Año Unificado 652, Vigesimotercer día del Mes Livada
Hace tres días que salimos de la ciudad de Fontana. Nada destacable para narrar, excepto la cantidad irrisoria de campos de cultivo, casitas desperdigadas entre cerros y una que otra aldea pequeña en el camino a donde nos deteníamos por provisiones o a descansar.
Nursa es un reino muy grande y muy rural. Probablemente sea la nación más rural de todo el continente. Diría más bien que, sería algo así como el campo de cultivo de todo el continente, según lo que mencionó Minoris antes de aquello de que el 45% de toda la comida del continente se cultiva aquí.
Por la tarde, después de atravesar un denso bosque, nos detuvimos a comer y descansar en un claro abierto. Encendimos una pequeña fogata y Alice se ofreció para preparar la comida.
Aunque las demás chicas se percibían un poco incómodas con ello, no dijeron nada al respecto. Solo la brujita fue muy directa al decir que nunca comería nada preparado por un esclavo.
Para variar, también resultó clasista la condenada.
─No se preocupen, sé cocinar muy bien ─comentó Alice─. A algunos esclavos, dependiendo de ciertos talentos o habilidades que puedan mostrar, se les educa y entrena para pulirlos y dominarlos perfectamente.
Alice ahondó en su explicación diciendo que los esclavos que, como ella, pudieran tener algún talento o habilidad especial ya sea el canto, la pintura o cualquier cosa que se les ocurra tenían un trato un poco más "humano" pero no dejaban de ser esclavos. Solo que a veces, a muchos amos ignorantes les valía madres todo esto y de todos modos los trataban a todos por igual, vistiéndolos con ropas sucias y rotas y manteniéndolos en un estado de precariedad muy fuerte. Justo como el caso del anterior amo de Alice.
Qué bueno que me la quedé. Porque también resulta que domina muy bien todas y cada una de las formas para preparar el celacanto.
Aunque con esta explicación convenció a Koyara y a Minoris, a Larissa todavía la dejó pensativa. Pero cambió de opinión al probar lo que preparó la dríada, de verdad era exquisita. Hasta hizo también aquello de lamer los platos, pero se veía tan cagado verla hacer eso cuando siempre habla como si fuera una princesa.
Creo que, si no fuera esclava, bien podría abrir algún restaurante y volverse millonaria.
Quizá lo haga cuando todo esto se acabe. Y quisiera apoyarla en eso.
Y mientras almorzábamos, la conversación también apareció:
─Entonces Larissa ─pregunté mientras degustaba mi celacanto asado─. ¿Qué tanto sabes sobre el Qualia?
─Todo lo que sé ya te lo dije antes en nuestro enfrentamiento ─respondió al tiempo que masticaba con algo de furia─. De todos modos, yo sigo siendo la persona más capacitada para entrenarte. No necesitas buscar a nadie más, suponiendo que lo hubiera.
─¿Y Brayan también puede hacer conjuros como nosotros? ─preguntó Koyara.
─Probablemente ─respondió dirigiéndose a mí─. Los conjuros que nosotras hacemos pueden servirte si los replicas, pero recuerda que tu Qualia es especial porque tú mismo decides cómo controlarlo, es decir, tú mismo creas tus reglas.
─Pero la bruja solo podrá enseñarle lo básico sobre el Qualia ─comentó Minoris─. Al final necesita encontrar a alguien que sepa más al respecto.
─Ya les dije que conmigo es suficiente.
─¿Y conocen a alguien? ─pregunté.
El silencio de las chicas me dio la respuesta que necesitaba.
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Qualia - Fase 1
FantasyTítulo completo: Qualia (o la Decepcionante Realidad del Género Isekai) Cuatro años después de las aventuras de la bruja Larissa en el mundo de Brayan, la vida del muchacho se mantiene sin cambios. Con 22 años cumplidos y una carrera trunca, entra a...