ISEKAI KOSMOS: GUERRA POR LA EXISTENCIA

Capítulo 4: Hora de Entrenar

KOSMOS

GUERRA POR LA EXISTENCIA

Capítulo 4: Hora de Entrenar.

Al menos dos platos vacíos eran visibles tanto frente a Christopher y frente a su padre, Alexander. Ambos consumían sus respectivos almuerzos y la felicidad era palpable en sus rostros, a simple vista se notaba que la comida era una verdadera delicia.

–Mi vida, que delicia, no puedo creer que todo lo que cocines sea tan delicioso. ¿Podría ser que algún Dios te haya bendecido las manos?. –La voz de Alexander transmitía bastante alegría y felicidad, mientras continuaba llevándose trozos de alimento a la boca, masticándolos con verdaderas ganas y tragándolos gustosamente.

El hombre, Alexander Hope tiene el cabello castaño y corto con los flequillos levantados, dejando la frente al descubierto. Piel bronceada dando a entender que en muchas ocasiones había estado por muchas horas bajo el sol y cabellos con tonalidades nocturnas.

El rostro de Alexander es adornado con dos cicatrices, una exactamente bajo el ojo derecho cayendo en vertical y otra en diagonal atravesando gran parte del rostro comenzando desde la comisura de las cejas del lado izquierdo, cayendo en diagonal, cruzando sus labios y terminando en el lado derecho del mentón.

Ojos color avellana con una mirada la cual exudaba mucha confianza en sí mismo. Actualmente sonrisa en los labios, la boca llena y el corazón contento.

Altura alrededor de los 1.80 metros, complexión bastante musculosa pues los músculos se le marcaban aun por encima de su vestimenta.

Vestía una camisa mangas cortas de color caqui y encima una gabardina de cuero negra actualmente remangada. En la parte inferior del cuerpo unos pantalones elastizados oscuros, negros para ser exactos y botas de cuero negras que le llegaban hasta la mitad de las pantorrillas.

A un lado de la mesa se puede ver lo que parecía ser su espada dentro de la guarda.

–Es cierto, mamá, ¡todo lo que cocinas es delicioso! Me encantan tus comidas ¡por favor, cocíname siempre. –Exclamó ahora Christopher mientras que Valentina con un leve rubor se llevaba las manos al rostro sujetando con ellas sus sonrojadas mejillas.

–¡Para ti mi amor, todo lo que quieras! También para ti, mi cielo. Me encanta ver como comen todo lo que cocino. –Ella sonrió y se ruborizó mientras que ambos le dedicaban bellas palabras. –Para ambos, yo siempre les prepararé comidas deliciosas, los quiero tanto a pesar que son unos monstruos come carne.

Todos rieron por la broma por parte de Valentina, ella en verdad es muy graciosa, y siempre realiza esta clase de bromas cuando está rodeada de las personas más cercana a ella.

El almuerzo fue extremadamente agradable, tanto que incluso luego de terminar, ellos se quedaron sentados y continuaron hablando de un montón de cosas.

–Por cierto mi vida. –Alexander con un trapo se lo pasó por encima de la boca la cual estaba con algo de salsa. –¿Cómo le fue a mi pequeño entrenando magia? ¿pudiste vencer a mamá?.

–No soy tan pequeño, papá, me falta muy poco para ser un adulto. –Reclamó Christopher en molestia mientras tomaba un poco de jugo. –Y no, no la vencí, es imposible ganarle a mamá, es demasiado fuerte. –Y esto último lo dijo con cierto aire de orgullo sacando el pecho y sonriendo.

–¡Así es cariño, tu mamá es muy fuerte! Debes hacerle muchos cumplidos. –Mencionó Valentina con una enorme sonrisa, inflando el pecho y la mirada con cierto brillo de malicia. –¡y si! Ya pronto serás un adulto ¡solo te faltan diez años más!.