El otro lado...

Capitulo 1: El otro lado.

El sol brillaba alto sobre los campos de entrenamiento de Konoha, donde dos figuras se enfrentaban en un duelo amistoso. Los ecos de golpes y explosiones resonaban en el aire mientras el polvo danzaba alrededor de los espectadores ocasionales.

Naruko Uzumaki, la joven jinchuriki del Kyūbi, esquivaba los ataques con una sonrisa desafiante. Su cabello rubio atado en dos coletas se balanceaba mientras cargaba hacia su oponente.

—¡Vamos, Sakura! ¿Eso es todo lo que tienes? —provocó, mientras lanzaba un clon de sombra para distraer a su amiga.

Sakura Haruno, con la frente llena de sudor, sonrió con confianza. Había pasado los últimos dos años entrenando bajo la supervisión de Tsunade, y sus músculos tonificados y reflejos afilados eran prueba de ello.

—¿De verdad crees que tu truco barato me va a detener? —replicó, estampando su puño en el suelo con una fuerza devastadora.

La tierra tembló, levantando una nube de escombros que obligó a Naruko a retroceder.

—¡Vaya, vaya! Parece que alguien tomó en serio mis lecciones. Pero no creas que me vas a ganar tan fácil, frentona —bromeó Naruko, guiñándole un ojo.

Ambas se detuvieron un momento para recuperar el aliento, con una sonrisa en el rostro. Aunque la competencia entre ellas era intensa, también era una muestra de cuánto habían crecido.

—¿Sabes? —dijo Sakura, apoyándose en sus rodillas mientras trataba de recuperar el aire—. A veces pienso en cómo habría sido esto si Sasuki estuviera aquí.

El ambiente se tornó más triste. Naruko dejó caer su actitud relajada por un instante, su mirada fija en el horizonte.

—Sí... éramos un gran equipo, ¿no? —respondió, con un toque de melancolía en su voz.

—Pero ahora somos más fuertes. —Sakura enderezó su postura, con determinación brillando en sus ojos verdes—. La traeremos de vuelta, Naruko. No importa lo que cueste.

Naruko sonrió, con la energía renovada que la caracterizaba.

—¡Por supuesto que sí! Somos las mejores kunoichi de Konoha, después de todo. Orochimaru no sabrá qué le golpeó.

En ese momento, el sonido de una explosión a lo lejos interrumpió la conversación. Ambas reaccionaron de inmediato, compartiendo una mirada rápida antes de lanzarse hacia el lugar de los hechos.

Mientras corrían hacia el origen del estruendo, Naruko sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Aunque no lo sabía aún, ese día marcaría el inicio de un cambio que alteraría su mundo para siempre.

Al llegar, se encontraron con el caos: una gran explosión había devastado la zona, arrancando árboles de raíz y dejando un cráter profundo, aún cubierto por una nube densa de polvo. Cuando finalmente el polvo se disipó, pudieron distinguir la figura del responsable: un joven, gravemente herido. Tal vez había estado practicando algún jutsu o algo similar.

— Hay que llevarlo al hospital, parece demasiado herido, no te preocupes Naruko, yo lo cargo, soy fuerte. — presumió Sakura su brazos bien desarrollados por el entrenamiento de Tsunade.

Naruko no respondió, estaba en shock, aquel sujeto era muy parecido a ella, pelo rubio, marcas en las mejillas; parecía una versión rara de ella cuando usaba el jutsu de transformación masculina.

Sakura la saco de sus pensamientos y juntas lo cargaron hasta el hospital de la aldea.

— — — Un rato después — — —