– Jacky ven acá – llamó Henry desde la cocina. Jack Bell se encontraba en la sala de la casa , sentado en el sillón y mirando aquel reality Show que tanto le gustaba llamado “ Chicas desesperadas “ , Henry odiaba ese programa decía que era un “show de gente vaga para vagos “ ¡si hasta nombre de película cutre tenía! . Jack no le hacía caso, al final de cuentas Henry era demasiado criticón por naturaleza. Jack se levantó y fue hacia la cocina donde Henry lo esperaba recostado a la meseta donde estaba el lavabo. – ¿Oh Sacre Bleu ,quién osa molestar al supremo rey de esta comunidad para que se levantase de sus aposentos reales – Jacky caminaba hacia Henry con aires de grandeza , las manos sobre su pecho como quien sostiene algo muy querido , mirando hacia los lados con el mentón levantado y los labios puestos en posición de beso , había cambiado la voz , hablaba como lo que el mismo llamaba un “monarca francés ” . Observó a Henry y arqueo una ceja – Acaso fuiste tu oh desdichado plebeyo.
Henry lo miraba sonriendo – Oh si gran rey, fui yo – Le siguió el juego.
Jacky chillo y se llevó una mano a la frente con un movimiento bastante afeminado – Atrevido, vas a comer pasteles próximamente pero en el infierno, ¡guillotinadle!
Henry comenzó a reír, moviendo la cabeza de derecha a izquierda – Jacky, deberías ir al mecánico, para ver si aprieta esos tornillos flojos que tienes en tu cabeza – Jacky se lanzó hacia el y lo abrazó siendo correspondido – Cállate Harry, así me quieres, ¿o no?
Henry puso cara como de pensarlo – mmm ¿será? … claro que si tonto.
– Me basta entonces – dijo Jack con aires de triunfo. El silencio se apoderó de ellos, pero no era un silencio incómodo, era agradable, los dos se miraban fijamente a los ojos y se sonreían. Pero la sonrisa de Henry se comenzó a borrar, hasta quedar abatida por una seriedad adulta y madura – Jacky, quería hacerte una pregunta.
– Pues adelante Harry, te escucho.
– ¿Qué dirías si algún día me voy de viaje, un viaje largo, pero solo sabes?
¿Qué era aquella pregunta tan extraña? , Jacky frunció el ceño y dio un paso atrás - ¿algo así como un…viaje espiritual, para encontrarte a ti mismo?
Harry vaciló por un momento su respuesta - mmm si, supongo que algo así – mentía, y Jack lo sabía.
– Diría que eres un puto cabrón de mierda, ¿¡cómo vas a hacer un viaje y además sin mí, a donde irías!?
– A Midtown.
Jack no podía creer lo que escuchaba, ¿enserio quería ir a aquel pueblo de mala muerte en el otro lado del país, allá iba a ser su “viaje espiritual”?, joder que si le hubiera cualquier otro lugar sería mas creíble, hasta si le hubiera dicho el monte Sinaí sonaría más plausible que decirle que iría a Midtown por espiritualidad – Venga ya Henry, ¿a qué quieres ir a Midtown?.
– Jacky, nosotros nacimos allí, es nuestra tierra, en algún momento tenemos que volver.
– Claro, de aquí a 30 años cuando la adultez nos de por ponernos nostálgicos y decidamos recordar nuestros tiempos de críos yendo a allá, pero ¿ahora?, cuando apenas hace dos años salimos de allá.
Henry se apartó de la meseta y comenzó a caminar hacia el lado contrario de ella, le había dado la espalda a Jack – tu no me entiendes, nunca lo has hecho – musitó tan bajo que apenas para Jack había sido un murmullo aquello.
– ¿Qué dijiste? – dijo Jack caminando atrás de el.
– Nada – respondió Harry fríamente – me voy a dormir, estoy cansado.
– Eso, siempre huyendo de las discusiones. Señoras y señores, bienvenidos al concurso de preguntas más esperado de la televisión. Primera pregunta: ¿Quién suele huir de las discusiones siempre que se siente intimidado? El primero en levantar la mano fue el señor Jack, díganos cual es su respuesta: Henry alias “el niñato llorón” Reagan. ¡Ding, ding, ding, Correcto!
– ¡Oh por Dios! eres un estúpido Jack Bell.
Henry se dirigía hacia el cuarto cuando Jack recibió una iluminación mental instantánea – ¿Quieres ir a verlo a El verdad? – dijo antes de que Harry deslizara hacia abajo el goznes de la puerta. Se detuvo en seco, todo el tiempo de espaldas a Jack. Ahora reinaba un silencio sepulcral, solamente roto por los ruidos de los carros que pasaban por la carretera, este si era un silencio incómodo, Jack temía que Henry no dijera nada, porque así le confirmaría su pregunta. A veces el silencio es más expresivo y concreto que las palabras - ¿eso importa ahora? , basta Jack, me voy a dormir, no vengas tarde, sabes que odio que me despierte el ruido chirriante de la puerta.
– No puedo creer que pienses siquiera en eso Harry. Ademas, ¿en serio creías que te dejaría ir solo allá sabiendo a lo que vas? Recuerda Harry, recuerda las cosas, recuerda la promesa… – Pero Henry había pasado al cuarto para luego dar un portazo. Jack calló y se sentó en el sofá llevándose las manos al rostro. Sabía que Henry era terco y cuando se empecinaba con alguna idea no paraba hasta llegar a cumplirla, ¿y si le pasaba algo camino a Midtown, pero aun mas, si le pasaba algo en el mismo Midtown? , el idiota no entendía que simplemente se preocupaba por el, (o tal vez solo eres un maldito posesivo que no deja a Henry tener su propia vida plenamente). ¿Pero entonces que hacía? , dejar ir a Henry así sin más por un simple capricho del cual tal vez luego se arrepentiría (o tal vez no).
