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Al día siguiente, el ambiente en la casa estaba extrañamente tranquilo

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Al día siguiente, el ambiente en la casa estaba extrañamente tranquilo. Julián fue a la cocina en pijama, todavía con una sonrisa que no se le había borrado desde la noche anterior. Había dormido poco, con el beso de Enzo dándole vueltas en la cabeza toda la noche

Cuando entró, encontró a Enzo ya sentado en la mesa, con un mate en la mano y el celular en la otra. Estaba vestido con su conjunto de River, con el pelo mojado y una expresión relajada. En cuanto Julián cruzó la puerta, Enzo levantó la mirada y esbozó una sonrisa, de esas que nacían sin esfuerzo.

—Buen día, Juli —dijo con ese tono cariñoso que usaba solo con él.

Julián sintió el calor subiéndole a las mejillas, pero intentó disimularlo.

—Buen día —respondió, mientras abría la heladera para buscar la leche.

El aire entre ellos estaba cargado de algo nuevo, algo que ninguno de los dos quería nombrar todavía pero que se sentía en cada mirada. Cuando Julián giró hacia la mesada para calentar la leche, notó que Enzo lo miraba de reojo, con una expresión tan suave que casi lo desarmaba.

—¿Qué? —preguntó Julián, girándose con la taza en la mano.

Enzo se encogió de hombros, sin dejar de sonreír.

—Nada, pasa que estás muy lindo. —Lo dijo con una naturalidad que lo dejó temblando.

—Callate —respondió Julián, dándole un sorbo rápido a su taza para ocultar su sonrisa.

Enzo dejó el mate y apoyó los codos en la mesa, inclinándose un poco hacia él.

—¿Qué? ¿No puedo decirte que estás lindo? Mirá que anoche no parecía que te molestara tanto, eh...

Julián casi se atraganta. Le lanzó una mirada fulminante, pero no pudo evitar reírse. Había algo en la manera en que Enzo le hablaba que lo hacía sentirse vulnerable, pero también cómodo.

En ese momento, la puerta de la cocina se abrió y apareció Cuti, con el ceño fruncido y la cara de alguien que claramente no había dormido bien. Llevaba el mate bajo el brazo y un jogging viejo.

—¿Qué hacen? —preguntó, mirando a Enzo y a Julián alternativamente.

—Nada, desayunando —respondió Julián, intentando sonar despreocupado mientras se sentaba frente a Enzo.

Cuti los miró fijamente durante unos segundos, como si ya no los bancara más, antes de soltar un bufido.

— Yo quiero desayunar tranquilo, no verlos pelotudear.

Enzo soltó una carcajada, pero no dijo nada. Julián, por su parte, bajó la mirada a su taza, mordiéndose el labio para no reírse también. Cuti se sentó con su mate, pero apenas tomó un par de sorbos antes de levantarse otra vez viendo que julian y Enzo no iban a parar de toquetear y joderse en frente de el.

—¿Saben qué? Mejor me voy. No tengo ganas de ser espectador tengo un novio hermoso a cuadras. Ustedes dos, al menos limpien la mugre que dejan.

Cuando Cuti salió de la casa, Enzo volvió a reírse, esta vez más fuerte. Julián lo miró con las cejas alzadas, pero no pudo evitar sonreír también.

—Sos un tarado —dijo, empujando suavemente la mano de Enzo que estaba apoyada en la mesa.

—Y vos sos hermoso—respondió Enzo, con una sonrisa pícara.

Julián negó con la cabeza, riéndose bajito. Por dentro, sin embargo, sentía un cosquilleo que no se iba. Enzo lo miraba como si no hubiera nada más interesante en el mundo, y esa intensidad lo desarmaba.

Después de unos minutos de charla tranquila, Enzo miró la hora en su celular y se levantó, estirándose con pereza.

—Bueno, Juli, me tengo que ir.

—¿Otra vez con tus cosas raras? Me preocupa—preguntó Julián, levantándose también para empezar a lavar su taza.

Enzo se acercó por detrás, dejando que su mano rozara levemente la cintura de Julián antes de hablarle al oído con un tono bajo y confiado.

—Tranquilo que yo haría hasta lo imposible para que a vos no te pase nada.

Julián se giró, encontrándose con esos ojos que parecían querer decirle más de lo que dejaban salir las palabras. Enzo lo miró unos segundos más antes de inclinarse y dejar un beso suave en sus labios, sin prisa pero cargado de intención.

—Nos vemos después, ¿sí? —dijo Enzo, sin esperar respuesta, mientras agarraba sus cosas y se dirigía a la puerta.

Julián se quedó quieto, con la mirada fija en el lugar donde Enzo había estado hace segundos. Su corazón latía con fuerza, pero una sonrisa inevitable se formó en su rostro mientras iba a su pieza para prepararse para la facultad.

 Su corazón latía con fuerza, pero una sonrisa inevitable se formó en su rostro mientras iba a su pieza para prepararse para la facultad

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holaa! re cortito pero volví solo actualizaba popular y a esta no le daba ni bola😔 es más tuve que RELEER para saber que había escrito
tengo otra idea de un fic julienzo... veremos si lo hago

𝘘𝘶𝘦𝘳𝘪𝘥𝘰 𝘙𝘦𝘺 ⭑.ᐟ JULIENZODonde viven las historias. Descúbrelo ahora