𝓑𝓵𝓾𝓮 𝓡𝓸𝓼𝓮 || Hermes Blood of Zeus

✧𝓟𝓻𝓸𝓵𝓸𝓰𝓸 ✧

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Antes, mucho antes de Perséfone, hubo otra mujer en el corazón de Hades.

Su nombre era Adora.

Adora era la hija de un pastor que vivía vivía en una montaña, no era divinamente hermosa, pero era una belleza tan pura que no fue difícil para el dios caer enamorado.

Era alta, su tez estaba tostada por el sol que la acariciaba cada vez que pastaba a sus ovejas, sus ojos eran marrones y su cabello era negro como el carbón húmedo.

Era joven, era graciosa, era divertida.

Tenía tanta vida.

Todo lo que Hades necesitaba.

Abandonaba sus deberes para verla, a veces solo se sentaba debajo de un árbol y la dejaba reposar sobre sus muslos, o la veía jugar en el río.

Ella quedó embarazada, y los primeros meses fue fácil de ocultar, hasta que llegó al quinto mes.

Al enterarse, sus padres enloquecieron de tal manera que, acusándola de bruja, acompañados además por los aldeanos, acabaron con su vida a golpes.

La ira de Hades fue tal, que los sabios cuentan que el grito de augurio de los padres de Adora aún se escucha por las montañas.

El dios sufrió tanto con la pérdida de su amada mujer, que la tomó en brazos y, llorando como nunca lloró en su vida, la llevó con Hecate y entregó absolutamente todo para que el bebé que llevaba en su vientre sobreviviera.

Así, en aquella sangrienta noche de verano, nació Olenna.

Olenna significa "Rayo de luz", y Hades la nombró así porque su nacimiento significó alegría en su triste vida, al igual que la aparición de su madre.

Luego apareció Perséfone, que no demostró problemas en amar a la pequeña de cinco años en el momento en el que la conoció.
La niña siempre supo que no era su madre, pero la amaba como si lo fuera.

Totalmente contrario a Demeter, quien la aborrecía.

Pronto, la diosa menor de la muerte, patrona de las almas y guardiana de los muertos se transformó en una bella mujer, tenia el cabello negro como su madre y los ojos lilas como los de su padre.

Ahora, nuestra querida Olenna, quien jamás pensó encontrar el amor, deberá enfrentarse al desafío de, por primera vez, sentirse amada.

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