Cuando Rebeca apareció frente a mí, no pude evitar parpadear un par de veces, tratando de asimilarlo. Ella me observó con una expresión divertida antes de decir.
- ¿Qué pasa? ¿Acaso viste un fantasma?
Su comentario me sacó de mi sorpresa.
- ¿Cuándo regresó? - pregunté rápidamente, sin poder ocultar mi curiosidad.
- Hoy en la madrugada. Aunque parece que alguien no está muy contenta con mi regreso - Rebeca dirigió su mirada hacia Helen, quien la observaba con el ceño fruncido.
Helen no tardó en cruzarse de brazos y responder con algo de molestia.
- ¡Volviste sin avisar a nadie! Ni siquiera a mí que soy tu hija.
Rebeca soltó una carcajada ligera, restándole importancia.
- No te molestes, hija. Quería sorprenderlos.
Fue entonces cuando intenté desviar el tema.
- ¿Y a qué se debe su regreso señora Rebeca?
- Decidí que era hora de pasar tiempo con mi familia. Dejé España para volver a Estados Unidos.
Suspiré, asintiendo.
- Bueno, si me disculpan, iré a la cocina primero. Luego subiré a guardar mis cosas. Esperó que nos pongamos la día señora Rebeca.
Ella asintió, y yo tomé mi equipaje para dirigirme al interior.
Cuando entré a la cocina, un olor a carne abrió mi apetito, junto con el sonido de algo friéndose en el sartén. Magdalena estaba de espaldas, concentrada en la estufa, mientras Iris, sentada en la mesa, me vio entrar y rápidamente llamó mi atención.
- ¡Saimón!
Antes de que pudiera reaccionar, Iris ya estaba corriendo hacia mí. Magdalena se giró y sonrió al verme.
- Ya volviste ¿Qué tal tus vacaciones?
- Fueron más divertidas de lo que esperaba, aunque cortas. - Sonreí, respondiendo mientras Iris me abrazaba con fuerza.
- ¡Te extrañé tanto! Me sentí muy sola sin ti.
No pude evitar reír mientras le devolvía el abrazo.
- ¿Y qué pasó con Eloísa?
- Se la pasa ocupada en cualquier cosa. Apenas si tenemos tiempo para hablar.
Asentí mientras me sentaba en una de las sillas de la mesa. Magdalena, se acercó con una taza de café caliente.
- Aquí tienes.
- Gracias. - Tomé un sorbo. Pero mi estómago no tardó en reclamar.
- ¿Tienes hambre? - preguntó Magdalena, al notar mi gesto.
- Muchísima.
Sin decir nada más, preparó unas tajadas de pan caliente con mantequilla y algo de queso y las colocó frente a mí. No tardé en tomar una y comenzar a comer.
- ¿Por qué tanta hambre?
- Justo cuando iba a desayunar, Milton llegó por mí. No tuve tiempo de comer nada.
Magdalena frunció el ceño, claramente molesta por la situación, mientras que Iris soltó una risa suave.
- De todas formas, pensé que Vincent vendría por mí - dije, aprovechando para cambiar de tema. - ¿Dónde está ahora?
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Chance of routine (Furry/Gay)
Teen FictionSaimón Gálvez, un joven chico cualquiera termina siendo el mayordomo de Vincent Leclerc Dupont un imponente lobo blanco el cual se había interesado en el, cuando volvió a casa por la muerte de su padre Título de la historia en español: (Cambio de r...