𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐂𝐀𝐌𝐁𝐈𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎𝐒 ─ 𝐊acchako

𝒫𝓇𝑜́𝓁𝑜𝑔𝑜 - 𝒰𝓃 𝑔𝓇𝒶𝓃 𝒸𝒶𝓂𝒷𝒾𝑜

La brisa matutina era fría, pero el calor de las explosiones de Katsuki Bakugo mantenía a sus compañeros de clase en alerta. Ese día, el entrenamiento en el área de combate simulada parecía ser una práctica rutinaria. Sin embargo, un ligero nerviosismo recorría a la Clase 1-A; los profesores les habían advertido que un nuevo tipo de villano-robot sería utilizado, diseñado para probar el trabajo en equipo de forma impredecible.

Ochako Uraraka ajustó sus guantes mientras observaba desde lejos cómo Bakugo lideraba el ataque frontal con su habitual temperamento explosivo.

─¡Fuera de mi camino, inútiles! ¡No necesito ayuda para aplastar a este pedazo de chatarra!─ gritó Katsuki, lanzándose hacia uno de los robots con una explosión que resonó en todo el campo.

─Siempre tan agradable...─ murmuró Ochako para sí misma, antes de activar su quirk y comenzar a desviar escombros del camino.

─¡Uraraka, a tu izquierda!─ advirtió Deku, señalando un segundo robot que se aproximaba rápidamente hacia ella.

─¡Lo tengo!─ respondió con determinación, arrojándose al lado del villano mecánico para esquivarlo. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, el robot activó un dispositivo en su pecho que emitió un extraño destello azulado.

─¿Qué demonios...?─ Katsuki detuvo su ataque en seco al notar la luz, girándose hacia Ochako, quien estaba directamente en la línea de fuego.

─¡Atrás, Bakugo, yo puedo con esto!─ gritó ella, tratando de concentrarse.

Pero Katsuki no era alguien que escuchara órdenes, y mucho menos de alguien que consideraba “demasiado débil” para enfrentar algo así sola.

─¡No seas estúpida, esto no es un juego!─ rugió, lanzándose hacia ella justo cuando el destello alcanzó su punto máximo.

El impacto fue inmediato. Una explosión de energía los envolvió a ambos, lanzándolos al suelo con fuerza. La luz desapareció tan rápido como había llegado, pero el campo quedó en completo silencio.

─¡Bakugo! ¡Uraraka!─ gritó Iida, corriendo hacia ellos junto a los demás.

Ochako fue la primera en moverse. Se incorporó lentamente, tocándose la cabeza mientras intentaba recuperar el equilibrio.

─¿Qué fue eso...?─ murmuró, sacudiendo la cabeza.

A unos metros, Katsuki se levantó de un salto, claramente furioso.

─¡Maldita sea! ¿Qué clase de basura es esa máquina?─ bramó, girándose hacia donde estaba el robot... solo para darse cuenta de que su intento por crear una explosión había fallado. No había ruido, ni calor, ni chispa alguna.

─¿Qué...?─ murmuró, mirando sus manos con incredulidad. Volvió a intentarlo, esta vez con más fuerza, pero el resultado fue el mismo.

Mientras tanto, Ochako levantó la mano instintivamente, como para apoyarse en una roca cercana. Un estallido repentino la hizo retroceder, sorprendida al ver que la roca había salido disparada por el aire, dejando un rastro de humo.

─¡¿Qué fue eso?!─ exclamó, mirando sus manos con horror.

Katsuki, al notar lo que había sucedido, se giró hacia ella con los ojos entrecerrados.

─Espera un maldito segundo...─ dijo con tono peligroso, avanzando hacia ella. ─Hazlo otra vez.─

─¿Qué cosa?─ preguntó Ochako, confundida.

─¡Hazlo otra vez!─ exigió.

Con algo de temor, Ochako levantó una mano y, con cuidado, intentó repetir el movimiento. Una pequeña explosión surgió de sus dedos, tan natural como si siempre hubiera sido parte de ella.

Katsuki retrocedió un paso, incrédulo.

─No. No, no, no. Esto no puede estar pasando.─ Miró sus propias manos, esta vez tocando una roca cercana. La piedra comenzó a levitar lentamente frente a él.

─¡¿QUÉ DEMONIOS?!─ gritó, lanzando la roca al suelo de un manotazo. ─¡¿TÚ TIENES MI QUIRK Y YO TENGO EL TUYO?!─

─¡No puede ser!─ exclamó Ochako, agitando las manos como si pudiera sacarse el quirk de encima. ─¡Esto tiene que ser un error!

Los compañeros de clase llegaron corriendo, todos hablando al mismo tiempo.

─¡¿Están bien?!─ preguntó Deku, claramente preocupado.

─¡No estamos bien, nerd!─ rugió Katsuki, señalando a Ochako con frustración. ─¡Esta bola de chicle tiene mi maldito quirk! ¡Y yo tengo el suyo!

─¿Es posible?─ preguntó Todoroki, mirando la situación con calma.

─Es probable que el dispositivo del robot haya causado algún tipo de interferencia en sus quirks─ razonó Momo, ya analizando la situación. ─Pero si es así, necesitaremos encontrar una forma de revertirlo.

Ochako miró sus manos, aún temblando.

─¿Y si no podemos?─ preguntó en voz baja, más para sí misma que para los demás.

Katsuki la fulminó con la mirada.

─¡Pues más te vale que sí podamos, porque no pienso quedarme con tu poder inútil ni un segundo más!─

Ochako lo miró, frunciendo el ceño.

─¡Mi poder no es inútil! ¡Y al menos yo no lo uso para destruir todo lo que toco!─

─¡¿Qué dijiste?!─ Katsuki avanzó hacia ella, pero Iida se interpuso rápidamente.

─¡Bakugo, controla tus emociones! Ahora lo importante es resolver esta situación, no discutir.

A pesar de las tensiones, el grupo no tuvo más remedio que regresar a la base para reportar lo ocurrido. Pero tanto Ochako como Katsuki sabían que este no sería un problema fácil de resolver.