2 años después....
Sebasthian se había ido, cuatro días después de que habíamos vuelto a la ciudad, Sebasthian le había pedido a mi padre que lo cambiará de trabajo, hizo lo mas sensato y eso era enviarlo a Siberia, ese era el hogar de Sebasthian, había nacido y crecido allí, lo mas lógico era que mi padre lo enviara allá, todos estaban reorganizando sus vidas, el abuelo y Páxan habían desaparecido, así que todos los trabajos que estaban a cargo de los abuelos tenían que caer sobre otras manos, Según mi padre Sebasthian se encargaría de un trabajo en Siberia, los tíos Sergei, Theodor y Vladimir, también se encargarían de otros negocios, T había aceptado otro trabajo, seguía siendo nuestro médico, pero era un vor, así que tomó trabajo de vor, se había mudado con nosotros y era desesperante escuchar lo escandalosos que T y Jade se habian vuelto, así que la vida me estaba dando una maldita selección, al descubrir que mi santuario era la habitación donde dormía Sebasthian.
Sabía que había un trabajo que nadie había tomado, me había enterado, mi padre estaba teniendo muchos problemas y yo ya lo había decidido lo tomaría, mi padre no estaba de acuerdo, no quería que sus hijas se hicieran cargo y no voy a mentir yo tan poco pero quería darle un respiro a mi padre, estaba muy viejo para lidiar con tanta mierda, el trabajo era... Lidiar con todos los otros jefes de la mafia, simple, no te dejes asustar cuando muestren sus dientes.
Estoy en la oficina de un edificio, sentada en mi escritorio, revisando papeles de una entrega de armamento al norte de Siberia, se que Sebasthian lo recibió y firmó la entrega, escucho que tocan la puerta y levantó la mirada de la computadora, cierro el programa de mi computadora, se que no puedo quedarme más de lo debido, así no seremos descubiertos.
- Señorita - El señor Konovalov - dice Gabriel y yo asiente, el hombre entra, es un maldito viejo verde pasa por el lado de Gabriel y le mira las tetas y no es que esten en exhibición, porque Gabriel es la chica más culta y discreta de todo mi equipo de trabajo, pero el cerdo de Konovalov, solo piensa en follar todo los coños que se muevan en su radar, me levanto de mi silla, lo miro y noto que se acerca a mi escritorio, mi expresión es plana, no quiero mostrarle lo desagradable que es.
- Tienes una asistente muy guapa - dice y yo levanto mi mano para saludarlo, me aprieta la mano y yo le devuelvo el apretón.
- Le estaría muy agradecida si mantiene sus manos lejos de mis asistentes - digo y el hombre gruñe.
- Llevas dos años en este trabajo y no me imagino a nadie mas ocupando tu lugar - dice que es mentira, he descubierto que esta entre los hombres que odia a mi madre, nos respeta a mi padre y a mi pero es porque no quitamos el dedo del renglón, noto como su mirada viaja por mi cuerpo, el maldito me dan ganas de vomitarle en la cara.
- No sabes como te verías de hermosa estirada en mi cama con tus piernas abiertas y mostrándome tu coño - dice y pongo mis ojos en blanco, si es un maldito cerdo.
- Gracias pero no es mi meta - digo y el hombre resopla.
- Mujer - Te puedo dar todo lo que quieras mansiones, autos, viajes - Porque no te casas conmigo? - No tendrías que estar aquí en esta oficina lidiando conmigo o con Lazarev o Andreev - dice y yo niego, por dentro mi estómago se retuerce y me enfermo.
- No estoy buscando esposo Vladik - digo y me asiento en la silla, le señaló la silla que esta a su lado y el se sienta, noto que me mira y levanto mi barbilla.
- A que debo tu visita? - Pregunto y el hombre sacó un puro y lo muerde, mis náuseas mi atacan y trago saliva.
- Me dijeron que vas a cerrar el bar de prostitutas - dice y yo no parpadeo.
- En efecto Vladik - No voy a seguir manteniendo ese bar por mas tiempo - No me interesa - A cambio necesito ese espacio para otro negocio - digo y el hombre, alza una ceja.
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SERIE LA MUÑECA DEL BRATVA - SEBASTHIAN - LIBRO 5
RomanceStasy Nacida en Rusia, con un destino marcado por sangre, era la hija mayor de la muñeca del Bratva, lo que significaba que por línea de sangre tenía que tomar el negocio de la familia, pero..... No quería. Solo quería ser yo la dueña de mi destino...