Forty One Winks.

Prólogo.

Escribir esta historia nació de la necesidad de explorar los contrastes entre dos mundos que, en apariencia, nunca deberían cruzarse. Quise capturar la intensidad de la juventud, esa etapa en la que los sueños parecen al alcance de la mano pero las expectativas ajenas a menudo los desdibujan. A través de Kang Haein y Choi Yeonjun, he intentado dar vida a personajes que luchan contra las sombras de su entorno mientras descubren quienes son realmente.

Haein representa la libertad creativa y la persistencia de aquellos que se atreven a soñar con un futuro diferente, mientras que Yeonjun refleja el peso de las expectativas, la lucha interna por demostrar su valía más allá de un apellido o un legado. Sus caminos se cruzan por casualidad, pero su conexión revela que, incluso en mundos tan distintos, las personas pueden encontrar consuelo y fuerza en quienes menos esperan.

Esta no es solo una historia de amor. Es un reflejo de las presiones, los secretos y las pequeñas alegrías que definen la juventud. Es un recordatorio de que incluso en los momentos más difíciles, hay espacio para dulzuras inesperadas, como los caramelos escondidos en una mochila o la compañía de un gato en un día gris.

Espero que, al adentrarse en estas páginas, encuentres algo que te haga reír, suspirar o pensar en tus propios momentos de crecimiento. Porque, al final, esta es una carta para todos los que alguna vez se han sentido atrapados entre lo que el mundo espera de ellos y lo que realmente desean ser.