Ipki, aún desconcertado, frunció el ceño mientras miraba a Elisa.
—Pero… ¿no podrías simplemente pedir que te evalúen para el cinturón azul? Estoy seguro de que pasarías.—Elisa negó con determinación, su voz clara y firme.
—No funciona así en mi familia.—Se cruzó de brazos, dejando que sus palabras resonaran un momento antes de continuar.
—Blanco soy yo. Mi hermano Royce sigue, con azul. Si quiero ser cinturón azul, y créeme que quiero y lo haré, primero debo vencerlo.—Ipki levantó ambas cejas, sorprendido por la seriedad de la regla.
—¿Tienes que vencerlo para avanzar?—Elisa asintió con seguridad, su postura reflejando disciplina y orgullo.
—Exacto. En mi familia, avanzar de cinturón no se trata solo de evaluación técnica. Para poder retar al siguiente rango, debo vencer a cada uno de mis hermanos y hermanas en combate. Cuando sea tiempo de buscar el cinturón negro… significará que tendré que enfrentarme a mi padre.—Benzo graznó, visiblemente impresionado, mientras agitaba sus alas.
—¡Craack! Qué tradición tan fascinante. Ahora entiendo por qué los Bravo son tan respetados.—Ipki parecía aún más asombrado, tratando de asimilar lo que acababa de escuchar.
—Entonces…
tu próximo objetivo es tu hermano Royce, que ya es cinturón azul.—Elisa sonrió ligeramente, su voz tranquila pero llena de determinación.
—Así es. Primero debo vencer a Royce para ganar el derecho a portar el azul. Después, retaré a mi siguiente hermano, y así sucesivamente, hasta llegar al cinturón negro.—Benzo dejó escapar una risa profunda, claramente disfrutando de la historia.
—¡Craack! Me gusta esa tradición, niña. Refleja disciplina, respeto y verdadero espíritu de combate. Los cinturones en tu familia tienen un significado más allá de los colores.—Ipki la miró con admiración, sacudiendo la cabeza con incredulidad.
—Eso es… impresionante. Pero también suena muy difícil.—
Benzo graznó una vez más, su tono lleno de aprobación.
—¡Craack! Niña, tienes mi respeto.—
Ipki seguía mirándola con asombro, tratando de procesar todo lo que acababa de escuchar.—Así que no solo estás siguiendo las reglas de tu familia para avanzar en los cinturones, sino que también tienes un objetivo más grande, ¿verdad? —preguntó con curiosidad.
Elisa asintió, su expresión se suavizó un poco mientras hablaba con más calma, aunque su voz mantenía un tono firme de determinación.
—Sí, quiero ser un agente de la unidad de paladines. Es el camino que he decidido seguir.—Benzo inclinó la cabeza con interés, sus ojos brillando de curiosidad.
—¡Craack! ¿Los paladines? Ese es un objetivo ambicioso, niña.
Cuéntame más.—Elisa esbozó una leve sonrisa antes de continuar, su tono cargado de respeto y orgullo.
—Mi padre, Eddie Tercero, es el actual sublíder de la unidad de paladines. Durante años fue uno de los más respetados, aunque recientemente le pasó el liderato al agente Arthur, su discípulo más fuerte.—Ipki frunció el ceño, intrigado por la declaración.
—¿Por qué cedió el liderato?—Elisa suspiró ligeramente, reflexionando antes de responder.
—Mi padre ya está viejo, aunque sigue siendo increíblemente fuerte. Su experiencia y su voz aún son muy respetadas dentro de la unidad, pero decidió que era tiempo de que alguien más tomara las riendas. Según él, Arthur está preparado para liderar.—Su mirada se volvió más intensa mientras continuaba:
—Ser un agente de la unidad de paladines no es solo un título. Es una responsabilidad, un honor. Y para lograrlo, sé que debo ser la mejor en lo que hago y si algo me han enseñado mi familia y mi entrenamiento, es que los desafíos no están ahí para intimidarte, sino para fortalecerte.—
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Agente ARGO
Science FictionEn un mundo arrasado por la guerra, Argo entrena para convertirse en un agente de élite, la última línea de defensa de la humanidad. Con el futuro de su gente en juego y sombras acechando en cada esquina, deberá superar pruebas letales y enemigos im...