Capítulo 31

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Vi sonrió y se apartó ligeramente, dejando espacio para que la chica pasara mientras se alejaba con su bandeja de tragos. La observó por un momento antes de deslizarse al otro lado del bar, tomando el lugar que había quedado vacío junto a Caitlyn. El camarero les entregó las bebidas sin decir palabra.

—¿No vas a bailar? —preguntó Vi, tomando su trago sin mirarla. Caitlyn negó con la cabeza.

—No bailo.

Vi asintió con una sonrisa discreta, permitiendo que el ruido del bar llenara el espacio entre ellas. Caitlyn, distraída, comenzó a pasar el pulgar por su vaso, generando un pequeño sonido al rozarlo. Después golpeó suavemente el vidrio con su uña y, al no encontrar algo más en qué pensar, miró a Vi.

—¿Cómo lo haces?

Vi la miró con curiosidad.

—¿Qué cosa?

—Coquetear tan abiertamente. —Caitlyn asintió hacia la chica que acababa de dejar la barra. Ahora se encontraba sentada con sus amigas, todas riendo entre sí. —No parece que haya salido bien esta vez.

Vi soltó una risa baja mientras tomaba un sorbo de su bebida.

—Porque no me importa lo que los extraños piensen de mí.

Caitlyn la miró confundida. Vi, percibiendo su desconcierto, asintió hacia el grupo de chicas y luego volvió a mirar a Caitlyn.

—El rechazo no me afecta, porque cuando coqueteo no tiene nada que ver conmigo. Es lo que piensan de mí, no lo que realmente soy. Eso es lo que me gusta de los desconocidos.

—¿Sus suposiciones?

—Su honestidad.

Caitlyn se giró ligeramente hacia Vi, aún tratando de entender.

—No estoy segura de que te siga.

Vi, con calma, bebió un poco más de su trago antes de elevar su vaso, señalando el bar lleno de gente.

—Ponerte en juego con un desconocido te da la oportunidad de ser quien quieras ser, y eso lo hace fácil. Puedes ser tan honesta y vulnerable como quieras, porque mañana ya no importa. Se irán. —Tomó otro sorbo, disfrutando del sabor del licor—. A mi modo de verlo, cuanto más conoces a alguien, más difícil es ser realmente tú. Porque están ahí mañana, recordarán partes de ti que mostraste antes, y eso lo complica todo.

Caitlyn la observaba pensativa, rumiando lo que Vi había dicho. Después se inclinó un poco hacia ella, ajustando su postura.

—No estoy tan segura de eso —replicó finalmente. —Creo que no puedes ser vulnerable sin un sentido de historia y futuro. Si no, solo estás mostrando un fragmento de ti, y sigues operando con las percepciones de la otra persona, no con su conocimiento real. Necesitas ese tiempo, esa cercanía para realmente conocer a alguien.

Vi se encogió de hombros, como si no estuviera del todo convencida, mientras tocaba inconscientemente su clavícula, ajustando el cuello de su camisa.

Una risa fuerte vino de la mesa de las chicas, distrayéndolas un poco. Ellas seguían sentadas juntas, una tecleando algo en su teléfono.

—¿No te preocupa ligar con chicas hetero? —Caitlyn volvió a mirar hacia ellas—. ¿Las consecuencias de ser tan directa?

Vi la miró con una expresión de ligera incomodidad, luego se rió suavemente.

—¿Quieres decir si me preocupa “salir del armario” al coquetear con una chica?

—Es una forma de verlo, sí.

Vi frunció ligeramente el ceño, pensativa, antes de responder.

—Si alguien va a armar un escándalo por eso, lo va a hacer mucho antes de que yo tenga chance de hablar con una chica. Mira… —hizo un gesto hacia sí misma, señalando su cabello y su ropa—. No soy sutil. Y sí, tengo suerte de ser blanca, con brazos grandes, así que no me tiran tanta mierda como a otras, pero si va a pasar, va a pasar. No importa lo que haga. —Sonrió de forma juguetona, enmarcando su rostro con una mano. —Porque, ¿has visto esta cara? Está tan buena que hasta da celos.

Caitlyn soltó una risa sorprendida, y Vi sonrió aún más ante la reacción de su compañera. Ambas se rieron juntas por un momento.

—Pero en serio —dijo Vi, su sonrisa aún en su rostro, pero con una expresión más seria mientras miraba a la multitud—. Antes me preocupaba mucho. Ser ruidosa, ser tan abierta. Esta cicatriz me la hice a los diecisiete por coquetear con la hermana de un idiota —dijo señalando la herida en su labio—. Pero esconderme no es lo mío, el silencio tampoco lo es. Me gusta el sexo, me gustan las mujeres, y no voy a ocultarlo como si fuera algo malo. ¿Sabes cuántas chicas con las que salgo siguen en el armario? —Vi soltó una risa—. Vivimos en una ciudad donde se supone que todo avanza, pero igual siguen necesitando armarios. Nunca se habrían acercado a mí si no hubiera dado yo el primer paso. Y está bien, porque puedo ser lo suficientemente segura para las dos. Me van a criticar por existir, no importa cómo lo haga, así que ¿por qué no hacerlo a mi manera, hacer un par de chicas felices mientras lo hago? —Vi dio un largo trago a su bebida y se quedó ahí en silencio un momento, dejando que sus palabras se asentarán.

—Gracias.

Vi levantó la vista, sorprendida por la suavidad en la mirada de Caitlyn, que la observaba fijamente. Vi soltó una risita y se encogió de hombros.

—De nada —dijo con una sonrisa juguetona, pero Caitlyn no desvió su mirada.

—No, de verdad —insistió Caitlyn, ahora sujetando con ambas manos su vaso—. Gracias. Por compartir todo eso, cosas que no sabía de ti. —Miró a Vi por un momento, luego su vista bajó hacia la cicatriz en el labio de Vi y luego volvió a sus ojos.

Hubo un momento de silencio entre las dos, como si se esperara algo más.

—Es curioso —comentó Vi, girando un poco y deslizando su vaso vacío hacia el borde de la barra—. Hemos estado trabajando juntas por dos años, pasando toneladas de tiempo en el set, filmando escenas que eran bastante íntimas... —se tocó la barbilla, pensativa, antes de dejar caer su mano—. Y a pesar de todo eso, siento que no nos conocemos para nada.

—¡Vi! ¡Vi!

La voz de Jinx cortó el aire, llamando la atención de Vi. Ambas miraron hacia la multitud, donde Jinx agitaba el brazo, señalando a Vi. Vi le hizo un gesto de reconocimiento y se levantó.

—¿Selfie rápida? —preguntó, levantando el teléfono—. Mis seguidores han estado pidiendo y creo que Jinx va a mantenerme ocupada el resto de la noche.

Caitlyn asintió y Vi se acercó, rodeando su hombro con un brazo y levantando el teléfono. Tomó un par de fotos y, al terminar, se separó, guardando el teléfono y alisando la camisa mientras caminaba hacia Jinx.

—Nos vemos, Cait.

Vi se perdió entre la multitud, dejando a Caitlyn sola con su bebida y pensamientos. No pasó mucho tiempo antes de que Jayce y Mel llegaran a hacerle compañía, aunque Caitlyn miraba de vez en cuando a la multitud, esperando ver una melena rosa.

Rumores (Terribles y Verdaderos) - Traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora