Tormenta y Trueno [ LIBRO 2 ]

⚡Capítulo 37: Tormenta y Trueno🔥

   Siento una gota en la punta de mi nariz, ambos levantamos nuestro rostro en dirección al cielo y luego nos volvemos a encontrar.

— Comenzará a llover — dice muy bajo y asiento.

—¿Las carpas son impermeables? — me mira confundido y empiezo a reír.

— Creo que no — sonríe avergonzado.

   Nos levantamos y comenzamos a guardar las cosas o bueno lo que alcanzamos, la tormenta se intensifica cada minuto y comienzan los truenos, ambos nos miramos y sonreímos, cubro mi bolsa con mi chaqueta y en este momento me siento genial por haber usado tanta ropa.

— Creo que debemos irnos — dice completamente mojado y asiento.

— Vamos — digo y extiendo mi mano.

   Ambos corremos por el campus, él se detiene unos segundos y me lleva a él para besarme, juro que este momento lo enmarcare en mi mente, volvemos a correr y subimos por el edificio hasta llegar a mi habitación, en estos momentos agradezco no compartirla, entramos y enciendo la luz, pero no hay, insisto y él se ríe.

— Definitivamente no hay luz — dice.

— Hace mucho frío — comento.

   Reviso mi cuaderno y sonrío al confirmar que no esta mojado, él cierra la puerta de la habitación y se queda junto a ella sin dar ni un paso.

— Me ducharé — digo — tengo mucho frío y no hay calefacción — él asiente — ¿Me esperas?

— Sí...

   Tomo una polera de Queen, es de mis favoritas para dormir, elijo bragas intentando pasar desapercibida y corro a la ducha. Salgo del baño mientras intento secar mi cabello con la toalla, ya que sin luz no hay secadora, él me mira y sonrío al ver que solo mira mi rostro.

— Estás todo mojado — comento y asiente, lo veo temblar y me produce mucha ternura — deberías ducharte.

— No tengo ropa — ambos reímos.

— tengo otra de estas poleras, son grandes, creo que te quedará bien — sonríe y voy por una toalla, se la entrego y se mete al baño.

   Luego de unos minutos, él sale del baño con la polera y envuelto en la toalla abajo, lo observo confundida.

— No tengo ropa interior — dice realmente incomodo y me sonrojo.

— No pensé en eso — se ríe contagiándome.

   Camino en su dirección y lo beso, él responde de inmediato, es lento, delicado pero muy apasionado, llevo mis manos a las suyas y lo ayudo a soltar la toalla, ambos nos miramos en ese momento, los nervios comienzan a invadirme y mi respiración me delata, noto en él lo mismo, respira agitado y nervioso, sus manos siguen en la misma posición.