Vidas Paralelas

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El sonido del teléfono llenó el pequeño departamento de Sergio mientras revisaba ropa en su habitación. Estaba buscando algo cómodo para el creciente tamaño de su vientre, pero su armario parecía empeñado en frustrarlo. Soltó un suspiro y caminó hacia la sala para contestar antes de que la llamada se cortara. 

— ¿Diga? —respondió, algo distraído mientras intentaba sostener la llamada con una mano y ajustar su camiseta con la otra. 

— ¡Sergio, buenas noticias! —La voz de George era tan entusiasta que Sergio casi pudo imaginar su sonrisa al otro lado de la línea. 

— ¿Qué pasó ahora, George? ¿Encontraste otra manera de invadir mi privacidad? —bromeó. 

— Ja, ja. No. Conseguí algo increíble para ti. Un contrato para una sesión de fotos de maternidad. 

Sergio parpadeó, completamente sorprendido. 

— ¿En serio? 

— Por supuesto que sí. Es con un fotógrafo de renombre, y será en Silverstone. Quieren que el set sea al aire libre, con el circuito como fondo. Dicen que es simbólico: el inicio de algo nuevo en un lugar donde tantas historias han comenzado. 

La emoción en la voz de George era contagiosa, pero Sergio seguía procesando lo que acababa de escuchar. 

— ¿Estás seguro de que es una buena idea? Quiero decir, mi vientre no es exactamente algo que las revistas busquen resaltar. 

— Sergio, por favor. Eres impresionante, y este fotógrafo lo sabe. Además, las fotos no son solo sobre tu cuerpo, son sobre el mensaje: la belleza de un doncel trayendo una nueva vida al mundo. Es algo que merece ser celebrado. 

Sergio no pudo evitar sonreír ante las palabras de su amigo. 

— Está bien, George. Lo haré. 

— Sabía que dirías que sí. Te mando los detalles por correo. ¡Prepárate para brillar, cariño! 

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La semana siguiente, Sergio llegó a Silverstone con George a su lado, como siempre. La pista tenía una atmósfera vibrante, incluso en los días previos al Gran Premio. A pesar de no estar involucrado en el evento de Fórmula 1, Sergio podía sentir la energía en el aire: mecánicos corriendo de un lado a otro, periodistas preparando sus cámaras y fanáticos emocionados por lo que estaba por venir. 

Pero Sergio estaba allí por algo completamente diferente. El set de fotografía estaba ubicado en un rincón tranquilo del circuito, donde los ruidos de los motores eran reemplazados por el sonido del viento y el suave murmullo de las hojas. 

El fotógrafo, un hombre alto con gafas redondas llamado Elliot, saludó a Sergio con entusiasmo. 

— ¡Ah, el famoso Sergio Pérez! George me ha hablado mucho de ti. —Elliot le estrechó la mano antes de dirigir una mirada a su vientre. —Y este pequeño es el verdadero protagonista hoy, ¿no es así? 

Sergio sonrió, colocando una mano sobre su abdomen. 

— Sí, supongo que sí. 

Elliot le explicó la visión para la sesión: tomas naturales, enfocándose en la conexión de Sergio con la naturaleza y con su embarazo. Había elegido una gama de telas suaves y fluidas para que Sergio las usara, diciendo que complementaban perfectamente su belleza natural. 

George, por supuesto, estaba cerca, ofreciendo apoyo y asegurándose de que Sergio se sintiera cómodo en todo momento. 

— ¿Cómo te sientes? —le preguntó mientras Sergio se ajustaba una túnica blanca que dejaba al descubierto sus hombros. 

Bajo las Luces de la TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora