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Te levantan la Voz por Primera Vez
Heeseung:
Habían pasado dos días desde la última vez que pudiste hablar con Heeseung más de cinco minutos. Entendías su carga de trabajo, pero empezabas a sentirte ignorada. Esa noche, él llegó a casa a altas horas, con el cabello revuelto y el rostro cansado.
T/n: "¿En serio, Heeseung? Otra vez a esta hora. Ni siquiera me avisas ya..." —dijiste con un suspiro de frustración mientras lo mirabas quitarse los zapatos.
Heeseung: "T/n, no empieces..." —respondió, dejando su mochila junto a la puerta, frotándose los ojos sin mirarte—.
T/n: "¿Que no empiece? Heeseung, estoy preocupada por ti. Apenas duermes y no comes bien."
Él se dejó caer en el sofá, su cansancio comenzando a mezclarse con la irritación.
Heeseung: "¡Ya lo sé! Pero no entiendes lo complicado que es. ¡Tengo responsabilidades! ¡No estoy aquí para complacerte cada vez que lo deseas!"
Tus ojos se llenaron de lágrimas, no solo por tu frustración, sino por el dolor de ver su desdén.
T/n: "Lo que no entiendo es por qué piensas que tienes que hacerlo todo solo. Estoy aquí para ti. Pero si sigues así, te vas a romper, y estoy cansada de sentirme impotente."
Heeseung te miró con un destello de enojo, pero profundamente, también de tristeza.
Heeseung: "¡No me hagas sentir culpable por trabajar duro! Necesito hacerlo, ¿y tú qué sabes sobre lo que me cuesta?"
No pudiste evitar abrazarlo, aunque todavía había un nudo en tu pecho. El pudo notar que llorabas intentando pasar desapercibida, pero no hizo nada al respecto temiendo decir algo que pudiera hacerle sentir aun peor y solo deja que te fueras a la habitacion.
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Después de su discusión, Heeseung estaba decidido a remediar las cosas. Esa noche, te sorprendió al llegar con una disculpa sincera y una pequeña sorpresa.
