12

17 3 2
                                    

Los días pasaron, pero la tensión dentro de Sakura seguía creciendo. Había algo en el aire, una mezcla de incertidumbre y nuevas emociones que la mantenían al borde. Sasori parecía indiferente, al menos en apariencia, pero Sakura sabía que él también había sentido el cambio.

Una tarde, mientras ella practicaba con el Byakugō en un claro no muy lejos de la base, Sasori apareció sin previo aviso. Su figura elegante y calculada se abrió paso entre los árboles mientras la observaba entrenar en silencio.

—Te estás desgastando más de lo necesario ningyõ—comentó finalmente, apoyándose en un árbol cercano con los brazos cruzados.

Sakura dejó escapar un suspiro y desactivó el sello, sintiendo el calor del chakra disiparse.

—Necesito ser más fuerte —respondió ella, secándose el sudor de la frente—. Especialmente si tengo que enfrentarme a alguien como Sasuke otra vez.

Sasori levantó una ceja, su tono gélido como siempre.

—¿Aún piensas en él?

—No como antes —admitió Sakura, dejando que su mirada vagara hacia el suelo—. Creo que estoy empezando a verlo por lo que realmente es.

Sasori se acercó un poco más, sus ojos fijos en ella con intensidad.

—¿Y qué es lo que realmente ves?

Sakura levantó la vista, sus labios apretados en una línea delgada.

—Un recuerdo. Algo que no quiero dejarme dominar más.

Sasori asintió lentamente, su expresión suavizándose apenas un poco.

—Eso es bueno. Porque en este mundo, aferrarse a cosas inútiles solo te destruye.

Sakura lo miró, intentando descifrar lo que realmente quería decir con esas palabras. Había algo en su tono, algo más profundo de lo que él dejaba ver.

—¿Y tú? —preguntó de repente, sus ojos ahora enfocados en él—. ¿A qué te aferras, Sasori?

Por primera vez, Sasori pareció sorprendido por la pregunta. Desvió la mirada por un momento, como si estuviera considerando si debía responder.

—No me aferro a nada —dijo finalmente, pero su voz carecía de la certeza habitual.

Sakura dio un paso hacia él, cruzando la distancia que los separaba.

—No creo eso. Has estado aquí para mí de una forma que nadie más lo ha estado. Eso no es "nada", Sasori.

Sasori volvió a mirarla, sus ojos fijos en los de ella, como si estuviera buscando algo que no podía explicar. Finalmente, dejó escapar un suspiro pesado.

—Tú eres diferente —admitió en voz baja, casi inaudible.

Sakura sintió que su corazón se aceleraba, pero no dijo nada. En cambio, esperó, dejando que él continuara.

—No sé por qué me importas, Sakura. Pero lo haces.

La confesión fue tan inesperada que por un momento no supo qué responder. Pero luego, con una pequeña sonrisa en los labios, dio un paso más cerca de él.

Nᴇᴡ ᴅᴏʟʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora