Cap 2.- Ocultarte

8 0 0
                                    


Durante otro día más dejando de lado la mañana, el sol comenzaba a ponerse sobre la fábrica, tiñendo el lugar de tonos cálidos que apenas tocaban las frías máquinas que gobernaban el taller. Lou caminaba rápido, con pasos firmes y rápidos, tratando de ordenar sus pensamientos. Había algo en Brissa que lo desconcertaba cada vez más. Ella no seguía las reglas como todos los demás, no se sentía intimidada por su liderazgo y, lo peor de todo, no parecía necesitar su validación. Eso lo inquietaba, pero también lo intrigaba.

Después de su encuentro con ella, Lou sintió que algo estaba cambiando, y la fábrica no estaba lista para ese cambio. No podía arriesgarse a que las otras muñecas empezaran a cuestionar su perfección, o que Brissa les enseñara a ser felices con sus "imperfecciones". Eso sería un caos. Para mantener el orden y la imagen perfecta que había construido, Lou decidió que lo mejor sería mantenerla oculta, alejada de los demás. A fin de cuentas, si no podía deshacerse de ella, al menos podría mantenerla bajo control.

---

Lou se acercó a una vivienda apartado dentro de la fábrica, un lugar que estaba reservado para aquellos muñecos que, por alguna razón, no podían estar al frente o se consideraban... poco adecuados para estar con el resto. La casa era sencilla pero cómoda, con un aire hogareño que contrastaba con la frialdad del resto de la fábrica. Sonrió para sí mismo, pensando que había encontrado la solución perfecta. Una vez que Brissa estuviera allí, lejos de los demás, sería más fácil controlarla y mantener su plan intacto.

Se acercó a la entrada, donde Brissa lo esperaba, tranquila como siempre, sin sospechar nada de lo que estaba por suceder. Ella, con su expresión calmada y su energía relajada, había estado paseando por la fábrica, sin preocuparse demasiado por las tensiones invisibles que se tejían a su alrededor.

_.Brissa.._ comenzó Lou, con una sonrisa en su rostro _he estado pensando... tal vez sería mejor que te quedaras en un lugar más... privado. No quiero que el resto de las muñecas se sientan incómodas por tu presencia, ya sabes, diferente_

Brissa levantó una ceja, sin entender completamente lo que quería decir.

_¿Incomodar? Yo no quiero causar molestias a nadie, Lou. Solo quiero hacer mi trabajo y ayudar_.

Lou se acercó a ella, asegurándose de sonar convincente.

_Oh, no es nada personal, claro que no. Pero todos sabemos que las cosas pueden ser... complicadas, ¿verdad? Y algunos muñecos aún no comprenden lo que significa ser auténtico como tú. Te daré un lugar donde puedas estar tranquila, donde puedas... encontrar un poco de paz_.

Brissa asintió lentamente, aunque algo en su interior le decía que no todo estaba bien. Pero, al mismo tiempo, confiaba en él, que siempre parecía tan seguro de sí mismo.

_¿Está cerca?_ preguntó, mirando alrededor mientras lo seguía.

_Sí, muy cerca_ respondió Lou, mientras abría la puerta de la casa con una sonrisa falsa, sintiendo un alivio interno por lo que estaba a punto de hacer _ Aquí será perfecto para ti. Podrás estar tranquila, lejos de las distracciones_.

Brissa miró la casa con ojos curiosos, sintiendo una leve sensación de aislamiento.

_Supongo que sí... es bonito_.

_Lo es_ respondió, sin dejar de sonreír _Aquí tendrás todo lo que necesitas. Podrás descansar y hacer lo que te plazca sin que los demás te molesten. Es un lugar sólo para ti, Brissa_.

No dijo nada más, retiró su presencia dejándola en total soledad.

No pensó demasiado en ello. Se acomodó en la pequeña casa, sintiéndose en paz y ajena a las conversaciones que ocurrieron en la fábrica. Pero, poco a poco, comenzó a notar algo extraño. Aunque la casa era cómoda, le faltaba algo. El aire cálido y familiar que solía compartir con los demás muñecos ahora parecía distante. Era como si todo hubiera sido diseñado para mantenerla ocupada, pero alejada.

Que clase de trato era este? Cruel o preocupante? Que es lo que él quería lograr con tal de no tener con quién hablar.

Pasó un tiempo..

Lou venía a visitarla de vez en cuando, siempre con excusas para mantenerla allí. "Es mejor que sigas aquí, Brissa", decía. "El resto no está preparado para tener a alguien tan... única como tú. Y, por supuesto, sería mejor si no te mezclaras demasiado."

Aunque Lou nunca decía nada directamente negativo sobre ella, sus palabras empezaban a hacerle sentir que estaba fuera de lugar, como si realmente fuera algo que necesitaba esconderse. Algo que no encajaba con los demás.

Por otro lado con las muñecas.

Mientras tanto, fuera de la casa, las otras muñecas empezaban a notar la ausencia de Brissa. Aunque al principio habían sido reservadas con ella, había algo en su actitud tranquila que las había hecho cuestionarse. Sin embargo, Lou había hecho un buen trabajo ocultándola, y no sabían qué pensar.

_¿Dónde está Bris?_ preguntó una de las muñecas, mirando a los demás con curiosidad.

Lou, que escuchó la pregunta mientras pasaba cerca, dio un paso atrás y se adelantó rápidamente.

_Oh, Brissa está ocupada. Estará mejor donde está. No es necesario que se mezcle mucho con todos ustedes... No quiero que haya distracciones. ¡Ya saben cómo es todo aquí! ¡Es más eficiente!_.

Las muñecas lo miraron, desconcertadas. Había algo en su tono que parecía un poco forzado, como si intentara justificar algo que no era del todo correcto.

_Sí, claro..._ dijo otra muñeca, pero en su voz había un dejo de duda _Si Lou lo dice..._.

Las dudas comenzaron a crecer entre ellas, pero nadie dijo nada más. Estaban acostumbradas a la autoridad de Lou y a seguir sus decisiones sin cuestionarlas demasiado.

---

Mientras tanto, Brissa pasaba sus días en la casa, sola. A veces salía a caminar por los alrededores, observando de lejos las otras muñecas, pero nunca se acercaba demasiado. Las dudas sobre por qué no la dejaban interactuar más, por qué parecía mantenerla apartada. Aunque intentaba mantenerse positiva, la soledad empezaba a calar en su corazón.

Un día, mientras caminaba por el jardín de la casa, Brissa se detuvo a mirar su reflejo en un pequeño espejo.

_¿Realmente soy tan diferente?_ se preguntó en voz baja. Su expresión era seria, como si tratara de comprender lo que significaba todo esto _¿Qué está pasando aquí?_.

La respuesta no llegaba, pero una cosa estaba clara: Lou la había aislado por alguna razón. Y aunque no lo entendiera completamente, sabía que algún día, de alguna manera, las cosas saldrían a la luz, y ella de su casa.

Detrás De La MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora