Un mensaje peculiar. (cap 1)

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(pov Sae)

El destino me sonrió en ese instante y mi pie conectó con la pelota para anotar el gol faltante que selló la victoria de mi equipo, mientras la multitud estallaba en un clamor de alegría y mi nombre se convirtió en un grito de júbilo entre mis fanáticos. Mis admiradores me aclamaban, pidiéndome autógrafos o fotos mientras iba camino al recinto de vestuarios, todos los demás intregantes se quedaron en el campo celebrando, yo también debería estar ahí, pero prefería evitar temporalmente el bullicio, solía ir hasta el final, ya que todos me quieren tocar a la hora de celebrar y me siento acosado, me resulta agobiante y prefiero evitar eso.

Una vez que llegué al recinto, me senté en una de las bancas, recargando mis manos en mis muslos, me mantuve ahí unos momentos, repasando todas las jugadas en el partido. Comencé a sentir mi garganta seca, me puse de pie y me dirigí a la sala de reposo para tomar un poco de agua, al llegar, ví en una de las pequeñas mesas un regalo mediano con mi nombre en grande "Sae". Primero bebí agua para hidratarme y después me acerqué a aquel obsequio rojo con decoraciones turquesas.

Me pareció raro que hubiese un regalo aquí, los regalos mandados por fanáticos hacía nosotros se almacenaban en otro lugar, ví que aquella caja roja tenía una nota, decía lo siguiente;

Jugaste excelente ángel,
te ves igual de precioso que siempre
mientras juegas. ♡

Felicidades, gracias a tí el partido quedó en 5-2, tus movimientos son maravillosos. Sé que cada que finaliza un partido vienes al recinto,
te dejaré la caja por acá, te estoy viendo.

Espero que te guste el regalo,
vete acostumbrando a recibir más
de mis obsequios.

Para: Sae Itoshi
De: R. ;)


S

entí mi corazón latir fuertemente, ver esto claramente me perturbó, ¿sería algún imbécil haciendo una broma de mal gusto? Espero que si, ni siquiera pensé en abrir el regalo, lo sujete con la intención de hecharlo a la basura, aplique fuerza para poder elevarlo, pero nada, estaba pesadisimo, continúe intentándolo hasta que escuché como la puerta del recinto se abría, alguien entró y volvió a cerrar la puerta, mis latidos aumentaban cada vez de velocidad, me quedé viendo la puerta que separaba el recinto y la sala donde me encontraba.


El silencio era interrumpido con aquellos pasos resonando a través del recinto, aproximándose cada vez más hacía la puerta que nos dividía mientras yo escuchaba con atención.

Desde el otro lado, una mano desconocida giraba la manija lentamente, por un momento sentí como la adrenalina recorría mi cuerpo, ante de que la puerta se abriera y ver que solo era Leonardo.


- ¡Sae! ¿Dónde estabas? Todo el equipo necesita estar junto para celebrar, tú eres parte del equipo. - Me habló con su repulsiva "sonrisa", la cual solo demostraba el desprecio que sentía hacía mí, su mano se posó en mi cintura, dándome un brusco apretón.
- ¿Qué mierda te pasa? Ya te repetí muchas veces que no me toques con tus asquerosas manos. - Mi voz se elevó en  protesta, no podría describir la desesperación que me causaba Luna, forcejeé un breve intervalo pero fue en vano, la fuerza de él es mayor a la mía.

- Tranquilo Itoshi, somos compañeros, no hay porque tenernos odio. - Ahí estaba, ese jodido tono de voz que era como una serpiente enroscandose en mi espina dorsal, enviando escalofríos e incomodidad por todo mi cuerpo, su mano se mantenía agarrando con posesión mi cintura.

- ¿Qué es esa cosa? - Con el dedo índice de su mano libre señalo el regalo.

- No te importa. - Respondí frustrado, lo único que deseaba en este momento era largarme de su lado.

- Jajaja, veo que alguien está algo sensible. - Sus dedos se curvaban para darme nuevamente un pellizco en la cintura, como una pluma que se clavaba en mi piel, el dolor me hizo exhalar un gruñido de irritación, mi cuerpo reaccionó con un codazo impulsivo que le propine en el abdomen.

En un abrir y cerrar de ojos, el suelo se trocó en mi prisión y el rubio en mi celador, que se cernió sobre mí,  oscureciendo mi visión. - No te olvides quién manda aquí, Itoshi. ¿Acaso quieres volver a pasar lo de aquella vez? - Me advirtió con desdén, mi cuerpo se tensó de impotencia bajo su control.

El tiempo pareció congelarse mientras permanecíamos en aquella posición, hasta que la tensión se disipó y Leo se puso de pie, ofreciéndome su mano como una rama de olivo.

Sentí una oleada de enfado y aparte su mano con un golpe brusco, saliendo con prisa del lugar para dejar atrás el ambiente tenso, pero él me siguió con paso firme, abandonamos el recinto, apareciendo ahora en el campo, se nos estaban otorgando las medallas, una hilera se formó por nuestra parte, articulando un conciso alegato de manera individual.

Finalizando la celebración y resultados, el estadio se comenzaba a despejar, los aficionados evacuando el lugar. Me quedé nuevamente en el recinto, ya se encontraba vacuo por lo que me permitió estar sosiego.

La nota y el regalo eran un enigma que giraba en mi mente como si se tratase de un torbellino, me estaban generando una ansiedad que me hacía cuestionarme el interior, lo que habría allí. La incertidumbre me consumía, pulsaciones de dolor comenzaba a experimentar en mi cabeza de tan solo considerarlo.

Me sentí liberado al tomar finalmente la tonta decisión de abrirlo, era ridículo ponerme en ese estado únicamente por no saber si descubrir lo que había en el interior de la caja. Me puse de pie, entré a la sala y mi mirada se clavó en el regalo rojizo, mis pálidas manos tomaron con suavidad aquel listón en forma de moño que ataba la caja, con ligero temor, deshice el moño, el listón turquesa cayó delicadamente a los extremos del regalo, como último paso tenía que levantar la tapa, trague saliva, levanté la tapa y, bueno, era algo que ciertamente jamás me hubiese esperado.


𝐋𝐚𝐬 𝐝𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐞...  (Shidou x Sae) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora