—Una semana Franco, una semana te basto para tirar al caño nuestra relación, ¡de ocho años!
—Samirah te pido por el amor de dios que me dejes explicarte todo.
Ambos estábamos tensos, yo estaba como loca, no podía creerlo, me sentía tan traicionada y herida.
Había viajado a Argentina por menos de una semana para rendir uno de mis últimos parciales de la carrera, y debía ser presencial.
Franco se ofreció a acompañarme, como siempre lo hacía, pero yo insisti con que se quede en Madrid, donde teníamos pensado descansar unos días para luego volar a Las Vegas.
No pasaron ni dos días cuando fotos y videos de mi novio y la tan conocida China Suarez juntos caminando por las calles de Madrid.
MD, mensajes en tiktok, Twitter, WhatsApp de mis allegados, mi celular estaba por explotar de tantas notificaciones. Por más que deseara ver que pasaba, aún no había rendido mi final.
Así que decidí poner mi cabeza en eso y evitar todo mi alrededor. Hasta las llamadas de Franco.
Para cuando nos encontramos en Las Vegas, Franco me buscaba una y otra vez para hablar conmigo, yo me negaba, hasta que llegamos a la habitación del hotel.
—Los rumores son falsos Sam, ¿no te das cuenta?
—¿Entonces que hacías caminando en público con ella?— actualmente la paz y neutralidad no era algo que se encontrara en mi diccionario.
—¿Que? Por ser conocido y tener novia no me pueden ver con ninguna otra mujer— se notaba indignado.
Eso no era lo que me molestaba, jamás fui celosa, Franco jamás me dio motivos, el mientras más tiempo pasemos juntos, era mejor.
Pero somos dos personas separadas, con dos vidas distintas, así que había veces en las cuales no podíamos estar juntos, eso no me generaba inseguridad.
Pero ahora ver fotos y videos de mi pareja con esa mujer, era demasiado.
—Sabes perfectamente que eso no es así.
—¿Entonces porque haces este drama?— frunció el ceño —jamás discutimos por cosas del exterior, ¿por que ahora si?
Mi tranquilidad se fue, la verdad es que me encontraba muy mal, y no pude contenerlo más.
—¡Es ella! Ella siempre hace esto, era cuestión de tiempo hasta que te toque a vos.
Franco se encontraba confundido, por unos segundos se quedó en silencio. Intento acercarse a mi, pero yo me aleje, no lo quería cerca.
—Amor mio... por favor, solo necesito que me dejes explicártelo, ¿podes?
Tarde o temprano esto debería hablarse, los dos lo sabíamos, pero simplemente mi cabeza no se encontraba en eje, no podría mantener una conversación cuerente ahora mismo.
—Necesito tiempo para pensar Franco, dame tiempo, luego lo hablaremos.
Mi pareja asintió, no insisitio mucho más.
Tomo mi mano y la llevo a su rostro, acariciándose el rostro, para luego dejar un beso en el dorso de esta.
Por más que deseara pasar por alto esto, no podía, no era culpa de mi pareja, pero el simple hecho de que ahora en Internet se diga de mi un montón de cosas, dando a entender cosas que no son, es difícil.
¿Me importaba lo que dijeran los demás? Por supuesto que no.
La razón era, que debido a el tamaño del problema, no podía defenderme o siquiera poder aclarar las cosas, eso me molestaba.
No quería enojarme con el, la culpa no era suya, pero necesitaba aclarar mi mente, además de que estaba demasiado tensa debido a que sigo esperando los resultados de mi final.
Pocas horas después, me encontraba en el aeropuerto, había empacado rápidamente mis pertenencias, compré un boleto, decidí que era momento de volver a Argentina, despejarme y olvidar el asunto de Franco y la China.
El asiento individual, no tenía acompañante, no estaba Franco acompañándome. La ventana mostrando únicamente el cielo nocturno.
Tampoco estaba Franco para decirme que mis ojos brillaban más que las estrellas, o que el brillo de la luna no se comparaba al mío.
La presencia de mi novio me hacia falta, lo extrañaba.
—Hola papá.
Deje mi maleta a un lado y me acerque a aquel hombre, con sus brazos abiertos, esperando recibirme.
—Mi Sammi.
Sus brazos me rodearon tan pronto me acerque, cerré los ojos y aspire su olor.
Olor a nafta y aceite de motor.
Un aroma que lo distinguía y cada vez que lo percibía, me recordaba a mi papá, incluso desde niña.
El no me hizo muchas preguntas con respecto a porque estaba aquí, eso adoraba de el, jamás indagaba, solo esperaba a que sea el momento y le diga, o simplemente no se lo dijera.
Prácticamente el sol apenas se aparecía, el alba se asomaba y mi vista estaba fija en la ventana.
Únicamente mire a mi papá cuando paro el auto en una estación de servicio.
—¿Dulce o salado?
Lo mire sin entender por unos instantes, luego comprendí.
—Ambos, porfa.
No discutió y asintio, salio del auto y entro a la estación.
Volvió poco después, me entregó un paquete de snacks y unos chocolates. Yo abrí primero un chocolate y empecé a comer, tenía un hambre, no tenía hambre durante el vuelo y decidi no comer ni la cena, ni el desayuno.
Gran error.
—Toma, te bajaste todo de una hija— me extendió una botella de agua.
Tome la botella sintiendo un ligero deja vu al instante, pero saque ese pensamiento de mi mente.
———
Cap corto, el que viene es el bueno (creo).
:)
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la mujer de mi vida | Franco Colapinto
Fanfic-gracias por permitirme ser la mujer del proceso y acompañarte en la historia que estas creando. -no sos la mujer del proceso Sammi, sos la mujer que estuvo desde el segundo uno; la que estuvo en las buenas y malas, mereces ser parte de todo lo que...