para ti con desprecio - josé madero

02. disculpa los malos pensamientos.

TESSA

El receso siempre ha sido mi parte favorita del día. No es que las clases fueran aburridas, al menos no todas, pero había algo en esos treinta minutos de libertad que hacía que el tiempo se sintiera más ligero. Y con el grupo, los recesos nunca eran aburridos. Siempre había alguna mamada de la que hablar.

Como de costumbre, después de una clase, nos dirigimos todos hacia nuestra mesa habitual en la cafetería. La mesa ya se siente como nuestra, tanto que a veces me pregunto si los otros estudiantes ya saben que no deberían sentarse allí.

Ese día, la conversación giraba alrededor del primer álbum que habían lanzado, "Arroz con Leche."

Claro, yo había estado presente en la creación de ese álbum, y había dado mi pequeña crítica constructiva, pues me habían enseñado los borradores de las rolas.

Aunque eso sí, fue divertido el proceso del disco.

Mientras los vatos seguían hablando cosas del álbum, mi mente me hizo recordar algo.

-Oigan, por cierto... en el disco aparece una rola que nunca me enseñaron... ¿Cómo se llamaba...? "Muñeca", ¿no? -pregunté.

Los cuatro se miraron entre sí, como si acabara de abrir una puerta que ellos preferían mantener cerrada.

-Ah, esa canción... -dijo Kross con una risa nerviosa-. Sí, tuvimos algunos problemas con esa.

-¿Problemas? ¿Por qué? -pregunté, ahora intrigada. No entendía por qué esa canción en particular siempre había sido un tema que evitaban. Me habían enseñado prácticamente todo el proceso creativo del álbum, pero esa era la única canción de la que no tenía detalles.

José soltó un suspiro. -Muñeca tuvo muchos cambios... más de los que te imaginas -empezó a explicar-. La letra original era... un poco más directa de lo que terminó siendo.

-¿Directa en qué sentido? -pregunté, ahora completamente enfocada en el tema.

José me lanzó una mirada rápida, como si no quisiera decirlo en voz alta, pero Kross fue el primero en romper el hielo, soltando un comentario que lo delató todo.

-Era una rola sobre... ya sabes... -hizo un movimiento con su mano... No chingues.

-¡¿Qué?! -solté, sin poder evitar reírme-. ¿En serio? ¡Con razón lo que decía en el coro!

-Sí -confirmó José, llevándose una mano a la cara-. La disquera obviamente no nos dejó mantener la letra original, así que tuvimos que cambiarla para que fuera más... sutil.

-¡¿Sutil?! -seguí riendo-. Y yo que pensaba que era una canción romántica o algo así -dije -. Siempre me pareció raro que justo esa fuera la única canción de la que no sabía nada.

-Y tenías razón en sospechar -admitió Ricky -. Si lo hubieras leído, nos habrías echado la bronca.

-Claro que lo habría hecho -dije, todavía riendo-. No puedo creer que todo este tiempo estuve en la oscuridad con esa canción. Me estaba preguntando por qué tanto drama con Muñeca y resulta que... bueno, ya saben.

-Aunque tambiéen la rola fue dedicada a alguien -mencionó Kross.

En ese momento, todo se quedó en silencio. José se giró hacia Kross con una mirada asesina, como si estuviera deseando lanzarle algo para que se callara.

-Kross, cállate -dijo José, intentando sonar calmado, pero él de puso un poquito rojito.

Yo me quedé mirándolo, completamente atónita.

-Espera, ¿qué? -pregunté, medio incrédula, medio divertida.

-No, no le hagas caso a este idiota -se apresuró a decir José, aunque su expresión decía lo contrario.

-¿Es en serio? -dije con una mezcla de asombro y risa-. No me lo puedo creer.

-Ya, déjalo ahí -insistió José, claramente incómodo. Pero la manera en la que evitaba mirarme a los ojos no hacía más que confirmar lo que Kross había soltado.

-Neta, Madero -solté, tratando de no reír más-. Esto es de lo más raro que me han contado en la vida.

Los demás chicos empezaron a reírse, mientras José se ponía aún más rojito. Sabía que no lo decía en serio, pero la situación entera era demasiado graciosa como para no disfrutarla.

-Bueno, para tu tranquilidad -dije finalmente, dándole un leve empujón en el hombro-, la versión que salió al público es bastante... inocente en comparación. Así que supongo que hicieron bien en cambiarla.

-Sí, bueno, lo que sea -dijo José, dejando caer los hombros, resignado-. Al final, nadie se enteró del verdadero significado... hasta hoy.

-Gracias a Kross -añadió Ricky.

-Para eso estoy, chavos -respondió Kross.

A medida que el receso terminaba y volvíamos al salón, no podía dejar de pensar en toda la situación. Era tan absurdo, pero tan típico de ellos.