Capítulo 40

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—Malditos turistas —murmuró Caitlyn, entrecerrando los ojos mientras veía el reducido espacio donde había logrado estacionarse, atrapada entre dos autos con placas de otro estado. Tras considerar que su estacionamiento estaba bastante bien, se dirigió a la acera. Se alisó la chaqueta y se encaminó al restaurante donde Jayce y Viktor habían planeado la salida, con los tacones resonando fuerte en el pavimento.

El restaurante era agradable, de diseño moderno, con luces tenues y un ambiente jazzístico. Caitlyn dio su nombre al anfitrión, quien la condujo a su mesa reservada, que aún estaba vacía. Sin prisas, se sentó, se acomodó y pidió un trago mientras esperaba.

Casi en el instante en que puso su teléfono sobre la mesa, éste vibró.

Jayce
Llegando un poco tarde. ¿Pide las bebidas por nosotros?

Caitlyn puso los ojos en blanco y, cuando el camarero regresó con su cóctel, pidió también las bebidas para Jayce y Viktor. Al probarlo, una voz familiar la interrumpió.

—¿Qué tal? —saludó Vi desde atrás, con una camisa de vestir y pantalones negros, con las mangas remangadas, deslizándose en la silla frente a Caitlyn. Tomó el menú y miró a las dos sillas vacías—. ¿No han llegado?

—Van tarde… —respondió Caitlyn, mirando su teléfono con desconfianza.

—Viktor prácticamente me rogó que viniera —explicó Vi, como si hubiera captado la duda de Caitlyn sobre su presencia en la mesa—. Dijo que nunca salimos juntos. Aunque supongo que es cierto, todo este asunto de la “relación falsa” me ha consumido mucho tiempo.

—Mmm. —Caitlyn asintió sin mucho entusiasmo.

El camarero regresó con las bebidas de Jayce y Viktor, colocándolas en las sillas vacías, y tomó el pedido de Vi. Cuando se fue, Vi pasó una mano por su cabello, algo inquieta. Caitlyn intentó romper el silencio.

—Entonces, yo pensaba...

—¿Escuché que tienes una cita? —interrumpió Vi.

Caitlyn parpadeó, sorprendida por la pregunta. —¿Perdón?

—Yo estoy bien con eso —dijo Vi, aunque su pierna que no paraba de moverse hacía que la mesa temblara ligeramente. Forzó un movimiento para calmarse—. Solo que me sorprende, sabes, porque te molestaste tanto conmigo por coquetear y ser discreta, y ahora tú estás buscando una relación real y yo…

—Vi, ¿de qué estás hablando?

Vi se quedó en silencio por un momento, mirando a Caitlyn. —¿En serio… no sabes?

—Si encontrara una cita, te aseguro que lo sabría —respondió Caitlyn, casi riendo—. He estado con el contrato y en mis cosas. Ni siquiera he hablado con otra chica.

—Vaya... —Vi movió la mandíbula, pensativa—. Escuché que tu mamá armó algo.

—Obvio. —Caitlyn soltó un suspiro y negó con la cabeza—. Claro que lo hizo. Lleva todo el tiempo intentando controlar mi vida. Ya me sorprende no estar casada por contrato.

—Es una lata —dijo Vi, claramente molesta—. Que a mí me pongan todas esas reglas y ella haga lo que quiera.

—Así es mi mamá —suspiró Caitlyn—. Siempre cree que no puedo equivocarme o que no sabré tomar decisiones por mí misma.

En ese momento, su teléfono vibró antes de que Vi pudiera decir algo.

Jayce
Aún tarde. Ordenen sin nosotros, ya las alcanzamos.

Caitlyn frunció el ceño al leer el mensaje, pero luego se encogió de hombros. —Los chicos siguen de camino, sugieren que pidamos ya.

—Está bien —respondió Vi, levantando el menú frente a ella, dejando claro que la conversación había terminado.

Cuando finalmente el camarero llegó y tomó su pedido de comida, un silencio incómodo se instaló entre ellas. Vi sacó el teléfono y empezó a navegar, mientras Caitlyn intentaba en vano alisar la servilleta de tela.

Afortunadamente, la comida llegó rápido.

Jayce
Creo que no vamos a llegar. ¡Perdón! ¡Que se diviertan!

Caitlyn levantó la vista de su teléfono, sin poder evitar una ligera sonrisa. —Parece que nos han dejado plantadas otra vez.

—¿Otra vez? ¿Como la última vez? —Vi soltó una risa mientras se pasaba una mano por el cabello—. Qué tontos. Me pregunto qué rumores van a salir sobre esta cena en la maldita red.

—Al menos ahora ya sabemos qué esperar —dijo Caitlyn, cubriéndose la boca con la mano mientras daba un bocado—. Así esta vez no nos agarran desprevenidas.

—Solo asegúrate de que no me arrodille en algún lugar donde alguien lo vea —respondió Vi, sonriendo de manera traviesa y cuando Caitlyn hizo un sonido y puso cara de desagrado, aclaró entre risas—. ¡Proponer! ¡Que no parezca que te estoy proponiendo matrimonio!

—Ah, claro, por supuesto —Caitlyn se sonrojó, sonriendo avergonzada pero molesta al mismo tiempo. Vi se echó a reír aún más fuerte.

Rumores (Terribles y Verdaderos) - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora