Capítulo 21: Las hermanas Yamai

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28 de septiembre, 12:30 PM

Complejo de apartamentos de lujo Kanagawa Hills

– ¿Este es el lugar? ¿Kanagawa Hills?

– Sí, eso creo...

Apollo, Trucy, Najimi y Shouko finalmente llegaron a un completo exterior relativamente modesto. A pesar de su tamaño, el edificio estaba muy limpio y pulcro, y el diseño de la fachada exterior se veía ligeramente más elegante que el complejo de apartamentos donde vivían los Tadano. El exterior estaba completamente abandonado, y las luces de las ventanas indicaban quién estaba en casa dentro del complejo.

El edificio se encontraba a unos quince minutos a pie de la Preparatoria Itan. Sin embargo, Apollo y compañía tuvieron que detenerse en una tienda de conveniencia para conseguir algo de equipamiento para la lluvia, para aquellos que no tenían paraguas. Por alguna razón, la tienda no tenía paraguas, así que Apollo les compró ponchos impermeables a todos, incluso a aquellos que ya tenían paraguas, para protegerse de la lluvia.

Najimi y Trucy también se aprovecharon del viaje para que Apollo les comprara algunos dulces. Él habría protestado más de no ser porque le habían salvado la vida, pero se preguntaba cuánto más planeaban exprimirle su gratitud.

Al llegar al edificio, la mente de Shouko empezó a inundarse de memorias bastante desagradables. Recordaba la primera vez que estuvo aquí con Najimi cuando Yamai les invitó a venir. Poco sabían en ese momento que Hitohito estaba atrapado allí y que Yamai tenía intenciones de matarlo, incluso al punto de amenazarlos con un cuchillo cuando descubrieron a su rehén. Aunque Shouko pudo rescatar a su amigo, no pudo evitar pensar cómo las cosas podrían haber resultado de manera muy diferente.

¿Qué tal si nunca lo encontraban? ¿Qué tal si lo hubiese matado allí mismo y en ese momento? ¿Y qué tal si lo volviera a hacer?

La última pregunta en particular se encontraba al frente de todas las ansiedades de Shouko, especialmente considerando los eventos recientes. A pesar de la disculpa de Yamai, ella sabía en el fondo que su compañera de clases era tan sincera como un político en campaña, y la pregunta que debía estar haciéndose no era "si" sino más bien "cuándo". El ataque reciente contra Apollo también le mostró que Yamai no era la única persona de quien debía preocuparse.

La peor parte de todo era, que sin importar cómo se sintiera respecto a la situación, ella sabía que Hitohito estaba sufriendo diez veces peor.

– Hey, Shouko. ¿Te sientes bien? – le preguntó Apollo en tono preocupado, notando que Shouko estaba temblando de ansiedad.

Ella quería decirle que sí, pero estaba cualquier cosa menos bien. El sólo acto de mirar en la dirección del edificio de apartamentos le trajo a la mente la vívida imagen de cuando encontró a Hitohito amarrado y amordazado en el closet de Yamai, especialmente sus ojos desesperados y pidiendo ayuda. Aunque era ilógico, tenía la sensación de que, si regresaba allí, encontraría algo diez veces peor.

Este era el último lugar donde quería estar.

Apollo percibió esto y le puso una mano en el hombro para reconfortarla. – Sé que esto debe ser muy incómodo para ti. Si quieres irte y volver a casa, lo entiendo completamente. Te prometo que no te voy a juzgar en absoluto. – Luego se volvió hacia Najimi. – Y lo mismo va para ti.

– Aprecio la intención, ¡pero tenemos que hacer esto! ¡Hay que exponer los crímenes de Ren, es la única forma de asegurarnos que Hitomon esté a salvo una vez que Athena y Nick logren absolverlo! – replicó Najimi, alzando los puños.

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