24 | . Estado Vegetativo

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10/04/2030

Joao🐢

El supermercado estaba tranquilo, apenas algunas familias recorrían los pasillos y el murmullo lejano de música ambiental se mezclaba con el ruido de las ruedas del carrito. Isa, Sebas y Mateo caminaban a mi lado, cada uno con su personalidad desbordante a cuestas. Habíamos salido a comprar cosas necesarias para la casa, pero con ellos era imposible no terminar llenando el carrito de cosas que definitivamente no estaban en la lista.

Mateo, con su eterna energía, fue el primero en romper el silencio.

—¡Papá! ¿Podemos llevar cereales? —preguntó, jalándome de la camiseta con entusiasmo.

Me agaché un poco para ponerme a su altura y sonreí.

—Claro, ¿de cuáles quieres? —le respondí, aunque ya podía adivinar la respuesta.

—¡De chocolate, obvio! —exclamó con una seguridad que me hizo reír.

—Bueno, entonces ve y elige los que quieras. Ponlos en el carrito.

Mateo corrió hacia la sección de cereales, y mientras lo veía ir de un lado a otro examinando las cajas, volví mi atención a Isa y Sebas, que hasta ese momento habían estado más callados de lo normal, caminando juntos pero en completo silencio.

—¿Y ustedes? ¿No van a llevar nada? —les pregunté, mirándolos por encima del carrito.

Isa se encogió de hombros mientras Sebas levantaba una ceja, como si estuviera evaluando la oferta del supermercado. Finalmente, Isa habló:

—Pues... se me antojaba llevar unos chocolates, pero con este calor horrible se van a derretir antes de que lleguemos a casa. ¿Puedo llevar helado? —preguntó, inclinando un poco la cabeza como hacía siempre que quería parecer inocente.

Antes de que pudiera responder, Sebas soltó un resoplido y se cruzó de brazos.

—¡Oye! Helado iba a llevar yo. ¡Copiona! —dijo con tono ofendido.

Isa giró la cabeza para mirarlo, frunciendo el ceño.

—¿Pues qué iba a saber yo, tonto? —respondió, y su tono subió una octava más.

—¡Pues me hubieras preguntado, rarita! —replicó Sebas, con una sonrisa burlona mientras Isa comenzaba a indignarse de verdad.

Y ahí estaba, otra vez. La típica pelea de hermanos que comenzaba por cualquier tontería y que, si no intervenía rápido, podía escalar hasta convertirse en un duelo digno de una película de acción.

—¡Ya basta los dos! —interrumpí, levantando un poco la voz para que ambos se callaran—. Lleven lo que quieran, ¿okey? Helado, chocolates, lo que sea. Solo les pido que no me hagan explotar la cabeza aquí.

Ambos me miraron, primero con sorpresa y luego con algo de vergüenza. Isa tomó un respiro y se encogió de hombros como si no hubiera pasado nada.

—Está bien, llevaré helado. Pero yo elijo el sabor.

—Yo también voy a llevar —dijo Sebas, poniéndose serio por un momento antes de agregar—. Pero no de los raros que le gustan a Isa.

Ella puso los ojos en blanco mientras empujaba un poco el carrito para moverse hacia el pasillo de congelados. Mateo, que había regresado con los cereales en brazos, observaba la escena con una sonrisa divertida.

—¿Siempre se pelean así? —me preguntó en voz baja mientras colocaba la caja en el carrito.

—Siempre —respondí con un suspiro, aunque una sonrisa inevitable se dibujó en mi rostro. Era un caos constante, pero era nuestro caos.

Yo x Ti . Tu x Mi 2 - Joāo FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora