once

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Las luces de las calles de Los Ángeles iluminaban sus ojos, estaba concentrada admirando cada rinconcito de la ciudad y su cabello se alborotaba por el viento que entraba por la ventana.

Me sentía como un bobo admirándola, pero era imposible no hacerlo.

- Quieres pasar por algo de comer?

- Prefiero ir a dormir, estoy cansada.

- Seguramente cansada de bailar con ese cabron - comenzó a reír.

- Se llama Bruno y es buen tipo - dijo.

- Si llimi Brini y is biin tipi.

- El tan fan tuyo y tu aquí con tus cosas.

- Muy mi fan, pero coqueteandote - rodé los ojos.

- Que celoso eres, ya ni yo con todas las que andaban risa y risa en tu mesa.

- Ni les hice caso.

- Mentiroso, si bien que andabas hablando con la güera esa.

- Y el celoso soy yo - no pude evitar reírme.

- Ya enserio, prefiero ir a dormir.

- Entonces no vamos a hablar? - volteó a verme desde su asiento de la camioneta.

- Podemos hacerlo más tarde - negué.

- No, quiero que hablemos ahorita. Es más - me acerqué al chofer que iba manejando - No vas a ir a casa hoy.

Vi de reojo como el guardaespaldas que iba de copiloto cambiaba la ubicación en la pantalla para llegar a mi casa, era el único lugar que estaba cerca para hablar tranquilos.

- A dónde vamos? - dijo cuando repentinamente la camioneta retornó.

- A mi casa.

- Eres un terco.

- Así me quieres, que te haces.

- Cállate y llévame a donde me estoy quedando porque quiero dormir.

- Voy a llevarte hasta que hablemos, antes de eso mejor acostúmbrate a la vista - apunté el recorrido de casas y arbustos que había antes de llegar.

Nos dejaron frente a la puerta, el chofer se despidió porque tenía que regresar por Nata y Gabito que seguramente por la hora ya estaban impacientes afuera del lugar.

- Después de usted - dije después de abrir la puerta.

- Préstame una sudadera o algo que estoy muriéndome de frío - se estaba haciendo la enojada.

- Sube al clóset y ponte lo que quieras - quería reírme por su cara seria.

Subió las escaleras y la perdí de vista, en mi paso prendí las luces más tenues de la sala para iluminar un poco.

04:00 am marcaba el reloj, me senté y esperé a que bajara porque de ninguna manera se iba a librar de nuestra plática, pero poco a poco el sueño estaba venciéndome y comencé a cerrar los ojos.

- Ya ves, te dije que hablábamos después - su voz me despertó.

- No sé de qué hablas, no tengo sueño.

- Vamos a dormir y más tarde hablamos lo que tenemos que hablar, te lo prometo - se sentó a mi lado.

- Segura? - asintió - Que bonita te ves con esa ropa.

- Fue lo primero que encontré, si no vas a llevarme a casa mínimo quiero estar cómoda.

- Entonces quédate en mi habitación y yo duermo en una de invitados.

- No quieres que sea al revés? - negué.

- Estarás mas cómoda ahí.

Subimos nuevamente y entramos a mi recámara, necesitaba algunas cobijas y cambiarme para poder dormir.

- Oye Toño - interrumpió cuando terminé de cepillarme los dientes y lavarme la cara en el baño.

- Qué pasó?

- Tienes algo que pueda usar para desmaquillarme?

- Pues yo no me desmaquillo, pero estoy casi seguro que tus cosas están en algún cajón por aquí.

Mientras ella buscaba cajón por cajón, busqué lo que necesitaba en el armario que conectaba con el baño, me cambié a un short y una sudadera asegurándome que no pudiera verme mientras lo hacía.

- Lo encontraste?

- Sí, pensé que las habías tirado - reí.

- Jamás, sabía que algún día ibas a regresar - guiñé un ojo y solo sonrió.

Salí de ahí y fui hacia la puerta.

- Descansa - grité.

- Igual tu, hablamos más tarde - contestó asomándose.

Minutos después ya estaba en el otro cuarto durmiendo cómodamente.

......
Después de dormir algunas horas desperté por su risa que se escuchaba desde la cocina.

- Qué está pasando? - pregunté antes de entrar en la cocina.

- Te despertamos? - asentí.

- Ya iba a subir a despertarte - dijo Carmen en cuanto me vio - El almuerzo está listo.

- Gracias, qué prepararon?

- Hicimos avocado toast con huevo revuelto, picamos fruta y un poco de café, quieres?

- También ayudaste o solo te estabas riendo? - la vi rodar los ojos.

- Creo que no tiene hambre Carmen, quiere sentarse a comer conmigo?

- Ya ya, sí tengo hambre. Hay que desayunar.

- La mesa ya está lista hijo, siéntense y ahorita les sirvo - Carmen reía cómplice, sé que está feliz de ver a María nuevamente en la casa.

La vi sentarse en el comedor, extrañaba demasiado tenerla en casa y solo espero que podamos arreglarnos.

- No te han marcado para preguntar en dónde estás?

- Desde las 9 de la mañana mi celular está sonando por eso me desperté, estaban preocupadas - reímos - Por cierto necesito un cargador.

- Cuando terminemos de almorzar te lo traigo.

Mientras disfrutábamos de la comida, comencé a sentirme nervioso al no saber qué momento era perfecto para hablar sobre lo que pasó y tenía miedo de su respuesta.

- Ya podemos hablar? - pedí mientras le daba un sorbo a su café.

- Te escucho.

- Primero prométeme que vas a escucharme y me creerás lo que diga.

- Si, ya dime que me pones nerviosa.

- Sobre ese día...

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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ENTRE NOSOTROS / JUNIOR HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora