Un día, aparentemente "normal", el sol alumbraba bastante, las hojas de los árboles eran verdes brillantes, al igual que el césped, y las flores tenían colores llamativos. En una casa en particular, una pequeña de ocho años jugaba con su pequeño hermano de cinco, era lo único que les gustaba hacer, se perdían en el tiempo, jugando por horas a juegos infantiles, corrían de un lado a otro, revolcándose en el pasto, arrancando un poco de éste y apreciando el cielo. Agradecían que esa joven oji rosa, junto a su rubio novio llegaran a su casa, era el único momento de la semana donde agradecían a su progenitora por haberlos traído al mundo.
Mientras tanto, un matrimonio conformado por una enfermera oji azul y un ex-cazador de demonios rebelde, sé encontraban sentados en el suelo, frente a la joven pareja, solo separados por una pequeña mesa donde habían puesto té.
La mujer de nombre Aoi Kanzaki llevaba un hermoso kimono azul con mariposas de éste mismo color, solo que un poco más oscuro, con el cabello amarrado en dos coletas, con dos mariposas en cada una de ellas, con un labial de color magenta claro, solo usaba sus calcetas, pues sus chanclas estaban en la entrada de la casa, en símbolo de respeto, con una "sonrisa". Mientras que su esposo Inosuke Hashibira llevaba un yukata verde, con algunas líneas blancas, su cabello estaba algo alborotado, y la parte más baja estaba en las mismas condiciones que las de su esposa, no usaba las chanclas.
- Se ve que su matrimonio va bien, eso me alegra - Dijo con cierto entusiasmo la pelinegra menor, dando un sorbo a su té.
- Pues claro, ¡Soy mejor que ustedes en todo! - Gritó el oji verde, dejando su taza en la mesa con algo de rudeza, mientras que Aoi daba una sonrisa triste, repitiendo la acción de su esposo, solo que con movimiento totalmente contrarios, moviendo sus manos con delicadeza - ¿Verdad, Ioi? - El hombre posó su brazo con fuerza en el hombro de la mujer.
Ante esto, la azabache se quejó un poco del dolor, pero prefería eso - Claro, Inosuke, pero no seas tan brusco - Regañó la oji azul, a lo que el chico se acomodó en su lugar de nuevo con "vergüenza".
Gracias al comportamiento de ambos, la joven Kamado rió - Vez, Zenitsu, deberías aprender de Inosuke - Habló con sarcasmo Nezuko, y siguió riendo, pero escuchó a la voz femenina contraria decir "No lo quisieras", a lo que paró sus risas, mirándola fijamente - Disculpa, ¿Aoi? -.
La antes mencionada se tensó, sintiendo la mirada punzante de su esposo en ella, sabía que si hablaba de más, algo malo le esperaría - No quisieras, eso es lo que dije, ¿No ves como es? No puede decir mi nombre, eso me ofende - Dijo la fémina mayor, dejando de sentir la profunda mirada de su esposo, se había salvado esa vez.
Siguieron hablando un rato más, hasta que el cielo empezó a tomar tonos naranjas, en señal de que la noche se acercaba, Aoi daría su vida para que se quedaran un rato más, pero no fue así. La pareja más joven partió rumbo a su casa, mientras que Aoi iba por los niños para estar dentro de la casa.
- Madre, ¿Ya se fue Nezuko-chan? - Preguntó la pequeña, tomando la mano de su madre, la amaba demasiado. Ésta solo agitó delicadamente su cabeza de arriba a abajo. A lo qué ambos hermanos bajaron la mirada. Pues sabían perfectamente que su padre no era ese chico torpe y juguetón que aparentaba ser frente a todos.
Era un monstruo.
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¡ʜᴏʟᴀ!
ᴀɴᴛᴇs ǫᴜᴇ ɴᴀᴅᴀ, ʟᴇs ǫᴜɪᴇʀᴏ ᴘᴇᴅɪʀ ᴘᴇʀᴅᴏ́ɴ ᴘᴏʀ ᴇʟ ᴄᴀ́ᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛᴀɴ ᴄᴏʀᴛᴏ, ᴘᴇʀᴏ ʟᴏs ʜᴀʀᴇ́ ᴀsɪ́ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ɴᴏ sᴇ ᴀᴄᴀʙᴇ ᴛᴀɴ ᴘʀᴏɴᴛᴏ ʟᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴘᴇʀᴏ ɴᴏ ǫᴜɪᴇʀᴏ ᴏᴄᴜᴘᴀʀ ᴍᴜᴄʜᴏ ʀᴇʟʟᴇɴᴏ.
ɴɪ sɪǫᴜɪᴇʀᴀ ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ ᴇʟ sʜɪᴘ, ᴘᴇʀᴏ sᴇ ᴍᴇ ᴏᴄᴜʀʀɪᴏ́ ɴᴀᴅᴀ ᴍᴀ́s ᴘᴀʀᴀ ᴘᴇʀᴅᴇʀ ᴇʟ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ ʏ ɴᴏ ᴇsᴛᴀʀ ᴛᴏᴅᴏ ᴇʟ ᴅɪ́ᴀ ᴇsᴛᴜᴅɪᴀɴᴅᴏ.
sᴇ sᴜᴘᴏɴᴇ ǫᴜᴇ ʟᴏs ᴄᴀ́ᴘɪᴛᴜʟᴏs ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴛᴇʀᴍɪɴᴇɴ ǫᴜᴇᴅᴀʀᴀ́ɴ ᴀʟɢᴏ ᴀsɪ́:
ᴅ
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ʟ
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ᴇᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏɴᴇs:
• ᴀ'ᴜ ᴅᴇsᴘᴜᴇs ᴅᴇ ʟᴀ ʙᴀᴛᴀʟʟᴀ ғɪɴᴀʟ ᴄᴏɴᴛʀᴀ ᴍᴜᴢᴀɴ
• ᴀᴏɪ ᴇs ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴀ ᴅᴇ ɴᴇᴢᴜᴋᴏ
• ᴇᴅᴀᴅᴇs:
ᴀᴏɪ 27
ɪɴᴏsᴜᴋᴇ 26
ɴᴇᴢᴜᴋᴏ 23
ᴢᴇɴɪᴛsᴜ 27
• ɢᴇɴʏᴀ sᴏʙʀᴇᴠɪᴠɪᴏ́
ᴄʀᴇᴏ ǫᴜᴇ ᴇsᴏ ᴇs ᴛᴏᴅᴏ, ᴘᴇʀᴏ ᴄᴜᴀʟǫᴜɪᴇʀ ᴄᴏsᴀ ʟᴀ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀᴇ́ ᴀʟ ғɪɴᴀʟ ᴅᴇʟ ᴘʀᴏ́xɪᴍᴏ ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ.
Michelada_Chocolate