29 SUSAN

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Tres días.

Tres malditos días desde que Aarón tomó un vuelo de regreso a Los Ángeles, y no se llevó más lo que traía puesto.

Me pregunto constantemente si su padre está bien. Sé que no tiene una relación sólida con él pero sigue siendo su padre. Además de que ni siquiera lo conozco, pero no por eso me va a importar menos, yo no le deseo el mal a nadie, mucho menos al hombre que se encargó de que fuera adoptada por la mejor familia del mundo.

No he querido llamarlo para no molestarlo o interrumpirlo en lo que sea que esté haciendo para ayudar a su padre, y tampoco sé si sus cosas en esta habitación significan que piensa volver. O si no le importa en lo más mínimo recuperarlas.

Empiezo a creer que es lo segundo, ya que alguien de la agencia de autos vino a recoger el auto rentado en el que llegamos hasta aquí. Ese auto que fue testigo de todo nuestro viaje de descubrimiento y mucho más.

Mis manos vacilan en su contacto, me armo de valor y lo llamo. Espero con el corazón latiendo a mil kilómetros por hora, hasta que casi deja de latir con el mensaje "el número que usted marcó, está ocupado"

Cierro los ojos, me doy cuenta de cuánto lo extraño. Sí, todo fue tan rápido entre nosotros, pero no carece de mérito o veracidad por eso. Con Aarón todo siempre fue tan fácil, tan sencillo. Como si siempre hubiéramos estados destinado a estar juntos.

"Y por eso lo dejaste ir"

Por otro lado, estoy conociendo a Vito y a su mundo de una manera un poco acelerada, no voy a negar que cada día me gusta más estar aquí. Cada día agradezco más que me haya buscado cuando sentía que no tenía un propósito en mi vida.

Hoy por fin accedí a que fuera a su oficina a trabajar. Me ofrecí a ir con él, después de todo no tengo nada que hacer en esta enorme mansión. Y con eso también aprendo un poco más de este mundo y lo vigilo para que no se exceda.

"¿No es tan malo como lo imaginabas he?"

No, no lo es. Hay personas que hacen cosas peores sin pertenecer a ninguna mafia.
Y eso es lo que me gusta. Que de cierto modo mi padre se encarga de sacar la verdadera escoria de la ciudad. No por ser políticos van a ser buenas personas. O cualquier profesional para el caso.

El mundo es solo blanco o negro.
Si tan solo Aarón estuviera aquí conmigo.

No he dejado de usar mis anillos en ningún momento. Me niego a creer que hemos terminado, simplemente teníamos intereses diferentes, momentáneos. Pero sé que volverá.

"Si eso te hace dormir mejor..."

Una vez en la oficina de mi padre me pierdo en los estantes de libros que hay detrás de su escritorio. La mayoría son de negocios y finanzas, pero no se me escapa una sección de literatura clásica.

Me río para mis adentros. Hasta que no puedo evitar preguntar.

—¿has leído romances de época? —le pregunto y deja de escribir en su computadora para girar su silla hacia donde estoy. Me mira con la ceja enarcada.

—ya estaban ahí cuando llegue al puesto. —está mintiendo, la comisura de su boca está temblado.

Me muerdo el labio para ocultar una sonrisa.

—claro, lo que tú digas, papá. —me doy la vuelta, pero un suspiro fuerte me hace gírame de vuelta.

Algo como un jadeo de sorpresa. —lo siento, —mi padre se lleva la mano al pecho. —aún no me acostumbro a que me llames así, pero gracias por hacerme tan feliz a primera hora del día. —me guiña un ojo antes de volver a su computadora.

Dulce NO tan Dulce Donde viven las historias. Descúbrelo ahora