El calor del sol de mediodía iluminaba la capital de la Nación del Fuego cuando Zuko llegó montado en su dragón, Druk. Los ciudadanos lo recibieron con vítores y respeto, emocionados de ver regresar a su joven Señor del Fuego tras su misión. Sin embargo, lo que más destacaba en el ambiente no era la habitual formalidad de su pueblo, sino un aroma familiar que impregnaba cada rincón: el dulce y reconfortante olor del té.
Mientras descendía por el balcón del palacio, su consejera Mai lo esperaba con una leve sonrisa en el rostro, algo poco usual en ella.
─Bienvenido de vuelta, Zuko. Espero que tu viaje haya sido fructífero.
─Lo fue. Encontré a mi madre y a mi hermana. Pero… ¿por qué huele tanto a té por todas partes? ─preguntó Zuko, frunciendo el ceño mientras miraba a su alrededor.
Mai se cruzó de brazos, con una pizca de diversión en su mirada.
─Ah, eso. Digamos que tu tío dejó su huella mientras tú estabas fuera.
Antes de que Zuko pudiera preguntar más, Iroh apareció caminando tranquilamente por los pasillos del palacio, con una tetera en mano y una expresión de dicha absoluta.
─¡Zuko! Mi querido sobrino, estás de vuelta. Espero que tu viaje haya sido esclarecedor.
─Lo fue, tío. Pero… ¿qué está pasando aquí? Todo huele a té, y la gente está… ¿cantando? ─Zuko señaló por la ventana, donde vio a un grupo de ciudadanos reunidos alrededor de una mesa compartiendo tazas de té con entusiasmo.
Iroh rió con suavidad, sus ojos brillando de orgullo.
─Ah, sí. Bueno, mientras estuviste fuera, decidí tomar una pequeña iniciativa como Señor del Fuego interino. Pensé que nuestro mundo, tan dividido durante tanto tiempo, necesitaba algo que nos recordara la importancia de la unión, la paz… y, por supuesto, el té.
Zuko lo miró con incredulidad.
─¿Qué hiciste exactamente?
Iroh levantó la tetera como si estuviera mostrando un tesoro.
─Declaré el Día Internacional del Té. Es una festividad anual que celebrará la armonía entre las naciones a través de una taza de té compartida.
Zuko parpadeó, procesando la noticia mientras Mai contenía una risa.
─¿Tío? ¿Un día dedicado al té? ¿De verdad?
─Por supuesto. Piensa en ello, Zuko. Nada une a las personas como una buena taza de té. Y ahora, no solo en la Nación del Fuego, sino en todo el mundo, los ciudadanos tendrán una razón para reunirse, charlar y compartir momentos de paz.
Zuko suspiró, pasando una mano por su frente.
─Supongo que no debería sorprenderme viniendo de ti.
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𝐋𝐚 𝐝𝐚𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧 ᵖʳᶤᶰᶜᶤᵖᵉ ᶻᵘᵏᵒ ˣ ᵒᶜ
Fanfic"Tú fuiste desterrado y yo excluida de la sociedad, aunque no lo creas...somos iguales, tu y yo sufrimos en silencio porque a nadie le importa nuestro dolor, porque estamos malditos." Comienzo: 27/10/24 Finalizó: 23/11/24