Jack pasó una hora sentado en el sillón, pensando las cosas, descartando ideas, sumando otras. Sabía que se había pasado con Henry, le había gritado cuando el solo le hablaba normal y además le había ofendido enserio varias, sin embargo no creía que su opinión con el tema de Midtown fuera errada. Finalmente se decidió en ir al cuarto, abrió la puerta con sumo cuidado y la cerró con mucha más cautela. La oscuridad anegaba la habitación y la vista de Jacky aun no estaba adecuada a las tinieblas, pero conocía el camino hacia la cama así que fue en puntillas sin tropezar con nada y se arropó al lado de Henry.
– Harry – susurró Jack – no se si estas despierto, pero sé que cuando peleamos tardas en dormir. Perdóname vale, me pase con la forma en la que te hablé y con las cosas que te dije. Es que te quiero, me preocupo por ti, solo es eso. En cuanto al tema de Midtown, creo que está bien si quieres ir, pero no ahora Henry, tienes al menos que acabar el semestre. Hagamos eso, acabemos ambos el semestre y vamos a Midtown ¿vale? – Jack no esperaba respuesta y efectivamente, no la tuvo. Henry le había escuchado, tal como decía Jack estaba despierto, pero prefirió callar e intentar ahora sí, dormir. Jack hizo lo mismo.
Al otro día Jack despertó mas tarde de lo normal, el despertador que generalmente sonaba a las 7:00 am, ahora había dado su chirriante canto a las 9:30 am. Henry no estaba a su lado. Jacky se levantó de un salto ignorando la hora, revisó el armario, toda la ropa de Henry estaba ahí. Salió de la habitación y fue hasta la sala notando que sobre el multimueble había una pequeña nota. Se acercó hacia allí y tomó el papel en sus manos.
Jacky:Me fui para la universidad más temprano, tenía que hacer un examen. Cuando vayas ve a ver a Hud Halland, estaré un rato con el.
Besos, HR.– ¿Un examen Harry? , no me habías dicho nada, como me subestimas estúpido, se que aquí hay gato encerrado. Ya verás cuando te vea, te patearé las pelotas – Jacky ahora estaba más molesto que preocupado. Se vistió rápidamente y salió rumbo a la universidad.
En el campus no tardó en encontrar a Hud. Hudson Halland o Hud para los cercanos, era el mejor amigo de Henry en la universidad. Estudiaban lo mismo y por tanto casi siempre se les podía ver juntos por el campus charlando o debatiendo de aquello que habían aprendido en clases. Hudson era un empollón a ojos de Jacky, cuando no andaba hablando de historia y de datos curiosos que a casi nadie importaban (solo parecían importarle a Henry), discutía sobre cual pokemon era el más poderoso o si PlayStation era mejor que Xbox con el primer adicto a los videojuegos que se le cruzara en su camino. Pero bueno, fuera lo que fuera, a Jacky le caía bien.
– Hola Jack – saludo Hudson mientras se acomodaba con el dedo del medio el soporte de sus espejuelos.
– Hola Hud, ¿has visto a Henry? , me dijo que estaría contigo luego de hacer el examen.
– ¿examen, que examen?
Al oír aquellas palabras Jack se estremeció. Henry le había mentido.
– Da igual Hud, ¿sabes dónde está Henry?
– Ahh, no, o sea, el estuvo conmigo sí, pero se fue casi al instante – Hud retiró su mochila de la espalda y la puso en el suelo. Abrió el compartimento mas grande, cogió una libreta roja que tenia escrito en la portada “economía política” y saco de dentro un papel, parecía una carta. – Pero me dijo que te entregara esto – Hud estiró el papel hacia Jacky.
Jack, desorientado y anonadado cogió el papel ¿qué te traes entre manos ahora Henry Reagan? – Agradeció a Hudson y se fue con el papel en la mano derecha. Al encontrar un banco donde sentarse, se dispuso a leer lo que decía aquel papel, aunque ya iba imaginando por donde iría todo:A Jacky:
No me odies por no haberte hecho caso, sabes que soy un rebelde sin causa, como el caballo de aquella película que tanto te gusta, ¿era “Spirit” como se llamaba no? .Necesitaba hacer ese viaje, necesitaba volver a casa. Quería explicarte , quería que supieras como me sentía , que es lo que quiero haciendo esto , pero ni yo mismo se lo que quiero , al menos no ahora , al menos no hasta que enfrente mi pasado cara a cara , siento que cuando haga eso todo será mas claro y ahí me sentaré contigo toda la tarde a aclararte las cosas . No creas que me hace feliz dejarte atrás, me parte el corazón saber que posiblemente al leer esta carta el tuyo se esté rompiendo en pedazos también, pero era algo que necesario, era lo justo. Si todo sale bien volveré pronto Jacky hasta entonces, cada vez que me extrañes, mira la pulsera de caracolas que tienes en tu muñeca, piensa en lo mucho que yo también te extrañaré y aun mas, en lo mucho que te quiero.
Con amor HR.
P.D: En cuanto llegue te escribiré, estate pendiente al whatsapp.
ESTÁS LEYENDO
Decadencia
HorrorQuerido lector . Esta es una historia que pretende profundizar en un tema tan complicado como lo es la psicología humana. A través de la ficción y lo irreal , el autor pretende dar un golpe de realidad en temas muy marcados de estos tiempos como lo...