh.
—Yo digo que no —Y tomó a Zack del cuello, lo levantó del piso y Clay abrió sus ojos más de la cuenta al ver tal situación —. ¿Crees que no me di cuenta cuando me tenías en aquel lugar? ¿Crees que no vi cómo lo mirabas? Soy bueno en ello, ¿Sabes? ¿Quieres que sea yo quien te lo quite a él?
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Bajo Mi Infierno
Mystery / ThrillerSÉPTIMO LIBRO A la Bestia le tocará hacer todo lo posible por encontrar a su hermano. Los demonios más violentos han sido liberados y los desastres serán parte de su búsqueda. ¿Podrá lograr encontrarlo y llevarlo a casa? La venganza será un plato q...