Capítulo 59

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NARRATOR'S POV

Mientras Joe, Ibi y Zacciah estaban sumidos en su batalla de videojuegos en la sala principal de la casa del lago, el murmullo de risas y exclamaciones podía oírse desde el porche exterior, donde Bea y Suki hablaban en voz baja, arropadas por la suave brisa de la noche.

—¿Aún no le han contado a nadie sobre el embarazo? —preguntó Suki, cuidando que su tono no se escuchara más allá de su amiga.

—No. Con todo lo que ha pasado estos últimos días, es lo último en lo que hemos podido pensar. Solo lo sabemos Joe, tú, yo y... bueno, Christian. —respondió Bea, entrelazando los dedos con nerviosismo.

Suki frunció el ceño, claramente alarmada.

—¿Cómo lo supo él?

Bea dejó escapar un suspiro pesado, como si recordarlo la cansara.

—El día que apareció en mi casa encontró el papel que Arizona nos dio, y bueno... pasó lo que ya te conté.

—Ese tipo está loco. —sentenció Suki, su tono cargado de indignación—. Pero qué bueno que pudiste salir de ahí. ¿Y el podcast?

—Le pedí a Alix que pospusiera la publicación al menos una semana. Planeo ir a Miami el próximo viernes. Mis padres siguen ahí y quiero hablar con ellos antes de que el episodio salga, ponerlos al tanto de todo.

Suki la observó con empatía, pero no pudo evitar una pregunta inquietante.

—¿Tienes miedo de que pueda hacerles algo?

Bea negó con la cabeza lentamente, aunque su rostro reflejaba preocupación.

—No lo creo. Christian está jugando con la ventaja de que mi familia no sabe nada aún. Sabe que Nick esta molesto con respecto a lo que paso después de nuestra ruptura, y lo tiene entre ceja y ceja pero se ha mantenido al margen por que yo se lo pedí, pero si se entera... Hablando de Nick, ¿ya hablaste con él?

Suki desvió la mirada hacia el lago, claramente incómoda.

—No... aún no. Pero, ¿te parece si voy contigo a Miami el próximo fin de semana? Aprovecho que estás ahí para hablar con él. Arizona ya me entregó los estudios que me hice. —Suki bajó la mirada, un atisbo de nerviosismo en sus palabras.

Bea le sonrió con calidez, colocando una mano sobre la de su amiga, transmitiendo apoyo.

—Claro que sí. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. ¿Cuándo fuiste a verla?

—El jueves. —respondió Suki con un suspiro—. Estabas lidiando con todo lo de Christian, y no quise sumar más cosas a tu día, así que fui sola. Bastante terapéutico, a decir verdad.

—¿Y cómo te fue? —preguntó Bea, mostrando genuina preocupación.

—Bien. Salí de pilates y aproveché para pasar por el consultorio. Fueron un par de exámenes de sangre y revisión fetal, nada del otro mundo. Arizona me recetó vitaminas y esas cosas, pero todo está en orden. —Suki esbozó una sonrisa tranquila.

Bea apretó ligeramente la mano de su amiga.

—Me alegra escuchar eso. Lo estás haciendo muy bien, y me hace feliz verte tranquila.

—Gracias. —Suki la miró con gratitud—. Aunque, no te voy a mentir, a veces me pregunto si estoy preparada para todo esto.

—Nadie lo está del todo, amiga. Pero lo importante es que tomes las cosas un día a la vez. Yo estoy aquí para ti, y también lo estará Arizona, ya sabes que es increíble en lo que hace.

we can't be friends | Joe BurrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora