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Fire Baby!

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¡Despierta o morirás! ¡Te cortaré si no te despiertas!—.

Dios . . . Auch . . . Siento mi cuerpo torcido y no me quiero parar.

Mire a la ventana y es de día, al menos las cortinas están cerradas por lo que mis ojos están seguros está vez.

Otro mal sueño donde me mata alguien con plumas negras y Rias Gremory me salva la vida, si me dieran una moneda por cada vez que paso ya tendría doscientos buenos yenes.

Mi despertador reproducía la voz de una chica yandere rara de un programa de zombies que le gustaba a Motohama, lo apague al instante que recordé donde estaba, ya sabes, cosas de estar medio despierto en la mañana.

Mire bajo mi edredón y estoy desnudo, vaya que eso es nuevo porque me gusta dormir con mi pijama de stormtrooper de Stars and Wars.

Mierda debí llegar muy cansado de la casa de Matsuda para dormir desnudo . . .  Si eso no fue parte del sueño claro, aunque ¿no se supone que olvidas tus sueños? ¿Por qué recuerdo los míos tan vividamente?

— . . . Issei acuéstate— una dulce voz hablo en susurros a mi oído mientras dos manos me jalan devuelta al edredón. —Tienes que . . . Curarte un poco más— quien fuera estaba también muy cansada por como hablaba tan pausada y lentamente, además de un lindo bostezo que soltó.

Cuando mire a mi espalda pude ver solo su largo cabello carmesí, me agarraba tan fuerte que no podía moverme en absoluto.

Sip, esto era un sueño también, aunque uno de los buenos.

Ese cabello, esa voz, y por supuesto esa sensación de algo aplastado en mi espalda no puede ser nada más que Rias Gremory misma, totalmente desnuda si mis ojos no me engañan.

Ojalá todos los sueños fueran así, ¡Bueno mejor disfrutarlo! Cerré mis ojos y me dediqué a dormir con Rias abrazándome.

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Pero no era un sueño.

—¡Ise despierta de una buena vez!— esa era mi madre, muy enojada y real para ser un sueño.

—¿Llegó de casa de Matsuda? No recuerdo ni abrirle la puerta— ese era mi padre, muy tranquilo como para no ser mi padre real.

—Vi sus zapatos en la entrada— ¡Mi madre otra vez. —¡Llegar tarde a casa y a la escuela! ¡No te criamos para ser un vago!— podía decir que estaba en el primer piso, más que nada porque fue cuando soltó su último grito que la escuché subir por las escaleras.

—¡Espera mamá! ¡Ya estoy despierto!— grite en busca de salvación, con suerte Dios. . . ¡Auch! . . . Me oirá.

—¡Nada de eso! ¡Esto lleva sucediendo días!— estaba cada vez más cerca y si su tono decía algo, también estaba cada vez más enojada. —¡Tendremos una charla muy seria muchachito!—.

¡No puede ser! Ella no puede verme así no soy capaz de explicar algo como esto, ¡No puede empeorar más esto!.

— . . . Buenos días Issei— en verdad debí dejar de hablar de aquí hasta el día de mi muerte. —¿Te sientes mejor? Tenías una herida muy grave ayer—.

Mire a mi lado y mi cerebro se apagó por un segundo, bella como siempre con una sonrisa dulce dirigida a mi.

Era como cuando me atrapaba viéndola en la escuela  . . . Mi cerebro dice que es verdad, nunca fue una coincidencia, esto era verdadero . . .

— . . . ¡Por amor de Dios Ise ya! . . . — ella me miro, muy enojada de hecho, pero también se quedó congelada mirando a Rias quien se estiraba mostrando sus grandes senos aún más.

Highschool DxD, Hot baby!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora