Max se quedó parado en el centro de la sala, incapaz de moverse, con la mirada fija en el lugar donde Sergio había desaparecido entre los invitados. Su corazón latía con fuerza, una mezcla de frustración, tristeza y determinación llenando cada rincón de su ser. Kelly apareció a su lado, notando su estado.
— ¿Qué pasó? —preguntó, su tono preocupado.
— Me evitó otra vez —respondió Max, pasándose una mano por el cabello con un suspiro profundo—. Dijo que no importa, que siga con mi vida. Pero no puedo, Kelly. No puedo dejarlo ir.
Kelly lo miró fijamente, como si intentara encontrar las palabras adecuadas.
— Max, si tanto significa para ti, no puedes rendirte. Pero tienes que ser paciente. Tal vez hay algo más detrás de todo esto, algo que no entiendes.
Max asintió con esfuerzo, pero su mente ya trabajaba en un plan. Había algo que Sergio le ocultaba, y esta vez no iba a detenerse hasta descubrir qué era.
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Sergio salió de la fiesta con pasos rápidos, su pecho apretado por la mezcla de emociones que lo invadía. El encuentro con Max había removido sentimientos que creía enterrados, y ahora la culpa y el miedo volvían con fuerza.
"¿Por qué tuvo que buscarme? ¿Por qué tuvo que hacer esto más difícil?"
Al llegar al hotel, Sergio encontró a Carola sentada en el sofá de la suite, leyendo un libro mientras cuidaba a Pato, quien dormía plácidamente en una cuna portátil. Al verlo entrar, Carola levantó la mirada y notó su rostro tenso.
— ¿Cómo estuvo la fiesta? —preguntó, cerrando el libro.
— Un desastre —respondió Sergio mientras se dejaba caer en un sillón.
Carola arqueó una ceja.
— ¿Qué pasó?
Sergio suspiró, hundiendo el rostro entre sus manos.
— Lo vi.
Carola no necesitó que dijera más. Sabía exactamente a quién se refería.
— ¿Hablaron?
— Sí, pero fue peor de lo que imaginé. Me dijo que me buscó durante años, que no podía olvidarme, pero… no puedo creerle.
— ¿Por qué no? —preguntó Carola con suavidad.
Sergio levantó la cabeza, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y frustración.
— Porque lo único que hace es complicar mi vida. Él no sabe nada de Pato, y no quiero que lo sepa. Si lo descubre, todo cambiará, y no estoy listo para eso.
Carola lo miró con comprensión, pero también con firmeza.
— Sergio, entiendo que quieras proteger a Pato, pero ¿no crees que Max merece saberlo?
Sergio negó con la cabeza.
— No quiero que se sienta obligado a estar en nuestras vidas. Está en la cima de su carrera; no necesito que lo arruine por nosotros.
Carola suspiró, sabiendo que Sergio estaba decidido, al menos por ahora.
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Al día siguiente, mientras Sergio se preparaba para la sesión de fotos, intentó dejar el encuentro con Max en el pasado. Pato estaba con Carola en el hotel, y él tenía que concentrarse en su trabajo.
La sesión se realizó en el circuito, un lugar donde Sergio intentaba mantener un perfil bajo para evitar a cualquier piloto o periodista que pudiera reconocerlo. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, el lugar no tardó en llenarse de rumores.
— Ese modelo que está aquí... creo que es el mismo que vimos en la fiesta anoche.
— ¿Lo viste? Es increíblemente guapo.
— ¿Sabías que trabajó con grandes marcas antes de desaparecer por un tiempo? Ahora está de vuelta con fuerza.
Sergio ignoró los murmullos, enfocándose en las instrucciones del fotógrafo. Pero sabía que su presencia no pasaría desapercibida, especialmente en un lugar tan vinculado al mundo de Max.
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Mientras tanto, Max y Kelly estaban en una reunión con el equipo, pero la mente de Max estaba en otra parte. Su encuentro con Sergio seguía rondando en su cabeza, y cada vez más preguntas lo atormentaban.
— Necesito hablar con él de nuevo —murmuró a Kelly en un momento libre.
— Entonces hazlo, pero esta vez no lo presiones. Si sigues así, solo lo alejarás más —advirtió Kelly.
Max asintió, aunque sabía que la paciencia no era su mejor virtud.
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Esa noche, de vuelta en el hotel, Sergio estaba agotado, tanto física como emocionalmente. Mientras Pato jugaba con unos bloques en el suelo, Sergio lo miró con una mezcla de amor y preocupación.
— Eres lo más importante en mi vida, Pato —susurró, acercándose para besarlo en la frente—. Haré todo lo necesario para protegerte, incluso si eso significa mantener a tu padre lejos de nosotros.
Pato lo miró con sus grandes ojos azules, tan parecidos a los de Max, y sonrió, completamente ajeno al conflicto interno de su madre.
Sergio sabía que estaba caminando por una línea delgada. Con Max tan cerca, el secreto que había guardado durante tanto tiempo parecía cada vez más difícil de mantener. Y aunque su corazón le pedía sinceridad, el miedo seguía siendo más fuerte.
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Bajo las Luces de la Tentación
FanficEn una fiesta exclusiva, Checo Pérez, un joven doncel de 18 años con sueños de ser modelo, y Max Verstappen, un prometedor piloto de 20 años, se encuentran y se sienten atraídos de inmediato. Tras unas copas y una conversación ligera, deciden dejars...