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Tanto Alex como Matthew se miraban como si fueran fantasmas del pasado, una especie de reconocimiento doloroso brillando en sus ojos. Matthew estaba completamente quieto, con los dedos ligeramente temblorosos, mientras Alex parecía contener la respiración. 

Aunque la última vez que se vieron había sido hace años, estaba claro que el tiempo no había pasado en vano para Alex ni para Matthew. 

Alex, quien alguna vez había sido delgado y esbelto, ahora tenía una figura más robusta y marcada. El gimnasio no solo había añadido definición a sus músculos, sino que le había dado un aire más confiado, aunque ahora esa seguridad parecía desvanecerse al estar frente a Matthew. Sus hombros anchos y su postura recta lo hacían lucir como alguien que había trabajado arduamente para convertirse en una mejor versión de sí mismo. Sin embargo, sus ojos reflejaban una mezcla de emociones reprimidas, como si todavía hubiera algo frágil debajo de esa apariencia fuerte. 

Por otro lado, Matthew también había cambiado. Ya no era el joven delgado que Alex probablemente recordaba. Había crecido un poco más, su estatura ahora destacaba, y su complexión atlética tenía un aire natural, como si la actividad física estuviera integrada en su vida diaria sin el esfuerzo adicional de un gimnasio.

Había perdido ese aire juvenil de antaño, reemplazado por un semblante más maduro, manteniendo esos rasgos tan angelicales y masculinos, pero ahora con una mandíbula ligeramente más definida y un porte que parecía tranquilo, aunque ahora el encuentro lo desestabilizaba. 

Ambos habían cambiado físicamente de formas opuestas, como si cada uno hubiera recorrido un camino completamente diferente tras la ruptura. Alex había endurecido su cuerpo como una forma de controlar su vida después del abandono, mientras que Matthew había encontrado una estabilidad física que no requería el control constante. 

Esas diferencias resaltaban aún más el abismo que los separaba emocionalmente. Había una barrera entre ellos, una que el tiempo y sus transformaciones no habían podido borrar.

— Te ves... diferente... nunca esperé verte aquí — dijo Matthew, notablemente nervioso.

— Después de ese día, yo tampoco — comentó Alex de manera seca.

Matthew, parpadeó un par de veces, como si volviera a la realidad, y desvió la mirada hacia Dan.

— Ehmm... ¿Se conocen? —dijo Dan, tratando de romper la tensión y no hacerlo un momento más incómodo.

—Podría decirse que sí — la voz de Matthew era baja, casi temblorosa, pero intentó sonar casual. 

Alex soltó la liga de resistencia, que cayó sobre la mesa con un suave golpe.

—Sí... Nos conocemos. 

Dan alzó las cejas, sintiendo que la tensión en el aire ahora era casi insoportable...

La forma en que Alex apretaba la mandíbula y cómo Matthew parecía más pequeño, a pesar de su nueva complexión atlética, lo confirmaba.

Matthew fue quien rompió la distancia, dando un paso hacia Dan para tomar la pimienta. Su mano se rozó con la de Dan al recibirla, pero su atención no estaba en él, sino en Alex. 

— Te ves diferente — dijo Matthew de repente, y su tono era una mezcla de curiosidad y algo más profundo, algo más personal.

Alex finalmente lo miró directamente. Sus ojos, ahora más endurecidos con los años, recorrieron el rostro de Matthew, como si lo viera por primera vez después de mucho tiempo. 

— Y tú también — fue todo lo que Alex dijo... Su voz era más fría de lo que pretendía, pero no podía evitarlo... Aún estaba enojado.

Matthew soltó un suspiro breve y desvió la mirada, sosteniendo la pimienta como si fuera lo más importante del mundo en ese momento. Alex volvió su atención al equipo, tomando otra caja para revisar su contenido, mientras su mente estaba claramente en otro lugar. 

[FANFIC/AU] Prometo Hacer Las Cosas Bien: ACTO II (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora