Rumores (Terribles y Verdaderos) - Traducción

Capítulo 11

Caitlyn revisaba su teléfono, jugando con el borde ligeramente deshilachado de su funda mientras estaba sentada sola en la mesa con cuatro cubiertos dispuestos. Llegar temprano no era algo raro para ella, pero Mel rara vez la hacía esperar tanto. Había recibido un par de mensajes de texto de Mel diciendo “Retrasada, ya voy en camino”, así que al menos el miedo de que le hubiera pasado algo no la preocupaba demasiado.

Eso no hacía que estar sola se sintiera mejor, sin embargo.

—¿Te sirvo un poco más? —preguntó la camarera, interrumpiendo sus pensamientos.

Caitlyn levantó la vista, sonrió y asintió. Extendió la copa y la camarera la llenó con vino blanco. Caitlyn dio un sorbo ansioso y luego dejó la copa sobre la mesa.

—Mis amigos llegan un poco tarde, pero me aseguran que ya casi están aquí —comentó en voz baja, casi para sí misma.

La camarera asintió con cortesía y se alejó. Caitlyn tomó otro sorbo, pero luego dejó la copa sobre la mesa con decisión. Ya estaba casi vacía y Mel y Elora aún no llegaban. Necesitaba moderarse.

Volvió a distraerse con su teléfono, abriendo y cerrando las redes sociales, intentando no obsesionarse con el tema que la tenía inquieta con Vi. Vi también llegaba tarde, pero a Caitlyn eso no le preocupaba tanto. Eso ya era lo esperado.

Hizo clic en el término que había guardado en su barra de búsqueda de Twitter, frunció el ceño y cerró la aplicación, para luego abrirla nuevamente casi inmediatamente. Se quedó mirando la barra de búsqueda con el dedo sobre ella, dudando si buscar más.

—Hola, Cupcake —dijo una voz familiar.

Caitlyn levantó la vista al oír la silla junto a ella moverse, y vio a Vi sentándose con su estilo relajado, tal vez demasiado para el lugar, con una camiseta suelta, un suéter con capucha atado a la cintura y pantalones deportivos anchos, con una gorra cubriéndole el cabello. Aun así, Caitlyn le sonrió con una sonrisa ligeramente tensa y volvió a tomar su copa de vino. Lo importante era la camaradería; no valía la pena comentar sobre el atuendo de Vi justo cuando llegaba.

Caitlyn sonrió, asintió y observó cómo Vi se acomodaba en su silla. Vi se recostó un poco, mirando alrededor del bar como si lo estuviera viendo por primera vez, con el ceño fruncido y una expresión de ligera confusión al observar a los demás clientes.

—¿Se supone que debía vestirme diferente? —preguntó, girándose hacia Caitlyn con curiosidad—. Me siento como un pez fuera del agua. Me vestí como para un bar normal, pero esto es más un bar de tapas elegante.

—Estarás bien —respondió Caitlyn con una sonrisa desdeñosa—. Diles que eres actriz y te perdonarán cualquier cosa.

Vi la miró con una media sonrisa de sorpresa y quizá un toque de diversión.

—Nunca he hecho eso. ¿Tú lo has hecho?

Caitlyn levantó una ceja, divertida.

—¿Nunca has dicho que eres actriz para conseguir algo? ¿Ni siquiera con mujeres?

Vi parecía a punto de responder, pero se detuvo, sonrió y soltó una risa corta. Luego buscó el menú, lo encontró y lo tomó para revisar.

—¿Ya pediste algo? —preguntó con tono casual.

—Solo una ensalada para empezar —respondió Caitlyn, levantando la copa de vino y luego dejándola sobre la mesa. Ya estaba medio vacía, y Mel y Elora no llegaban.

—¿De qué tipo? —Vi se recostó un poco, mirando el pequeño menú de papel.

Caitlyn trató de no parecer molesta por la pregunta innecesaria, sabiendo que Vi solo intentaba mantener la conversación, aunque no supiera qué más decir. Era algo que Caitlyn también debía hacer.

—Caprese —respondió, dejando la copa de vino nuevamente sobre la mesa—. Es mi favorita, y va muy bien con el vino blanco, en mi opinión.

Vi soltó una ligera risa.

—Te creeré. Todos los vinos me saben igual.

La conversación se apagó por un momento incómodo, y ambas miraron alrededor del lugar sin saber cómo seguir. Los dedos de Caitlyn picaban por tomar su teléfono nuevamente, pero se contenía. Justo cuando iba a hablar, un plato rectangular fue colocado frente a ella.

—¿Eso es una ensalada? —Vi soltó una risa al ver el plato frente a Caitlyn, con gruesas rodajas de tomate y mozzarella decoradas con un toque de aceite y hojas de albahaca.

—Está bastante deliciosa —respondió Caitlyn, inclinando la cabeza mientras desenvuelve la servilleta de los cubiertos.

—¿Eso es medio sándwich? —Vi replicó, mirando cómo Caitlyn cortaba un trozo de tomate y queso, lo sumergía en el aceite y luego lo comía—. Oye, ¿puedo probar un poco? Quiero ver qué tiene de especial.

Caitlyn hizo una pausa, tragó y luego giró el plato para que el lado no tocado quedara frente a Vi.

—Adelante —dijo con una sonrisa.

Vi sacó su propio cuchillo y tenedor, cortó un trozo y lo mastico pensativamente.

—Mierda —dijo, asintiendo—. Esto está muy bueno. Supongo que ya estás acostumbrada a toda esta comida fancy, ¿no? Nunca se me habría ocurrido juntar tomate y queso y venderlo a cincuenta dólares.

Caitlyn solo sonrió ligeramente y empujó su plato en un gesto silencioso de permiso para que Vi tomara más.