Legalmente Deku (Finalizada)

Capitulo 4

Izuku estaba enojado, más que enojado, estaba furioso, nunca creyó qué el profesor Kai fuera un estúpido y maldito acosador, después de haber participado en el caso Hanta todo se fue al diablo.

Se había quedado a solas con el pelinegro, el cual se acercó a él y le tocó la pierna diciéndole que le podía bajar la luna y las estrellas, así que solo hizo lo más sensato en ese momento, una fuerte cacheta en su estúpido rostro.

Se fue de ese lugar, pero nunca se esperó que el mismo señor Kaminari, viudo del señor Hanta, lo llamara para que el fuera su abogado, en el poco tiempo que lo conoció se había llevado muy bien con él y aun así fue una grata sorpresa el haberlo podido ayudar y sobre todo ganar su caso.

Ahora solo faltaba su cita con el cenizo, qué lo traía vuelto loco.

Se arregló con un traje verde que le quedaba a la medida resaltando sus curvas.

Sentía mariposas en el estómago y ganas de vomitar.

—Cálmate Izuku, tienes que tranquilizarte, ya que lo que menos queremos es que vómito en tu primera cita con Kacchan. —se decía así mismo mientras peinaba si rizado cabello. —No es como si fuera tu primera cita, quiero decir ya has salido con otros hombres, como el innombrable — al decir eso se recordó de su ex poniendo una cara agria reflejada en el espejo. — No es momento de pensar en él.

Respiro profundamente para luego ponerse un poco de polvos en su rostro y brillo en sus labios.

—Perfecto.

Una notificación llegó a su celular la cual lo hizo dar un brinco, su corazón latió con más fuerza al ver que se trataba de su cita, el cual le decía que ya estaba afuera.

Salió deprisa de su habitación, no sin darse uno que otro tropezón por lo rápido y nervioso qué iba.

Al salir pudo ver la espalda amplia de Katsuki, aclaro su garganta para llamar su atención.

Sus ojos se deslumbraron al ver lo perfecto qué se veía Katsuki y sobre todo ese ramo de rosas qué llevaba.

—Wau... Te ves... Hermoso. — dijo dando unos pasos hasta él, tomo su mano derecha, dejando un suave beso en su dorso, provocándole un suspiro al peliverde el cual sintió que se deshacía en ese momento.

—Tú no te quedas atrás. — dijo con un suave sonrojo en sus mejillas.

—Al verte no sé si pueda darte estas rosas — Izuku se asustó por lo dicho — ya que quedan opacadas ante tanta belleza.

—Kacchan — jadeo su nombre a lo que el cenizo le regalo una deslumbrante sonrisa.

Extendió el ramo de rosas y se las entrego al pecoso, el cual las acerco a su nariz para oler ese delicioso aroma dulce. —Gracias.

—¿Vamos? — preguntó el cenizo a lo que Izuku afirmó.

Al estar cerca del auto, Katsuki le abrió la puerta para que pudiera entrar.

"Esta cita promete mucho" pensó Izuku con su corazón acelerado.