|4|

18 5 2
                                    

*****†*****¡¡¡No!!!*****†*****

Pov Joseph:

Desde pequeño, me han enseñado a ser fuerte y despiadado, a no tener sentimientos por nadie, ni siquiera por mi madre. No soy el típico chico que espera todo de sus padres; así no fue mi crianza.

En este mundo, es matar o morir. Si quieres seguir con vida, tienes que matar y no confiar ni en tu sombra. ¿Por qué? Sencillo: la persona que tú menos piensas es la que más rápido te traiciona.

Mi pasado es tan oscuro que todavía me atormenta. Cada vez que cierro los ojos, se repite una serie de imágenes como si estuviera pasando otra vez. Mi hermano nunca pasó por eso, porque prefería pagar los castigos yo para que él tuviera una infancia feliz y tranquila, que no se ensuciara las manos con sangre. Yo soy el mayor; tengo que velar por la seguridad de él. Me criaron para ser una máquina de matar, sin tener una pizca de remordimiento.

Pero todo cambió cuando llegó mi hermano, mi otra mitad. El cambio todo; somos unidos, todo lo compartimos.

Tengo tres padres y una madre. Ante los ojos de la sociedad, es una aberración, algo que está mal, pero nadie se atreve a decirlo en voz alta porque saben que el que se mete con un Messina se mete con el peor cartel italiano, el cartel (Cosa Nostra), un cartel temido por todos y al cual muchos quieren eliminar.

Como decía mi hermano, desde niños compartimos todo, hasta las mujeres. Para muchos es algo normal y para otros, no.

Para que nadie sospechara de los negocios turbios, mis padres abrieron una constructora llamada A&J, que, con el pasar del tiempo, se volvió la constructora más conocida y exitosa. Contando con tres sedes más en distintos países, por ejemplo: la primera sede se encuentra en Brasil y está dando sus frutos, la segunda está en México; a pesar de los conflictos que hemos tenido en México, la sede va viento en popa, y la tercera está en Italia. Y si saben lo que están pensando, son de Italia y no tienen la constructora mayoritaria allá, pues no; mis padres la inauguraron en Nueva Jersey y es donde vivimos actualmente.

Mi hermano y yo estudiamos en la mejor universidad de aquí.

Administración de empresas. Por ser el mayor, ya estoy ejerciendo mis estudios y estoy llevando las riendas de la constructora. Me ha ido bien; en estos momentos estoy revisando unos planos de un edificio que quiere una clienta cuando unos toques en la puerta me desconcentran.

-Adelante- digo con voz rasposa por el rato que ya llevo sin hablar.

La puerta se abre y por ella se asoma mi secretaria con unos papeles en mano.

-Señor, necesito que firme estos papeles. Es para la confirmación del proyecto del nuevo restaurante del señor Greg- dice con voz melosa, recostándose de más en mi escritorio para que vea su prominente escote, y con eso sé lo que quiere. Quiere una cogida y, ¿quién soy yo para negarme?

Me pongo de pie, camino a la puerta y le pongo el seguro para que nadie me moleste en este momento, pero no le voy a dar lo que ella piensa que va a obtener de mí.

Camino a pasos calmados, como un depredador, y me pongo detrás de ella.

-Sé lo que estás buscando, Camil- le digo, mordiendo el lóbulo de su oreja. Siento cómo se estremece y se le corta la respiración -y sé que si meto mi mano dentro de tu falda, vas a estar tan mojada- de ella escapa un jadeo y yo sonrío ladinamente -de rodillas, ahora- digo con autoridad.

En el vacio de su amor ©+21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora