La insistencia de Shidou nuevamente me convenció, acepté de mala gana.
- Como jodes, está bien, haz lo que se te dé la maldita gana. - Dije irritado, me estuvo insistiendo durante todo el resto del camino, mi poca paciencia llegó a su límite. Sólo hubo de su silencio como respuesta, de reojo pude ver que me observaba, me pareció extraño, lo volteé a ver, en su rostro había una estúpida sonrisa pícara, demasiado pícara, incluso parecía pervertida, como la de un loco satírico, puse los ojos en blanco.
- Ugh, tampoco te lo tomes tan literal. -
- Uh oh, ya me había emocionado, pestañas. -
No le preste más de mi atención, ya sería momento en el que entraríamos a la mansión, tenía algo de nervios apesar de no mostrarlo.
- Demonio, haz lo que te diga. - Suspire para relajame un poco.
- ¿Ni un por favor? Bien, solo te lo perdono porque tú... Eres tú. - Me miró con una mezcla de admiración y deseo, completamente embobado. Desvíe mi mirada de él y nos adentramos.
Al abrir la puerta vi el cálido y elegante ambiente que siempre contenía la mansión. En la sala principal solo estaba Chigiri limpiando alguno de los estantes, se dió cuenta de nuestra presencia, nos miró con duda pero después lo disimulo rápidamente con una sonrisa.
- Bienvenido nuevamente Sae, y... Compañía. -
- Gracias Chigiri, su nombre es Shidou, nos acompañara durante mucho tiempo.-
- Un gusto. - Saludó Shidou.
Ni siquiera di la explicación de quién era, ya que sería más raro el explicarlo sin que me preguntaran, teniendo en cuenta mi personalidad.
Continuamos con nuestro paso, el demonio ya conocía la mansión por lo que era innecesario presentarsela o algo así, nos dirigimos a la cocina y comedor, de ahí provenían algunos ruidos y voces, el resto se encontraba ahí, entramos y todos dirigieron su mirada hacía nosotros, aclare mi garganta antes de hablar.
- Sé que tienen duda, él es Shidou, nos acompañara durante mucho tiempo, espero se acostumbren a su presencia. - Un incómodo silencio inundó el espacio hasta que Shidou lo rompió.
- Un gusto a todos, espero podamos convivir pacíficamente. - Dijo con su genuina sonrisa.
Kunigami, Isagi y Bachira lo recibieron cálidamente mientras conversaban sin esfuerzo con él, al que no miré muy convencido fue a Rin, tenía una cara de haber visto alguna porquería, se acercó a mí, ya esperaba lo que me diría.
- ¿Quién es él? Me da muy mala espina... -
- ¿Acaso no lo recuerdas? es Shidou, uno de mis amigos de la infancia. -
- No me acuerdo de ningún "Shidou". No soy tonto, Sae. - Me observó con una mirada amenazante, mantuve mi fachada despreocupada de siempre.
- Me da igual si me crees o no, si intentas hacer algo raro, te arrepentirás, Rin. Yo sé perfectamente lo que hago, no te metas en mis asuntos. -
Rin solo soltó un gruñido y se fue a su habitación, un suspiro salió de mí.
Escuchamos unas pisadas de caballo, lo que indicaba la llegada de Kaiser y Ness, acomode rápidamente mi ropa y me preparé para el momento, los chicos se apresuraron a salir y recibir a nuestros invitado, los saludaron educadamente y presentaron la mansión mientras se dirigían al interior, yo ya había subido junto a Shidou a mi oficina, dónde conversariamos más tranquilamente. Después de algunos momentos, finalmente la puerta de la oficina fue tocada, me puse de pie para abrir,. ahí estaban.
- Un gusto Kaiser, Ness, adelante. - Saludé, haciendo una reverencia y haciéndome a un lado, dejándoles el espacio libre para que entraran.
Kaiser no dijo nada, solo entró, en cambio Ness se comportó mucho más amable.
- Un gusto también, Sae. ¡Me encanta la mansión! Es un estilo bastante cómodo y elegante, me gustó el tono cálido que utilizaste para las decoraciones, muchas gracias por permitirnos hacer este trat- Dijo mientras entraban, pero fue interrumpido por Kaiser.
- Silencio Ness, ya fue suficiente. - Los tres nos dirigimos a nuestros respectivos asientos, yo al lado de Shidou y ellos dos en el otro extremo de la mesa que nos dividía, en ella estaban cuatro copas de vino, junto con la tabla para degustarlo.
- Aprecio tus observaciones. - Me dirigí hacía Ness, asintiendo para no dejarlo sin ninguna respuesta. Hice una pequeña pausa antes de hablar nuevamente.
- Agradezco su interés en este trato, espero que disfruten de su breve estancia aquí, si gustan pueden tomar del vino y degustarlo tranquilamente, si no es de su agrado no sería molestia darles alguna otra cosa. Él es mi compañero, Shidou. - El idiota estaba disociando, le dí un pequeño golpe con mi pie al suyo, rápidamente se recompuso.
- Lo siento, un placer, soy Shidou. - Dijo poniendo su mano con la intención de ser estrechada, Kaiser no correspondió, pero Ness si lo hizo con una sonrisa. Maldito maleducado de Kaiser.
- Bien, yendo al tema principal, nuestras propuestas son... - Comencé a decir lo que tenía en mente, intentando ser lo más formal posible. La conversación pareció ir mejor de lo esperado, duramos más o menos 40 minutos charlando y compartiendo nuestras propuestas o inconformidades.
Finalmente llegamos a un buen trato sin esfuerzo o inconformidades. Todo de acuerdo al plan. Nos despedimos cordialmente. Debo admitir que fue un poco agotador tratar con alguien como Kaiser, a decir verdad no tengo idea de como hubiese sido si Ness no se hubiera encontrado allí, sentí algo de lástima por ese chico, lo trataba como a un perro.
Una vez que se fueron, sentí una carga menos en mi ser, rápidamente me cambié la ropa, reemplazandola por una pijama más cómoda, Shidou lo imitó.
Cenamos algo ligero y llegó la hora de dormir, me encontré leyendo un libro pacíficamente mientras estaba recostado en mi cama, hasta que unos golpes en mi puerta interrumpieron mi lectura.
- ¿Quién? - Dije lo suficientemente alto para que la persona del otro lado escuchase.
- Tu demonio. - Un escalofrío recorrió mi columna al oír eso, un bufido escapó de mis labios.
- ¿Ahora qué quieres..? Adelante. - Murmuré entre dientes, arrastrando las palabras.
La puerta se abrió lentamente, soltando aquel familiar crujido al que mis oídos ya estaban muy acostumbrados.
- Te quiero a tí, Sae. - Se acercó a mí, de una manera un tanto peculiar...
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𝕾𝖚𝖘𝖚𝖗𝖗𝖔𝖘 𝖕𝖗𝖔𝖍𝖎𝖇𝖎𝖉𝖔𝖘
RomantizmUn susurro, una invocación, su destino cambiado para siempre... Bl, Ryusae♡