La boda de Anne fue un golpe grave en la vida de Eddie, pero, al lograr superarlo, su vida parece tomar un giro y volverse más alegre. Se siente vivo de nuevo.
Debido a su situación pasada, pareciera querer rendirse en el amor. Esto hasta que un amo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
San Francisco. Principios de octubre.
Era de madrugada. San Francisco estaba repleto por la oscuridad de la noche, con pocas farolas adornando las calles, mientras que otros callejones permanecían sombríos. Sin vida.
Eddie se encontraba en su departamento, profundamente dormido. La calefacción estaba activada. Otoño había llegado con un frente frío, más fuerte que los años anteriores.
Se despertó suavemente, temblando un poco; al parecer el frío era tanto que no le dejaría descansar, sus pies estaban entumidos y tenía la nariz helada. Su cuerpo se sentía fresco, eso a pesar de traer puesta una pijama hecha de lana y un par de calcetines algo gruesos. Si así era octubre no quería ni imaginarse cómo estaría el clima en épocas navideñas.
—Mierda, hace demasiado frío aquí —Eddie se puso de pie, yendo a su clóset para buscar algo más abrigado y, para su mala suerte, no encontró nada. Se talló los ojos con cansancio, dirigiéndose ahora a la ventana y levantando un poco la persiana; parecían ser alrededor de las cinco de la madrugada, el cielo comenzaba a esclarecerse en los bordes, con ese sutil azul mañanero.
—Eddie, vuelve a la cama. Tendrás más frío si sigues caminando por la casa —Venom hizo acto de presencia, materializando su cabeza desde la espalda de Eddie, mirándolo. Eddie se sobresaltó un poco, estaba tan adormilado que olvidó decirle algo a Venom o siquiera recordar que estaba ahí.
—Tengo mucho frío. No puedo dormir —Dijo dirigiéndose a la cama, haciendo que Venom volviera a encogerse. Eddie se cubrió con aquellas sábanas calientes. Quizás sus defensas estaban bajas, no era normal que tuviera tantos escalofríos.
Cerro los ojos, pero a los segundos sintió que un peso fue recargado encima de él. La carga era ligera, pero fue suficiente para que abriera los ojos. Al hacerlo, visualizó como un par de tentáculos lo arropaban con otras frazadas de lana, sacándole una sonrisa.
—Gracias, Venom —Eddie volvió a cerrar sus párpados, claramente cansado y disfrutando la sensación de ser arropado.
—No hay de que —Contestó Venom en un tono bajo, no queriendo ser escandaloso. Aunque supo que su labor había funcionado. Eddie cayó dormido a los pocos minutos, con una temperatura más tibia y sin escalofríos.
Desde que otoño entró, Eddie se había estado sintiendo algo propenso al frío. Parecía tener síntomas de enfermedad, pero solía ser muy flojo como para ir a un médico. De igual manera, Venom no pensaba que esos síntomas y mal ánimo fueran por un resfriado, tomando en cuenta que Eddie había estado bastante sensible y solía mirar por largos periodos las fotos de Anne, sollozando por lo bajo. Esto parecía ser más un duelo amoroso.
