Algunas veces, cuando abría la puerta principal de mi casa para irme al trabajo, Michael estaba parado en frente de la puerta, jamás golpeaba, lo que me parecía interesante pero no muy típico. Él simplemente esperaba ahí hasta que alguien abriera.
Decía: "Hola Barney", con esa pequeña, suave y bajita voz, "¿Esta bien si paso?"
"Por supuesto", decía "pero yo ahora debo irme al trabajo, tengo pacientes esperándome en la oficina, pasa adelante y siéntete como en tu casa, le avisaré a Criss que estás aquí". Siempre le preguntaba cuánto tiempo llevaba ahí esperando a que alguien abriera la puerta, siempre respondía: "Unos cuantos minutos" o "Acabo de llegar".
En un día en particular, cuando iba saliendo de mi casa para irme al trabajo le pregunté a su chófer, Manuel Rivera, cuánto tiempo llevaba Michael esperando que alguien abriera, el chófer miró hacia su reloj y dijo que Michael estuvo sentado dentro de su auto al rededor de 30 minutos.
Michael entró, tomó una revista que estaba sobre la mesa de centro y se sentó solo en el living, el cual luego, sería su lugar favorito. Era bastante simple, pintado de color crema, con sillas de terciopelo y sin brazos.
Subí las escaleras, desperté a mi esposa y le dije que Michael estaba abajo en el living. Ella dijo: "Dile que bajo en un momento", le avisé a Michael y le dije adiós para irme al trabajo.
Luego, mi esposa me contó que bajó las escaleras le dijo buenos días y luego preguntó: "¿Tienes hambre Michael? ¿Quieres tomar desayuno? ¿un tazón de cereal o algo?", Michael respondio: "No, muchas gracias Criss". Criss dijo que rápidamente cambió de opinión, cuando pasaba por la silla de él, Michael la miró por encima de su hombro derecho y le dijo con una sonrisa: "¿Qué tienes?"
"Bueno, tengo copos de maíz, Raisin Brats, Alpha Bits..." no alcanzó a nombrar más. Michael dijo: "Comeré de ese".
Mi esposa me llamó al mediodía para contarme que Michael seguía ahí. Los chicos se despertaron se encontraron con él en el living y Criss decidió dejar que los niños se quedaran en casa ese día y que no fueran a la escuela, para que jugaran y le hicieran compañía a Michael. Dijo que estaban en la habitación viendo dibujos animados y comiendo pizza. Michael había mandado a Manuel por almuerzo y bocadillos.
Cuando llegué a casa como a las 6 de la tarde, la van azul seguía estacionada en la vereda. Manuel estaba sentado en el asiento principal leyendo un libro, mientras esperaba pacientemente por alguna otra instrucción de Michael.
Dentro de la casa, estaban Michael y mi hija Bianca en el piso, jugando Monopolio. Los cojines del sillón estaban dispersos por toda el living, cajas y cajas de pizza estaban por aquí y por allá, y algunas botellas vacías de juego de manzana Martinelli estaban en la mesa de centro. Junto con todo esto, habían restos de piezas de otros juegos de mesa que fueron jugados hasta la mitad y fueron abandonados por algún otro juego que debe haber parecido más interesante en ese momento. Los dibujos animados aún estaban puestos en la televisión.
Cuando entré al living, Michael se paró y se dirigió a mi con una sonrisa "Hola Barney, ¿Que tal tu día?
"Muy bien" dije, "¿Y que tal el tuyo?"
"Ha sido el mejor" Dijo.
En una de las incontables visitas de Michael, hubo una vez que me dijo: "Barney, ¿qué debo hacer para que mis hijos crezcan y sean como los tuyos?". Le dije que no se preocupara, que lo estaba haciendo bien. De hecho, le dije que incluso estaba haciendo un mejor trabajo que yo. Lo decía por el buen comportamiento que tenían Prince y Paris (Blanket aún no nacía en esos momentos). Le dije: "Tus hijos son increíblemente educados, siempre dicen 'Por favor', 'Gracias' y 'Lo siento' cuando es apropiado. Creo que son un gran ejemplo para mis hijos".
Si Michael venía a mi casa, a menudo traía a Prince, Paris, y a veces a Gracie (su niñera), venía con ellos para ayudar un poco. En gran parte Gracie era como una madre para Prince y Paris y estaba casi todo el tiempo con ellos cuando iba al rancho. Ella era excelente cuidándolos, y siempre estaba atenta a las necesidades de ambos, como cualquier madre lo estaría.
Michael parecía curioso de saber como otras personas vivían, y aunque jamás lo preguntaba, creo que se preguntaba si hacíamos las cosas de manera diferente a como las hacía él. Digo esto por ciertas preguntas que solía hacer.
Para ser más especifico aún, cuando Michael usaba el baño que estaba fuera del living, podía escuchar como iba a través de cada cajón y cada armario. Curioso, estoy seguro, de ver qué teníamos en nuestro estante en comparación a lo que él tenía. Cuando Michael salía del baño, salía oliendo a alguna de las colonias que se encontraban en alguno de los cajones. Decía: "Nunca debemos ir por ahí si apestamos", y obviamente el nunca lo hizo.
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"Conversaciones En Neverland Con Michael Jackson"(traducido)
РазноеUn viaje profundo hacia la amistad entre Barney Van Valin, un médico rural y Michael Jackson, un ícono de la música. Leerás sobre su cercana amistad desde el primer encuentro, hasta el misterioso y repentino final luego de 5 años de largas conversac...