Patrick
Desde el primer momento en que supe de la jodida feria, estuve en desacuerdo. Un evento de esa magnitud, atraería a turistas, de todo tipo, y en terreno Mallory era un riesgo potencial.
—No entiendo si no estabas de acuerdo, ¿por qué aceptaste que fuera? —pregunta papá.
—Es su hermano —respondo deteniendo mis pasos y viendo en dirección al sitio en que se ha ido —, ha insistido en verla.
—Y ella lo rechaza —me recuerda.
—Me temo que tengo que ver —acepto, lanzándome a la banca al lado. Le he dicho tantas veces que lo odio, pero es su hermano, lleva su sangre. — Finalizo derrotado—Y ese hijo de perra.
Aprieto el sombrero con fuerza y sacudo la cabeza. Papá golpea mí pierna con suavidad, instándome a controlarme. Odio la idea de que se acerque a Ludov, pero no tuve otra opción. Lo último que deseo es que el rumor de que ser yo quien le impide acercarse al rancho familiar y ver a su hermano, crezca.
Además, mí orgullo desea que Ludov Vass, observe cómo tengo a su hermana y lo feliz que es a mi lado. Luisa jamás se ha mostrado tan feliz y libre como en el Mallory, cuenta con la libertad de ser y hacer lo que desea. No le ha negado nada e incluso le he instado a estudiar.
—Asi se aplastan los rumores —me calma mí padre —, y volverá, no te preocupes. —Le mira un instante y sonríe —. ¿Crees que va a dejarte? —se mofa —. ¿Desde cuándo eres tan inseguro?
—Desde que soy esposo y padre —acepto —, lo odio y amo a la vez.
—¿Convenciste a Jaken? —afirma lanzando el sombrero a un costado.
—Lo hará —señalo una de las caballerizas —, en estos momentos debe estar montando a George.
Jaken se negó en un comienzo, insistiendo en que no era Mallory y, por tanto, no era él quien debía montar uno de sus caballos. Fue Alice quien acabó por convencerlo al señalarle que los tres ejemplares hacían parte de un trabajo de ambos de años.
—Landon vendrá en unas horas, con su esposa y Gisella —me dice enviándome una sonrisa burlona —. Quiere verte en acción.
—Es increíble que me dejará convencer —protesto —. Tengo cuarenta años y si me caigo de Deacon, ya no será de pie.
—No vas a caerte —me calma —. Sigues siendo un buen jinete, es tu alma de padre el que siente miedo al dejarlos solos.
—Tienes razón —acepto —, hay tanto por hacer con ellos.
Malcolm, Gabriel y su madre, le dieron sentido a mi existencia, calmaron mi furia, me domaron. Antes de ellos era un potro salvaje, sin riendas, dueños o un destino; hoy todo giraba en torno a esos tres.
El temor a que convenciera a ir al Nevill aumentaba con las horas. No era que aceptara la visita, podía entender que ella deseara ir a su casa; mi miedo era que, al pisar esas tierras, ella no quisiera regresar.
El miedo a ir era por lo sufrido y, hasta donde había averiguado, El Nevill, había dejado de ser peligroso. Me revienta admitirlo, pero el imbécil de Ludov, ha logrado brindarle seguridad a sus tierras y empleados.
—No está sola, tus hermanos le acompaña —afirmo sin ver a mi padre y acerca nuestros cuerpos pasando una mano por mis hombros —. No vas a perderlos, porque Luisa y tú saben lo que se siente vivir sin padres.
—Yo tuve un padre —corrijo viéndolo a los ojos —, el mejor de todos.
—Landon también lo es —insiste. —No le quites protagonismo, se ha esforzado estos años, con los niños y contigo.
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Un príncipe Bastardo 3er Libro Rancho Mallory
RomanceJaken nunca imaginó lo que su curiosidad sobre su pasado pudiera traer a su vida, ciertamente Gisella, tampoco. Ninguno de los dos estaba preparado para lo que el destino les tenía deparado, ni los enemigos que surgieron con esas revelaciones. Él hu...